Pedro P. Fuentes
Es en los márgenes de la vida donde puedes encontrar lo que les da sentido a las historias. Hay historias que parecen individuales o de pequeñas colectividades, historias que parecen tan cotidianas que no pareciera que tuvieran relación más que a nivel microsocial. En un mundo donde ya no hay casi nada que escape a la globalización, donde la homogeneidad amenaza con cubrirlo todo, hay pequeñas historias, hay pequeñas fiestas que pasan desapercibidas, pero que no por ello le dejan de dar cohesión a una población.
Cumbres de San Bartolomé es un pequeño pueblo que pertenece a la provincia de Huelva en Andalucía, hace frontera con Badajoz y Portugal, el último censo es del 2016 y contaba en esa fecha con 404 habitantes. Esta población tiene su origen en la ciudad romana Concordia Julia Nertobrija de origen celta, tras la desaparición de esta surgieron las actuales Cumbres de Enmedio, Cumbres de San Bartolomé y Cumbres Mayores. A mediados del siglo XVIII fue reconquistada a los musulmanes y adscrita al Reino cristiano de Sevilla. Cumbres de San Bartolomé fue parte de una cadena de fortificaciones llamada banda gallega. La función de estas fortificaciones era proteger la frontera con Portugal.
A lo largo de los años Cumbres ha sufrido la migración de sus habitantes a ciudades como Barcelona, Sevilla y Huelva. La forma de subsistencia era el campo y el cuidado del ganado. Las festividades más importantes son: la romería a la virgen de la Aliseda que se realiza el tercer domingo de mayo, el 24 de agosto se celebra las fiestas de Sn Bartolomé Apóstol y del 30 de agosto al 8 de septiembre se celebran las fiestas de la virgen de la Aliseda. Las reseñas y actividades de estas celebraciones se pueden encontrar en la página web del ayuntamiento de Cumbres de San Bartolomé. Pero hay una fiesta que no es mencionada en las páginas de información turística, solo se menciona en la página de Facebook de Cumbres, ahí se pueden ver videos y comentarios de los vecinos que asisten a la fiesta. Hablamos de los carnavales y el entierro del gurumelo que pone fin al carnaval.
Si tengo que buscar mis raíces, tengo que decir que están en Cumbres, me dijo Pedro y, a continuación, me contó entre recuerdos y relatos de sus abuelos, como es el carnaval y el entierro del gurumelo en Cumbres de San Bartolomé. Yo nací en Sevilla, pero me llevaron a vivir a Cumbres a los tres años y ahí viví hasta los diez años; por eso yo me siento parte del pueblo. En ese entonces la escuela era rural y en una misma aula estábamos niños de diferentes edades y de tres grados diferentes. Crecí con mis abuelos; mi abuelo Pedro trabajaba en el campo en Gonzalo Gil y en los Valles dos cortijos de la zona. Mi abuelo me contaba que en la época de la posguerra los carnavales estaban prohibidos, hubo mucha represión. El régimen necesitaba tener a todos controlados y las máscaras y disfraces podían usarse para cometer actos en contra del franquismo, la autoridad quería saber en todo momento quien eres. La libertad estaba condicionada y en cuando esta libertad se retoma, muchas festividades nacen con mayor efervescencia, porque es volver a tomar la calle, y debemos entender que el carnaval da pie a que haya una interpretación muy libre de lo que son las normas de convivencia.
El carnaval dejó de celebrase por algún tiempo, aunque exactamente no sé por cuantos años se dejó de celebrar. Lo que si es cierto es que en los últimos años ha vuelto a resurgir. Se celebra en fin de semana dependiendo de la semana santa. En el carnaval no hay chirigotas, no hay comparsas, pero si hay gente que se disfraza más o menos de una forma espontánea. El ayuntamiento apoya con algunos elementos como la contratación de una charanga o la organización de un pasacalles. Anteriormente la mayoría de la gente se disfrazaba con el buzo azul y alguna máscara, pero poco a poco el carnaval ha ido tomando identidad propia y la gente ha ido cambiando los disfraces, este último año la gente ha cogido cajas y se ha disfrazado de calendario cada uno de un santo o una virgen. En el pasacalles participan tanto los vecinos que disfrazan, que son los bajan bailando, todo un tanto caótico, y luego los vecinos más mayores ven pasar este pasacalles.
El entierro del gurumelo pone fin al carnaval. Hay una persona encargada de crear al gurumelo y la forma y el tamaño de este depende mucho de la creatividad de la persona. Generalmente al gurumelo lo pasean los niños, lo llevan cogido en parihuelas. Acompañando al gurumelo van las plañideras, que van llorando durante toda la comitiva, estas mujeres recuerdan a la época de los terratenientes en los que se pagaba a mujeres para llorar durante el entierro de algún difunto. Estas mujeres van dando grandes alardes durante el paseo y entierro del gurumelo, lanzan lamentos y al mismo tiempo hacen una burla de lo que fue en vida el gurumelo, que en este ritual toma el significado de un difunto. El entierro es un ambiente entre un duelo y algo cómico.
A la pregunta de ¿Por qué un gurumelo y no una sardina como en la mayoría de los carnavales? A nosotros una sardina no nos representa, somos un pueblo de interior, aunque pertenezca a Huelva, esta más cerca de Extremadura. El gurumelo es algo identitario y representativo no solo del pueblo sino de la zona. El gurumelo se encuentra en la zona rayana que abarca Huelva y Extremadura. Sigue toda una franja de lo que es la frontera de Portugal en unión con las provincias de Cáceres, Badajoz y Huelva. El gurumelo es una amanita, un tipo de seta mayor que se da en zonas con umbrías y humedad. El Gurumelo nace crece debajo de tierra, no suele salir, algunos terminan rompiendo esa tierra, lo que ves cuando se recolectan es un montículo de tierra levantado como que esta intentando romper. La gente suele ir a recoger el gurumelo con pinchos con forma de lanza o pala y van levantando esa tierra para ver si lo que hay debajo es un gurumelo o no es.
La despoblación de las zonas rurales es una realidad que amenaza con convertir lo que antaño fueron poblaciones con sus propias fiestas, fiestas que se originaron hace siglos y que van cambiando con el paso del tiempo, en pueblos turísticos, en negocios étnico-rurales. Negocios que son parte de un mundo globalizado en el que las modas marcan los estilos de vida de la gente de las ciudades, que acuden en asa a vivir la experiencia de dormir en un pueblo y recorrer las calles y caminos imaginando que se puede ser cosmopolita aun en zonas rurales. En un momento en que las tradiciones se vuelven moneda de cambio, atractivo turístico, espectáculo y botellones. Los pequeños pueblos celebran su carnaval tomando las calles, uniendo a la población que esta dispersa por causa de la migración y que en días de fiesta vuelven al pueblo para darle vida y recordar que la identidad es algo que se transforma, pero que las raíces nunca se olvidan.
Cumbres de San Bartolomé, historia y monumentos del municipio (andaluciarustica.com)
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