Cuando escuché Bijou por primera vez, tenía nueve años y apenas conciencia de quién era Queen ni de su repercusión. Me gusta categorizar a los fans de Queen en tres generaciones: los que vivieron la época (setenta y ochenta), los que supieron de su existencia en el noventa y uno a la muerte de Freddie y los que han descubierto su música con la película Bohemian Rhapsody. Yo me encuentro entre los segundos. En el noventa y uno, mi hermano mayor, que contaba doce años, oyó I want it all en el anuncio del Seat Toledo y se volvió loco. Desde ese momento, en casa se empezó a escuchar Queen en todas partes: en la minicadena de la cocina, en el radiocasete del coche, a través de la pared que mi hermano y yo compartíamos. Se me metió en las venas. No nos sobraba el dinero,así que yo me grababa mis cintas de VARIOS mezclando canciones de un disco aquí y allá. A los nueve años no entiendes la importancia ni el sentido que tiene la estructura de un disco completo. Así los escuché siempre. Por eso, cuando hablo con alguien de la que ha sido una de mis bandas favoritas,me cuesta mucho entrar en detalles de qué canción va en qué disco ni puedo recordar apenas portadas en mi cabeza. El concierto del Wembley era el que más ponía.
Después sí tuve una cinta grabada de un disco completo de estudio:el Innuendo (mientras escribo, está sonando esa misma cinta).Fue el último que grabó Freddie antes de morir. Imagino el ambiente litúrgico que se debía respirar en el estudio.Pero como Freddie gustaba de un fabuloso humor negro,no dejó que el sensiblero de Roger—que se empeñaba en traerle temas como These Are Days of Our Lives—lo deprimiera.El día que tenían que grabar The Show Must Go On,los chicos se ofrecieron a hacer las partes agudas, pero Freddie apuró un chupito de vodka y dijo aquello de: «I’llfucking do it, darling».Grabó la puta canción en una sola toma. La vida se le escapaba, uno de los mejores vocalistas de la historia apenas podía hablar o caminar solo y lo que hizo aquel día fue dejar cuatro minutos y medio de pura y perfecta agonía para la historia.Todo el disco es de una belleza inaudita pero yo me quedé pillada al llegar a Bijou. Sólorecuerdo hacerla sonar una y otra vez,dándole al REW.No es ni de lejos su mejor canción.Quizás hasta es un poco ñoña y simplona. Pero no podemos controlar nuestras obsesiones y esta canción empezó a obsesionarme. La estructura se compone de estrofas formadas por solos de guitarra y un único estribillo de voz en medio. La letra es parte de otra canción de Freddie llamada You and me que nunca se editó. Toda la canción es un despliegue de la guitarra Red Special de Brian May que sec onstruyó el mismo.La base de teclados es la encargada de crear atmósfera y en la parte del estribillo oímos algunos arreglos puntuales.Su estructura es contraria a lo habitual y sin embargo, resulta abrumadora por la pureza que May saca de la Special. ¿Cómo sería de haberse compuesto de forma canónica ? Preciosa.
Seguramente hoy en día se encontraría en todas las listas de baladas rock.Pero quizás, esa particularidad desordenada es lo que le da la textura de belleza.Así pues,¿qué define labelleza,la simetría o la singularidad? ¿Cómo nos hace sentir la belleza impura? Yo siempre creí que la belleza era orden hasta que empecé a fijarme en las cosas rotas,desordenadas.Como las tablas de un puente viejo, las creencias se tambalean.El artista Toulouse-Lautrec fue un ser torturado por la belleza. Por la ausencia de ella en su persona y por el anhelo que tenía de la misma. Trabajó su arte de forma incansable a pesar de las reticencias de su familia,pues un hijo de la nobleza no debía dedicarse al infame oficio de artista. Trabajó a pesar de sus impedimentos físicos,la debilidad en las piernas causada por una enfermedad ósea y su deformidad evidente.Trabajó hasta convertirse en uno de los mayores representantes del postimpresionismo. Y digo postimpresionismo por centrarlo en algún lado, ya que jamás pudo categorizarse su arte. Sus carteles y litografías y toda su obra pictórica fue injustamente menospreciada durante mucho tiempo. En el musical de Baz Luhrmann,Moulin Rouge,vemos un trasunto del artista declamando el ideario bohemio: verdad, libertad,amor y belleza.
«¿Crees en la belleza?», pregunta con brillo en los ojos. Henri sí creía.Henri, un ser deforme, buscó infatigable todo rastro de belleza en las calles mugrientas del Montmartre del cambio de siglo y lo pintó una y otra vez. Hilanderas, prostitutas, bailarinas decadentes. Toda la gentuza de la noche parisina pasó por su filtro de pasiones para quedar inmortalizada. Pero la belleza que él buscaba era, en realidad, la verdad del ser mismo y eso pasaba por reflejarla fealdad. «¿Por qué me haces tan espantosamente fea? Mil gracias», escribió en una de sus cartas la bailarina Yvette Guilbert. La misma búsqueda de esa belleza lo destruyó, pues no era capaz de asimilar que nunca sería amado por aquellas mujeres que idealizaba y que nunca alcanzaría. Sumergió su atrofiado cuerpo en todo el alcohol que pudo hasta morir a la edad de treinta y seis años.Durante su desdichada vida,Toulouse encontró consuelo en la decadencia y consiguió trasmitirla con todo su dolor. Veo sus obras y no puedo dejar de pensar en cómo salta por los aires la estética.
Platón la definió como la búsqueda de la perfección y Aristóteles como la armonía entre la simetría y el orden. Kant, sin embargo,adujo que la belleza era la representación que produce un placer inmediato.Eso ya es otra cosa.¿Ver el interior del alma nos produce placer?Pienso que lo que nos produce placer es siempre subjetivo y condicionado a nuestros impulsos.Dejando atrás la objetividad de la antigüedad,las pasiones entran en juego .
La filosofía ha distinguido entre la belleza y la percepción de la misma. Tenemos por un lado la belleza clásica (término que seguimos utilizando) y por otro la belleza romántica, es decir, la subjetiva. El creador del liberalismo, Edmund Burke, planteaba que la belleza clásica se asociaba al balance (el concepto platónico de la bondad) y la belleza romántica a la verdad.La verdad que buscaba Lautrec. Podemos pues,calificar algo como objetivamente bello debido a su balance, pero jamás podremos catalogar esa verdad de la que Burke habla porque cada uno tiene la suya.Algunos encuentran belleza donde aparentemente, no debería haberla porque ven cosas que los demás no vemos.Kant apelaba al hedonismo al decirnos que,para que algo resulte bello, debe provocar placer.Entonces, ¿puede lo perturbador causar placer? Los románticos empezaron a encontrar belleza en lo oscuro y tenebroso, en lo irracional. La melancolía pasó a ser tema para el arte. Goya hizo belleza de la locura misma. Cogió su realidad deformada y plasmó todo aquel talento retorcido en las paredes de la Quinta del Sordo. Fotógrafos como Joel Pete Witkin
han dado un paso más allá llevando la muerte y la putrefacción a la luz,sublimándolas. De pequeño,Witkin presenció la decapitación de una niña en un accidente de coche.La cabeza rodó hacia él. Quiso tocarla pero alguien lo alejó de allí rápidamente. Esa pulsión lo acompañó durante toda su carrera para mostrar de forma descarnada lo perturbador.Comenzó su carrera como fotógrafo en el ejército y retrató los cuerpos de los soldados fallecidos en combate o por suicidio.La alegoría de sus fotografías aniquila el concepto de belleza clásico, retuerce la violencia hasta hacerla atrayente dejando esos cuerpos insepultos al servicio de la teatralidad.Para él,la belleza radica en la mirada del observador, en su búsqueda de la verdad y no en el objeto. La fascinación puede considerarse instrumento de belleza y él lo demuestra.
Juntemos dos conceptos: el filósofo Theodor Adorno reivindica el arte en su relación con la libertad y Dostoyevski escribe en El idiota que la belleza salvará el mundo.Libertad y salvación. Pienso que la belleza no es sino un instrumento de consuelo. Y ¿quién nos puede decir qué nos consuela a cada uno?Es un sonido distorsionado o la piel rugosa de una quemadura o el olor del azufre de una cerilla al apagarse. La belleza clásica es apreciable por todos,inapelable. Pero la belleza que encierra la verdad nos destroza de manera diferente a cada uno.Estamos hechos de materias primas como el dolor o los destellos de alegría.Si nos conmueve, estamos ante la belleza. Brian May utilizaba una moneda de seis peniques para tocar su Special porque decía que conseguía un sonido limpio y puro. Toulouse reflejó un momento de profunda ternura y sentido de protección entre dos prostitutas en su obra La cama. Ambos son ejemplos de belleza en espectros opuestos.Pureza y descarnada imperfección.
Ambos son verdad. Ambos conmueven. Ambos consuelan.
Por Diana Benayas, @dianabenayas
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