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Generalmente, cuando escuchamos “fascismo” las sensaciones que tenemos son de algo opresivo que evoca imágenes grises (fotogramas de señores dando discursos). Aun siendo cierto, tampoco es menos verdad que el grupo de artistas precursores de estas ideas, poco tiene que ver con esas imágenes grises. Y es que el arte siempre se ha usado como un instrumento político: desde consagrar al faraón o dogmas religiosos, hasta propaganda nacional socialista. Suele ser un arte academicista y monumental; lo que pretende es impresionar y enlazarse con un pasado grandioso. Es aquí donde la Vanguardia, rompiendo con estas tradiciones, cambia la norma general.

El nacimiento del Cubismo, más conocido por todos, dio lugar a muchas otras corrientes -ya que no hubo una sola vanguardia ni mucho menos homogénea-, entre ellas el Futurismo. Los artistas futuristas desarrollaron su actividad tanto en pintura como escultura, música, teatro, poesía o arquitectura, y difundieron sus ideas con una propaganda y mecanismos totalmente políticos, como mítines y panfletos; y siempre con un vocabulario agresivo, escandaloso, rebelde y belicoso: una reacción contra la mentalidad del momento. Fue un movimiento breve que los expertos lo cierran en siete años, y el nacimiento lo inaugura el Primer Manifiesto Futurista (1909) de Filippo T. Marinetti, publicado en la revista parisina Le Figaro. Básicamente, esta obra literaria pide la abolición de todo el pasado cultural italiano glorificando al mismo tiempo la tecnología y la velocidad; además estructurado en 11 puntos, probablemente para evitar el decálogo que tantas referencias bíblicas trae. Este manifiesto (puedes consultarlo aquí) ha sido comparado o equiparado en paralelo con ideas anarquistas por el tono en el que está escrito, si bien el punto 9 “Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las bellas ideas por las cuales se muere y el desprecio de la mujer.” habla de conceptos como patria y sexismo, podría decirse que no es tanto “anarquismo” en un sentido político del término, sino “anarca” en el sentido moral que usa Julius Evola1: que no reconoce leyes, y por lo tanto tampoco las combate. Y es que Marinetti, principal ideólogo de esta corriente y siempre leal a Mussolini, se mantendrá en esa dualidad ideológica anticlerical, de amor libre, revolucionaria pero nacionalista y patriótica. Las principales figuras intelectuales fascistas de ese momento compartirán eso, aunque con diferencias individualizadoras como sucede con el ya citado Evola.

Otro de los textos destacados en este movimiento fue el Manifiesto técnico de la pintura futurista2; o en literatura, el Manifiesto técnico de la literatura futurista, también por Marinetti. Cabe hacer hincapié en el lenguaje violento y faltón de todos estos textos, que son rompedores y tienen un fuerte carácter antiburgués, pero también empiezan a encaminarse ideológicamente con la defensa de ideas patrióticas y la legitimación de la guerra como recurso higienista. “No hay más belleza que la de la lucha”.

Como la mayoría de ideólogos fascistas, estos artistas tuvieron inicialmente una militancia en la izquierda3.Estas raíces obreristas, unidas al ensalzamiento de la violencia, la velocidad y la ruptura, son patentes en multitud de pinturas. Así, en Funeral del anarquista Galli  (1910), Carlo Carrà muestra una situación que él mismo cuenta que vivó en Milán, donde un obrero fue asesinado por la policía durante una huelga general, y Carrà pudo ver el entierro: “Vi el féretro frente a mí, cubierto con claveles rojos, balanceándose peligrosamente sobre los hombros de los portadores, vi a los caballos encabritarse, palos y lanzas entrechocándose, pensaba que el cadáver caería al suelo en cualquier momento y los caballos lo pisotearían.” Pueden distinguirse los caballos y las banderas rojinegras, en pinceladas diminutas y rápidas reflejando el espíritu del Futurismo: la velocidad, la tensión, y el choque. Por eso los pintores futuristas pretendiendo captar el movimiento, rompían con la representación figurativa habitual. La Revuelta (1911) de Luigi Russolo4 lleva más allá la ruptura con las formas tradicionales de representación, también con un tema político y violento basado en la realidad social del momento: El aumento de las desigualdades sociales con la entrada del Capitalismo, el avance de la Industrialización, los obreros siendo sustituidos por máquinas y las duras condiciones en las que vivía la clase obrera.

Todo esto no quiere decir que el movimiento Futurista europeo fuese fascista, pero en Italia donde nació, las excepciones fueron contadas. En general fue un movimiento politizado, algo que no desarrollaron otras vanguardias, ya que sus rupturas eran a niveles estéticos, academicistas, temáticos, pero no políticos. Estos artistas sirvieron de redes en otros países, no solo por los viajes (generalmente a Francia), o influencia. Por poner un ejemplo, Julius Evola a pesar de decirse desligado del autoritarismo de los movimientos y sus vaivenes ideológicos, fue invitado por el régimen de Hitler para dar conferencias a círculos reducidos de las SS. Otros podrían ser la infinidad de panfletos, textos y carteles que fueron publicados en revistas europeas por los participantes del movimiento.

Es innegable la gran capacidad estética y performativa de estos artistas, que demuestra que no toda la sensibilidad artística va acompañada de una sensibilidad humana o empática.

  1. Conocido intelectual y filósofo italiano, tradicionalista, antiigualitarista, antiliberal, antidemocrático y antipopular. Vinculado al fascismo de posguerra, tanto por posicionamientos a favor como críticos.
  2. Publicado en 1910, ell autor principal fue el pintor Boccioni. También firmado por Giacomo Balla, Carlo Carrà, Luigi Russolo, y Gino Severini.
  3. El propio Marinetti fue leal a Mussolini.
  4. Este pintor, aunque comenzó en pintura, acabó desarrollando su carrera en la música. Escribió un manifiesto sobre estética musical, El arte de los ruidos, que probablemente sea el más importante sobre esta materia.

Paula Ágredas Marco

 

Referencias

MARINETTI, Filippo Tommasso: Manifiestos y textos futuristas. Barcelona, Ediciones Cotal, 1978.

NASTRI, Andrea y VESPERE, Giuliana, 1914/2014 Cent’ anni di architettura futurista.

Entrevista a JULIUS EVOLA: https://www.youtube.com/watch?v=1Vq1p71KO30

RUSSOLO, Luigi: El arte de los ruidos, PDF: https://arielpiluso.files.wordpress.com/2011/12/emi.pdf

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