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“Roger es posiblemente el mejor cineasta independiente que la industria del cine en EEUU haya visto y, probablemente, verá”

Jonathan Demme, director de cine.

El camino a la independencia

En 1950 se estrenaría “El Pistolero” de Henry King. Una película que cambiaría, a la larga, la industria cinematográfica estadounidense; no por ser uno de los primeros, y así llamados, “western psicológicos”, ni por la incidencia del bigote de Gregory Peck, su protagonista, que casi le cuesta el papel, sino porque sería el punto de partida de la carrera del Rey de las películas de bajo presupuesto, Roger Corman.

Un chico de Detroit que había estudiado Ingeniería Industrial en Standford, había decidido que, como ya hiciera su hermano Gene, su verdadera vocación era el Cine. Consiguió trabajo como mensajero en el Departamento de Correos de la 20th CENTURY FOX, ascendiendo posteriormente a la revisión de guiones, haciendo resúmenes y propuestas para los mismos. Es en este punto, donde llegaría a sus manos el guion de “El Pistolero”, al cual aportaría notas e ideas que se verían en la película final. Corman, no solo no recibió crédito ni remuneración alguna por su trabajo, sino que vería como su editor se apropiaba de ambas. Podría simplemente, dejarlo estar, asumir su rol y seguir trabajando para una “major” esperando tiempos mejores o, como así pasaría, darse cuenta de que su único camino era la independencia. Dejó la FOX.

Y quizás, por esa experiencia vivida, Roger Corman se encargaba absolutamente de casi todo en sus primeras producciones, ahorrando de paso en los costes. Pero sin financiación externa, estaba condenado a conseguir por todos los medios posibles, que cada producción suya recuperara el dinero invertido para realizar la siguiente. Es por eso que vendería los derechos de su segunda película “The Fast and Furious” (1955) a un estudio que estaba empezando, la que posteriormente sería la American International de James H. Nicholson y Samuel Z. Arkoff.

A Corman le presentaron otras ofertas por ella, Columbia incluida, pero quizás huyendo de volver a la rueda de trabajo para un gran estudio o algo más sensato de creer, que fuera por el compromiso de financiación, garantizando siempre que recuperará lo invertido, para sus dos próximas películas por parte de la American, lo que hizo decantar la balanza por esta última.

Y será ya con estas primeras películas donde veremos la habilidad de Corman para “explotar” la actualidad social y las inquietudes de la época. Siempre para conseguir entretener, que el público no se aburra era su máxima, pero también para conseguir el mayor beneficio económico posible. Todo esto a un ritmo endiablado, pudiendo realizar películas en cuestión de semanas y con unos presupuestos muy limitados.

Un hombre de su tiempo

En la década de los 50, en pleno auge de la energía atómica, y con los miedos y recelos que ella despertaba en cierto sector de la población, Corman se aprovecharía de ellos para reflejarlos en uno de sus géneros favoritos, la Ciencia-Ficción.

Llegarían películas como “El Día del Fin del Mundo” (1955), odisea de un grupo de supervivientes de la raza humana en un mundo devastado por una Guerra Atómica y repletos de monstruosos mutantes, frutos de la radiación.

Y ya no solo con el trasfondo de la Guerra Fría, también la competencia con la URSS en la carrera espacial sería usada en películas como “Conquistaron el Mundo” (1955) o “Guerra de Satélites” (1958), respuesta al lanzamiento por los soviéticos del Sputnik un año antes.

El final de los 50 también traería consigo la segunda oleada del feminismo, y aunque más tarde hablaremos del “semifeminismo” de Corman, como él mismo lo autodenominaba, cabría destacar como durante estos años, y sobre todo en un género tan propiamente masculino como el Western, supo darle visibilidad a la mujer a través de sus protagonistas femeninas.

“Mujer Apache”, “Cinco Pistolas” o “El Sheriff de Oracle” son muestra de ello, mujeres fuertes, de carácter y de, literalmente, armas tomar.

Corman fue, junto con Al Adamson, de los primeros en darse cuenta que algo estaba cambiando en la juventud americana. Lejos quedaban atrás esas películas de fiestas en la playa y musicales.  La sensación de rebeldía y descontento que eran patente en cualquier expresión cultural estaba en las calles. Y mientras los grandes estudios eran ajenos a ello, Corman les dio visibilidad en películas como “Grita, Asesino” (1958), donde actuaría por primera vez su amigo Jack Nicholson, o películas que tratarían la problemática de las bandas juveniles o el “bulling” estudiantil.

Películas como “Un cubo de sangre” (1959) donde criticaba el elitismo de esa generación beat y el “todo vale por la fama”, o emplazando esa “nueva adolescencia americana” en entornos imposibles como “Yo fui un cavernícola adolescente” (1958), cosa que también empezaron a hacer otros como Herman Cohen en su “Yo fui un hombre lobo adolescente” (1959), protagonizada por un joven Michael Landon.

Incluso cuando hablamos de la época por la que sería más conocido, su etapa de películas basadas en la obra de Edgar Allan Poe, Corman seguía teniendo una visión global. Roger Corman era conocedor del hecho de que la obra de Poe era de lectura obligatoria en los institutos del país, hasta ese punto estaba pendiente de todo lo que era tendencia y actualidad. De esto surgieron un total de 8 películas, 7 de ellas protagonizadas por quien se convertiría en uno de los actores icono del Terror Gótico, Vincent Price.

Texto y subtexto

Antes de continuar, permitidme comentaros algo que Corman siempre repetía cuando le preguntaban por su forma de trabajar o abordar un proyecto. Esa independencia ganada le otorgaba el poder hacer, primero, las películas que Corman consideraba interesantes para él y luego para el resto del público; y, en segundo lugar, lo que el llamaría en películas como “Mamá Sangrienta” (1970), una de las primeras de Robert De Niro, o en “El Tren de Bertha” (1972), primera película de Martin Scorsese, el TEXTO y el SUBTEXTO.

El Texto, o contexto, nos presenta la historia, en las comentadas una trama de gangsters y ladrones, el Subtexto nos presenta un retrato de la sociedad americana en su forma más cruda y decadente (racista, clasista, machista, etc…).

A veces, es imposible sacar una “lectura entre líneas”, como en sus películas sobre tiburones mutantes, bromeaba incluso él con ello; en otras es tan fuerte y poderoso el mensaje que lanza que prácticamente Texto y Subtexto son uno. De estos últimos casos son, pienso personalmente, algunas de sus mejores películas:

  • El intruso” (1962), donde trataba abiertamente el tema del racismo en los estados del Sur. Llegando incluso a trasladar al equipo a una de esas poblaciones que podrían encajar perfectamente con ese perfil, con todos los problemas que eso conllevó para el rodaje. Primer papel protagonista de un joven William Shatner, por cierto.
  • Los ángeles del infierno” (1966), donde refleja el estilo de vida de estos grupos, que estaban tomando fuerza a finales de los sesenta. Por cierto, decir que el reparto eran miembros reales de los ángeles del infierno, y lejos de cualquier juicio o pensamiento, se remite solo a presentar su “credo”, libertad absoluta. Peter Fonda y Peter Bogdanovich participaron en ella. Una película que fue un claro ejemplo de lo llamado “cine de guerrilla”, donde se grababa en cualquier lugar y condición, siendo rápido y antes de que llegarán las autoridades.
  • El viaje” (1967) con guion de Jack Nicholson, quien, junto con Corman, consumieron LSD para poder hablar con conocimiento de causa sobre la droga de moda en aquellos años, tal era el nivel de implicación de Corman con aquellos temas que le eran realmente sensibles. Repetiría Peter Fonda, actor fetiche de Corman, y un joven Dennis Hopper.

De estas últimas dos, surgiría el germen de la película que se convertirá en la independiente más importante de la historia y quizás en santo y seña del movimiento de la contracultura americana, “Easy Rider” (1969) dirigida, escrita y coprotagonizada por Dennis Hopper y Peter Fonda, quien también produciría. En un principio iba a ser producida por Corman, pero ante las pegas y condiciones de la AIP, ambos actores terminaron por hacerla por su cuenta y riesgo.

La escuela “mixta” de cine Roger Corman

Este momento volvería a condicionar la vida de Corman, quien abandonaría AIP y fundaría New World Pictures en 1970. Y aquí Corman se lanzaría nuevamente a producir películas “exploit” de bajo presupuesto, pero siempre teniendo en mente ese contenido y mensaje social. También serviría como lanzadera para muchos directores, quienes sabiendo que trabajarían en condiciones de “mínimos” siempre serían tratados con respeto a su talento.

Martin Scorsese, Ron Howard, Jonathan Kaplan, Steve Carver, Joe Dante, Jonathan Demme, James Cameron o antes Peter Bogdanovich o incluso, Francis Ford Coppola, son muchos de los que han salido de la “Escuela de Cine Roger Corman”. Con el tiempo, se convertiría en motivo de orgullo haber “servido a sus órdenes”.

Y he aquí otro aspecto a destacar de Corman, siempre ponía en valor al profesional, de forma absolutamente pragmática. Lejos de ese aspecto, erróneo, de explotación femenino, Corman  contrataba mujeres constantemente, muy por encima de la media del resto de Hollywood.

Directoras como Penelope Spheeris, Katt Shea, Stephanie Rothman, Amy Holden Jones o productoras como Gale Anne Hurd tambien pasarían por su “Escuela de Cine”. Esta última, llego a comentar que Corman “tenía mujeres escribiendo, dirigiendo y produciendo, algo que no siquiera existe ahora”, hablamos de 1978.

Si todo esto fuera poco para valorar la figura de uno de los más grandes contribuyentes a la historia del cine actual, recordar como dato final que fue Corman, desde su propia distribuidora y llevado por sus exquisitos gustos personales, quien llevó a los USA las obras de autores europeos como Bergman o Truffaut, y las películas de uno de los mejores directores de la historia, Akira Kurosawa.

Gracias, por todo Señor Corman… ¡Y larga vida al Rey!

Manu Pineda

Manu Pineda

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