Los soldados olvidados: participación y visibilización de las tropas afroamericanas en la Guerra de Secesión americana (1861-1865)

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Jaime Campillos Cañas

Al estallar la Guerra de Secesión estadounidense, junto a las polémicas que tenían que ver con la emancipación de los esclavos, apareció el debate sobre si incluir a los afroamericanos dentro de las filas de los ejércitos de la Unión y la Confederación. Que fuesen integrados en uno u otro bando comprometía los planteamientos clásicos sobre los afrodescendientes, especialmente en el Sur, donde se ponía en tela de juicio la estructura económica esclavista hasta el momento dominante en esas zonas.

 

Introducción

Tradicionalmente, se ha creído que uno de los principales desencadenantes de la Guerra de Secesión en Estados Unidos, también conocida como «Guerra Civil» en la historiografía estadounidense, fue la cuestión de la abolición de la esclavitud. Sin embargo, detrás del detonante de la guerra subyacían unos intereses económicos, políticos y a unos planteamientos ideológicos antagónicos entre el Norte y el Sur que se vieron intensificados en este siglo XIX.

Se cree erróneamente, y es una tendencia generalizada, que solamente los soldados blancos participaron activamente en los combates, mientras que la comunidad afroamericana fue relegada a un papel de meros espectadores, a pesar de que el resultado de la contienda les afectaba de manera significativa.

En este artículo se pretenderá visibilizar a estos soldados, estadounidenses, al fin y al cabo, que lucharon por su emancipación, su ciudadanía y su inclusión en la sociedad estadounidense, hecho que finalmente no se dará debido a que el racismo no se erradicaría pese a la abolición de la esclavitud.

Debate, emancipación y reclutamiento

En primer lugar, cabe decir que al comienzo de esta guerra (1861), existía cierto tipo de acuerdo tácito entre los dos bandos para no reclutar a los afroamericanos. Por supuesto, en los Estados Confederados ni se planteaba la idea de poder incorporarlos a su ejército. Eso implicaría, por encima de todo, darle armas y adiestramiento militar a esclavos que podrían volverse contra sus amos.

Los Confederados también velarían por su economía ya que gran parte de ella venía de manos de sus esclavos y mandarlos al frente significaría perder mano de obra, sin contar con la más que probable repulsión de los soldados confederados hacia los regimientos afroamericanos.

Durante los primeros meses de la guerra, hubo debates en el Norte sobre la participación de estas tropas en los ejércitos de la Unión, tanto en el Congreso como por parte de la comunidad afroamericana, entre ellos, el más destacado es Frederick Douglass.

 

El reclutamiento voluntario de estos soldados llegó ya en 1863, justo a mediados del conflicto. Para entonces, los afroamericanos ya habían sido usados para otras labores no militares. Así pues, justo al principio de la guerra, en el año 1861, unos esclavos del sur huyeron hacia Fort Monroe (Virginia), donde se encontraba el general unionista Benjamin Franklin Butler. Los Confederados pidieron que se devolvieran a los esclavos fugados, sin embargo, Butler desatendió la petición y puso a los esclavos a trabajar en trabajos logísticos.

El general Butler, más allá de acoger a los esclavos como posibles soldados o simplemente como refugiados los empleó para realizar diversas labores que servirían de ayuda al ejército de la Unión. Esto nos permite ver que, aunque uno de los objetivos de la Unión fuese la abolición de la esclavitud, trataban a los esclavos fugados de nuevo como esclavos, pero sin darle ese apelativo. Esa idea de que, si huían al Norte, no serían esclavos en el sentido estricto de la palabra, propiciaría que muchos escaparan del Sur.

Esto se podría interpretar claramente como una declaración de intenciones con respecto a los sureños, ya que ellos pensaban que los esclavos eran su propiedad, el hecho de no devolverlos anticipó un hecho que más adelante llevaría a cabo el gobierno norteño de Abraham Lincoln: el primer acta de confiscación, que permitiría a las autoridades federales requisar propiedades confederadas porque podrían ser usadas «para la rebelión», incluyendo a los esclavos.

Abraham Lincoln, 16º presidente de los Estados Unidos de América

En realidad, los sectores más conservadores de la Unión no eran ni mucho menos abolicionistas. Algunos de ellos sí pensaban que los esclavos debían ser liberados, pero ahí quedaba el debate. Los afroamericanos liberados hacían que varias zonas del Norte se sintieran incómodos, empezando entonces el período de la historia afroamericana conocida como «segregación».

El hecho de reclutar a soldados negros más allá de ser un privilegio que daba el Congreso a los afroamericanos era, sin duda, un plan para llenar las filas de los ejércitos de la Unión y vaciar las de la Confederación. El presidente Lincoln declaró el 22 de septiembre de 1862 una Proclamación de Emancipación Preliminar que entró en vigor inmediatamente en enero del 63 finalmente. Lincoln incluyó una cláusula en dicho documento donde se autorizaba a soldados negros a «ser recibidos en las Fuerzas Armadas de EEUU». Eso sí, esta proclamación sería paulatina en los estados esclavistas que hubiesen permanecido fieles al gobierno de Lincoln como Misuri, Kentucky y Maryland.

Como hemos dicho antes, la situación de los afroamericanos en el Sur era muy distinta, tanto por el tema esclavista como por el racial que, a fin de cuentas, era uno mismo. Si bien hay que destacar que el primer movimiento marcial afroamericano de la guerra tuvo lugar en el Sur cuando unos afroamericanos emancipados de Luisiana formaron un regimiento voluntario en mayo de 1861 para demostrar su civismo para con el Sur, sin embargo, este regimiento nunca fue reconocido por el Estado Confederado.

Cuando el final de la guerra ya se atisbaba, la Confederación empezó a discutir sobre la necesidad de emplear a afroamericanos como soldados que les permitirían tener un mayor número de efectivos sobre el campo de batalla. El debate fue intenso, hasta que el presidente confederado Jefferson Davis decidió que no se discutiera más sobre el asunto. Asimismo, los confederados tenían miedo de que los esclavos fueran buenos soldados. Un buen ejemplo son las palabras del político confederado Howell Cobb: «si los esclavos resultan ser buenos soldados, toda nuestra teoría de la esclavitud está errada».

El ejemplo en el Norte sobre la calidad de los soldados afroamericanos provocó que muchas voces sureñas abogaran por la incorporación de éstos en las filas de la Confederación. Entre ellos, el general Robert E. Lee. En marzo de 1865, la Confederación llamó a los dueños esclavistas para que pusieran a disposición del Gobierno a los esclavos. Se levantaron unas compañías que nunca llegaron a entrar en combate por el fin de la guerra.

Ya hemos hablado sobre las vicisitudes que tuvieron que pasar los afroamericanos con respecto a las cuestiones de emancipación y reclutamiento, tanto en el Norte como en el Sur. Podemos decir que los problemas de la comunidad negra no se vieron solventados cuando Lincoln dio la emancipación de los esclavos. En todo caso, estos esclavos emancipados deberían luchar ahora contra el segregacionismo por parte de sus compañeros blancos en el ejército de la Unión.

Podemos concluir que hubo en total cerca de 180.000 soldados afroamericanos en las filas de la Unión, comprendiendo este número a soldados de tierra, marineros y apoyo logístico.

Tuvieron que luchar contra un segregacionismo por parte de sus compañeros, que fue disminuyendo paulatinamente conforme se iba incrementando la fama de los afroamericanos en el combate ya que uno de los temas que se solía discutir cuando se hablaba de estos soldados era su capacidad para luchar eficientemente.

De hecho, un buen ejemplo de segregacionismo se puede encontrar en Nueva York, y en otras ciudades del Norte, en 1863 cuando se impuso el reclutamiento forzoso de varones, los ciudadanos estallaron en protestas en contra de la comunidad negra a quienes culparon de la guerra.

«Venid y uníos, hermanos». Publicado por el Comité Supervisor de reclutamiento de regimientos de «color». Calle Chestnut, 1210, Philadelphia. (1861-1865)

El trato dado en la Confederación a estos soldados era muchísimo peor que en la Unión. La mentalidad confederada no concebía que estos hombres afrodescendientes pudieran enfrentarse a ellos en combate. Por eso, siempre que tenían la ocasión de capturar a estos soldados, eran ejecutados inmediatamente, sin darle la condición de «prisionero de guerra». Después de las batallas, si tenían ocasión, iban a los hospitales a sacar a los heridos afroamericanos para ejecutarlos también. Este temor a ser ejecutados por sus enemigos hacía que los soldados afroamericanos luchasen con un mayor ímpetu, al que se le podría añadir, las ganas de enfrentarse con sus antiguos amos.

Habría que destacar notablemente la labor de estos soldados durante la guerra. Veintitrés soldados afroamericanos recibieron la Medalla al Honor, la máxima condecoración militar de EE. UU. Algunos de ellos incluso, después de la guerra, se convirtieron en abogados, escritores, pastores religiosos…, hubo otros que también optaron por seguir la vida castrense.

Conclusiones

Podemos concluir que estos soldados, que tan valientemente lucharon, a día de hoy no reciben el mismo crédito que sus compañeros blancos. Quizás en los Estados Unidos actuales no interese hacer ver que hubo soldados afroamericanos que lucharon por los mismos ideales que otros soldados.

Hemos visto que estos soldados recibieron incluso medallas de alto rango por sus servicios. Al parecer, este reconocimiento no sería suficiente para poder salir de una marginalidad que se volvería evidente tras su emancipación. Desde luego, las gentes de la Unión querían que los esclavos fuesen libres, pero que no tuviesen el mismo nivel de vida ni derechos que ellos. Empezaba la etapa de la segregación que llegaría hasta los días de Martin Luther King o, si nos atrevemos, hasta hoy.

Hacer visibles a estos soldados puede servir para que la sociedad tenga una visión diferente de ellos, en tanto en cuanto que sangraron y murieron como los demás y que no fueron meros espectadores de un conflicto que determinaría la historia del esclavismo estadounidense.

Referencias

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Dobak, W. A. (2011). Freedom by the Sword: The US Colored Troops, 1862-1867 (Vol. 30). Government Printing Office.

Smith, J. D. (Ed.). (2002). Black soldiers in blue: African American troops in the Civil War era. Univ of North Carolina Press.

Keegan, J. (2011). Secesión: la guerra civil americana. Turner.

Logue, L. M., & Blanck, P. (2008). “Benefit of the Doubt”: African- American Civil War Veterans and Pensions. Journal of Interdisciplinary History, 38(3), 377-399.

Gannon, B. (2016). Essential African American Soldiers. Essential Civil War Curriculum. Virginia Center for Civil War Studies at Virginia Tech.

Ransom, R. L. (1989). Conflict and compromise: the political economy of slavery, emancipation and the American Civil War. Cambridge University Press.

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