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Manu Pineda

Manu Pineda

“Porque al final, Aki Kaurismäki, lleva desde los 80 haciendo siempre la misma película. Y siempre es buenísima”

Esta frase de Alejandro G. Calvo, extraída de su crítica de FALLEN LEAVES, me hizo pensar en lo curioso y cierto de este planteamiento. Contar la misma historia no como haría Howard Hawks con BOLA DE FUEGO y NACE UNA CANCIÓN, donde aun cambiando protagonistas y aspectos de la historia sigues teniendo la sensación de ver exactamente la misma película, sino de una forma más parecida a la filmografía de Frank Capra. Aki Kaurismäki tiene la maravillosa habilidad de trasladar al contexto actual a esos “John Doe”, de dotarles del candor y humor inherente de los protagonistas de Charles Chaplin.

 Y es que, aunque el director fines haya abordado varios géneros en su carrera, desde las “road movies” como pueden ser las divertidas LENNINGRADO COWBOYS, obras más cercanas al “noir” o a un “Polar” del estilo Melville como en ARIEL, LUCES AL ATARDECER o UN HOMBRE SIN PASADO o adaptaciones literarias como CRIMEN Y CASTIGO o JUHA, siempre nos hablará de una forma u otra de los mismos temas que le preocupan. Y lo hará con un estilo propio, que “bebe” de las influencias cinematográficas de Bresson, Ozu, Buñuel, Sirk o Chaplin. Y a diferencia de otro gran director referencial como Tarantino, construyendo sus propios relatos de forma casi artesanal.

El mundo necesita amor

El “leitmotiv” de Kaurismäki, más allá del sentido más usual de la palabra, Amor al Ser Humano.

Ese amor al prójimo que demuestra en películas como LE HAVRE o EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA, donde aborda el tema de la inmigración. Donde muestra que son normalmente aquellos quienes menos tienen los que más dan, una solidaridad contagiosa, que forma parte del discurso humanista del director finlandés. O esa protagonista de NUBES PASAJERAS, que llena de amor propio, decide no dejar de luchar por tener su propio negocio; como incluso busca a sus antiguos compañeros para ello, algunos desahuciados y abandonados por la sociedad. El amor que te salva la vida, literalmente, como al protagonista de CONTRATÉ UN ASESINO A SUELDO, o en un sentido más metafórico como en UN HOMBRE SIN PASADO.

Y todo ello envuelto en situaciones tragicómicas, hilarantes y absurdas, pero que demuestran lo bello y esperanzador de la condición humana.

El capitalismo como crimen

Kaurismäki entiende que la sociedad está diseñada de tal forma que es el trabajo de la gente humilde quien mantiene a las clases dirigentes y que estas, a través de grandes corporaciones empresariales o entidades bancarias, mantiene “adormilada” la conciencia del pueblo a través de hacerles consumir de forma compulsiva.

La mayoría de los personajes de sus películas se encuentran en situaciones laborales precarias, (esa cajera y ese basurero de SOMBRAS EN EL PARAISO, el guardia de seguridad y la dueña de un “foodtruck” en LUCES AL ATARDECER) o directamente están desempleados (el protagonista de LE HAVRE o el divertido trio de artistas de LA VIDA DE BOHEMIA).

A veces esa pérdida del empleo es el detonante de todo lo que vamos a ver. En NUBES PASAJERAS son los dos quienes se encuentran en esa situación, aprovechando para mostrar cómo abordar el problema desde la resignación de él o la perseverancia de ella. Y de paso retratar la frialdad de los bancos, su trato impersonal y alejado de todo sentimiento de empatía, al igual de las instituciones gubernamentales, como también haría en EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA.

Y nuevamente, con la facilidad que tiene Kaurismäki para contarnos cosas importantes, con ese punto de comedia como en la escena del reloj de CONTRATÉ A UN ASESINO A SUELDO, que perfectamente podría haber rodado y protagonizado Woody Allen, ¿verdad?; o de una forma directa y cruda como lo hace en ARIEL, más cercana a los planteamientos y puesta en escena de los Cohen.

Llevado también a una de esas adaptaciones literarias suyas, cambiando las conspiraciones en la corte danesa de la obra shakesperiana a una empresa maderera finlandesa en HAMLET SE VA DE NEGOCIOS. Donde al final serán los empleados, una limpiadora y un chofer, quienes saldrán beneficiados.

Y como podemos ver reflejado ese “consumismo narcótico” en las escenas donde le da una importancia a la adquisición de aparatos electrodomésticos como una televisión, sin importar nada más, con un protagonista anestesiando todo sentimiento sentado en un sofá o bebiendo. Curiosamente, dentro de ese estilo propio, que debe mucho a la obra de Edward Hopper y que entiende tan bien su director de fotografía habitual, Timo Salminen, se puede apreciar cierto gusto por lo ascético y minimalista, sus protagonistas no suelen poseer grandes casas o entornos lujosamente recargados, demostrando que no es más feliz el que más posee.

Nunca pierdas la esperanza

Todo lo anterior confluye en un mensaje de esperanza, en saber que llegarán tiempos mejores si al final pasamos de esa resignación a la acción o resistencia, aunque sea pasiva y mínima. Como podemos cambiar poco a poco la mentalidad de quienes nos rodean, sumando adeptos a la causa de mejorar el mundo, como ese inspector de policía de LE HAVRE, como aquellos funcionarios de AL OTRO LADO DE LA ESPERANZA.

El cine de Aki Kaurismäki, una persona que ha perdido la fe en el ser humano y que solo cree en su perro, es un cine que en el fondo nos deja ese mensaje cálido de que todo pasa, como esas NUBES PASAJERAS que observan los protagonistas al final de la cinta homónima, que hay capacidad de cambio y de florecer como ese árbol al final de LE HAVRE.

Por eso, aunque siempre termine renegando de continuar haciendo películas…

Querido Aki Kaurismäki, nunca deje de contar la misma historia, porque como si de un viejo titiritero que va de pueblo en pueblo, sigo esperando, como un niño impaciente y emocionado su próxima llegada. Esperando que me cuente como los parias, perdedores y almas en pena, pueden un día encontrar un sentido a sus vidas y luchar por ellas. Y quiero que me llene el relato de perros, que me lo bañe en alcohol y música en directo. Quiero que le saque los colores los poderosos, que muestre las vergüenzas del primer mundo, y sin embargo, que con ellas dignifique a sus clases más humildes también. Aquellas de silencios largos y miradas perdidas que gritan más que hablan.

En definitiva, nunca deje de hacer ROCK´N ROLL.

Referencias

CRÍTICA DE “FALLEN LEAVES” de Alejandro G. Calvo para SENSACINE y ENTREVISTA A AKI KAURISMÄKI para THE OBJECTIVE

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