En España, no hay nada más fiable que un viaje en tren… si eres un amante del suspense y los giros inesperados. ¿Quién necesita predecir lo que va a suceder en un trayecto cuando tienes a RENFE ofreciéndote lo mejor de la adrenalina del retraso, el misterio de la avería y la pura emoción de no saber si llegarás a tu destino o si el tren se convertirá en una atracción turística que recorrerá la nada durante horas? Y claro, si hablamos de Cataluña, allí todo es aún más emocionante, con un servicio ferroviario que alcanza niveles casi artísticos de imprevisibilidad. Y menciono Cataluña porque vivo aquí.
Viajar en tren en España no solo es una forma de transporte; es una lección sobre paciencia y aceptación. RENFE ha elevado el concepto de retraso a un nuevo nivel, donde «llegar a tiempo» es un concepto relativo. En 2024, según los informes de diversas fuentes, los retrasos en la red ferroviaria española han alcanzado cifras alarmantes. Los trenes de alta velocidad (AVE) ya no son solo sinónimo de rapidez, sino también de incertidumbre. Más de un 15% de los trenes AVE llegaron con retrasos superiores a 10 minutos este año, lo que demuestra que la puntualidad está sobrevalorada.
Si nos centramos en Cataluña, la cosa se pone aún más fascinante. En las líneas que conectan Barcelona con Girona, Tarragona y Lleida, los retrasos han alcanzado cifras desmesuradas, con más de un 30% de los trayectos afectados por demoras, especialmente en las horas punta. Y lo mejor es que, cuando Renfe informa sobre estos retrasos, rara vez se da una explicación clara. En su lugar, nos regalan frases como «Incidencias operativas» o «Retrasos por razones ajenas a Renfe«. Es casi como si el tren tuviera vida propia y decidiera hacer lo que quiera con tu tiempo.
Pero lo más emocionante de Renfe no son solo los retrasos, sino las averías. Aquí, el concepto de «fallo técnico» es tan común como el aire que respiramos. Y es que, ¿quién no disfrutaría de la sorpresa de quedarse parado en medio de un trayecto por una avería? O, mejor aún, el tren que decide no arrancar debido a un «problema mecánico», dejándote disfrutar del paisaje de las vías vacías durante horas. En 2024, las incidencias técnicas en Cataluña se han multiplicado, y no hay día que pase sin que alguien quede atrapado en un tren que se para inesperadamente. Según los últimos informes de la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona (ATM), más de 1.500 trenes en la región se han visto afectados por fallos mecánicos y problemas con el sistema de climatización, lo que, por supuesto, no hace que el viaje sea más agradable.
Este tipo de «incidentes» no se limitan a Cataluña. A lo largo de toda España, Renfe ha visto un aumento en los problemas técnicos, con más de 2.000 trenes afectados por averías solo en el primer semestre de 2024. Y, lo más irónico, es que cuando estos trenes finalmente se detienen, la compañía se toma su tiempo para proporcionar información sobre la causa, lo que te deja con más preguntas que respuestas. La respuesta más común de Renfe es «Estamos trabajando en ello», que no hace más que añadirle un toque de suspense a la experiencia.
La infraestructura ferroviaria es otro de los puntos donde Renfe sigue sorprendiendo, pero no en el buen sentido. Cataluña, con su amplia red de trenes, es uno de los lugares donde los problemas de infraestructura se convierten en una rutina. Aunque Renfe ha invertido millones de euros en modernizar las líneas de alta velocidad y mejorar la red de cercanías, la infraestructura sigue siendo un coladero de incidencias. El 2024 ha sido un año especialmente difícil, con casi el 20% de las incidencias en Cataluña relacionadas con problemas en las vías o con fallos en la señalización.
En el tramo entre Barcelona y Girona, por ejemplo, los retrasos y las paradas inesperadas por problemas en la infraestructura son frecuentes. No importa cuántas veces Renfe diga que se está mejorando el servicio: la realidad es que las averías por «incidencias en la vía» siguen siendo una constante. Y mientras tanto, los viajeros se quedan mirando las pantallas de información en las estaciones, que a menudo informan de una forma tan vaga como la respuesta de los propios operativos de Renfe: «Incidencia técnica, disculpen las molestias».
Renfe, con su visión de lo impredecible, ha creado una experiencia única en cuanto a cambios de horarios. ¿Para qué estancarse en un horario fijo cuando puedes añadir emoción al día con cambios imprevistos? En Cataluña, la flexibilidad en los horarios es una virtud, y el cambio de horarios sin previo aviso se ha convertido en algo tan común como el café de la mañana. Más del 25% de los trenes en la región han sufrido alteraciones en sus horarios este año, y, por supuesto, la información sobre esos cambios llega con el tiempo justo para que ya no tenga mucho sentido. Si tenías un tren a las 10:00, es probable que lo hayas perdido porque a las 9:50 recibiste un mensaje informándote de que el horario fue ajustado a las 11:00, pero ya es demasiado tarde.
Este caos programático no se limita a los trenes de cercanías. También afecta a los servicios de larga distancia, donde los cambios de última hora han dejado a miles de pasajeros varados o corriendo de una plataforma a otra, como en una carrera por llegar a algún sitio que nunca llegará. Y cuando logras contactar con el servicio de atención al cliente, la experiencia es tan informativa como útil: «Estamos trabajando para solventar la situación» o «Te recomendamos estar pendiente de los avisos en la estación». Es decir, nada nuevo bajo el sol.
Si te preguntas cuántas incidencias ha habido en 2024, la cifra es impresionante: más de 20.000 incidentes a lo largo de toda España, entre fallos técnicos, retrasos, problemas de infraestructura y alteraciones de horarios. Cataluña, como la joya de la corona en términos de tráfico ferroviario, ha experimentado una parte significativa de estos problemas. Las estadísticas indican que un 30% de los trayectos de tren en la región han sufrido retrasos significativos, y casi un 10% de los trenes en el área metropolitana de Barcelona han sido afectados por fallos técnicos o de señalización.
Las estadísticas también revelan que el número de quejas de los usuarios ha aumentado un 25% respecto al año anterior. El famoso «retraso por incidencias en la vía» parece haber sido la causa principal de muchas de estas quejas, con más de 5.000 pasajeros reclamando compensaciones o, al menos, una explicación sobre por qué su viaje fue interrumpido por una avería sin haber informado debidamente.
Viajar con Renfe es una experiencia integral que te enseña a aceptar lo impredecible y a mantener la calma cuando todo parece salirse de control. Los retrasos, las averías, los cambios de horario y los problemas de infraestructura se combinan para ofrecer una experiencia que no se olvida fácilmente. Al final del día, ¿quién necesita un viaje tranquilo y puntual cuando puedes disfrutar de la emoción de no saber cuándo llegará tu tren, si se parará en el camino o si llegarás a tu destino? Lo importante, claro, es disfrutar del trayecto, aunque este dure más de lo esperado. Porque, como bien dicen, lo único que podemos esperar con Renfe es… la sorpresa.
Conchi Far.
Average Rating