Como perros y gatos: las mascotas en el Antiguo Egipto

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Para nosotros, a veces nos es complicado entender la relación que tuvieron los antiguos egipcios con el entorno que los rodeaba. Y es que, el egipcio fue un pueblo que vivió y convivió directamente con la naturaleza, que supo observarla y, a su vez, venerarla y sacralizarla, hasta tal punto que era la base de su ideario religioso y panteón. Panteón en el que los animales tuvieron un papel protagonista, ya que, para los egipcios los animales eran seres que estaban al mismo nivel que los seres humanos y una manifestación de la divinidad1

De esta forma, no es de extrañar que sus dioses fueran seres zoomorfos o híbridos vinculados y asociados a las propias características del animal con el que eran representados. Así, por ejemplo, tenemos a la diosa leona Sejmet (diosa de la guerra) que se caracterizaba por su fiereza, al escarabajo Khepri (el sol de la mañana) que era representado sosteniendo el amanecer tal y como lo hace un escarabajo con su bola, al dios chacal Anubis (dios asociado a la muerte) que era un cánido porque Estos animales son carroñeros…

No obstante, esa relación tan especial de los egipcios con los animales no solo estaba presente en el plano religioso, sino que traspasó al plano cotidiano y muchos se convirtieron en mascotas. Algo que a griegos como Heródoto (S.V a.C.) les sorprendió bastante, llegando a señalar que los animales de compañía era algo común, que su muerte era muy sentida por sus dueños y que se llegaban a afeitar todo el cuerpo en señal de luto:

El egipcio es el único pueblo que tiene los animales con él en casa (…) Grande es la abundancia de animales domésticos que allí se crían (…) Cuando fallece algún gato de muerte natural, la gente de la casa se rapa las cejas a navaja; pero al morir un perro, se rapan la cabeza entera, y además lo restante del cuerpo. (Her. Libro II, Euterpe, LXVI)

Asimismo, sabemos que estos animales vivían muy cerca de sus dueños y, en muchas ocasiones, con todo tipo de atenciones y caprichos. Datos que nos aportan algunas tumbas, tales como: estelas funerarias, representaciones de egipcios con sus mascotas, textos y las propias momias de las mascotas que han llegado hasta nosotros. Y es que, en el caso de las momias, se debe decir que tal era el cariño que algunos dueños tenían hacía sus animales de compañía que una vez que morían eran momificados, colocados cuidadosamente en un ataúd y enterrados cerca de sus dueños, ya que, según el ideario egipcio éstos podrían revivir en el Más Allá y acompañarse mutuamente, tal y como, lo habían hecho en vida. Además, dichas momias, a través de sus huesos y pelaje, nos aportan datos tan interesantes como que eran animales bien cuidados y con una buena alimentación.

Ahora bien ¿Cuáles eran los animales que ostentaban el privilegio de ser las mascotas de los antiguos egipcios? Pues, tres eran las especies más queridas: los perros (iu/tesem), los gatos (miu) y los monos/babuinos (ky/ian). Pero, también tenemos casos como los de las gacelas o los grandes felinos.

En lo que respecta a los perros2, tenemos casos como los de Hapi-men (D.XXX, Abidos) que se enterró con su perro acurrucado a sus pies o el perro del faraón Amenhotep II (D. XVIII, Imperio Nuevo), enterrado en una tumba propia del Valle de los Reyes (KV 50/ Tumba de los animales). Dicha tumba, fue hallada en 1906 por Edward Ayrton, creyendo que pertenecería a algún miembro de la familia real. Tal y como describió el arqueólogo, a él mismo le sorprendió que esa tumba solo fuera destinada a las mascotas del faraón:

Entré a la cámara, la cual reveló una temperatura extremadamente alta y un techo demasiado bajo. Me asusté cuando vi de cerca de mí un perro amarillo de de tamaño natural levantado sobre sus patas, con su corta cola ondulada detrás y sus ojos abiertos. A pocos centímetros enfrente de él había un mono sentado, en perfectas condiciones; durante un momento pensé que estaban vivos, pero en seguida observé que habían sido momificados y que los antiguos saqueadores los habían despojado de sus vendajes. (…) Habían colocado al perro enfrente del mono, casi tocándose los hocicos. Creo que los ladrones los colocaron de esta manera para divertirse. O sea que podríamos decir que debe ser una broma de hace 3000 años.

Igualmente, destaca la escena de caza de la tumba de Jnumhotep II (D. XII, Imperio Medio, Beni Hassan) o una estela en donde el faraón Intef (D.XI, Imperio Medio, El- Tarif) aparece representado con sus perros AbaquerPehetes y Behekay. Pero, sin duda, resulta interesante la primera mención que se tiene de un perro domesticado. En concreto, se trata de una estela funeraria hallada Guiza (1935- G.A. Reisner), cerca de las pirámides, en donde se nos habla de los honores concedidos por el faraón al perro guardián Abuwtiyuw (D.VI, Imperio Antiguo):

El perro que era guardián de Su Majestad, Abuwtiyuw es su nombre. Su Majestad ordenó que fuera enterrado, que se le diera un ataúd del tesoro real, lino fino en gran cantidad e incienso. Su Majestad también dio ungüento perfumado, y ordenó que una tumba sea construida para él por las cuadrillas de albañiles. Su Majestad hizo esto por él para que él (el perro) pueda ser honrado ante el gran dios Anubis.

En cuanto a los gatos, también observamos que fue una especie muy querida entre los egipcios. Éstos, eran utilizados en las casas para cazar a los roedores que podían dañar los cultivos, asimismo, fueron muy venerados 3 y protegidos por las leyes que condenaban a aquellos que hicieran daño a estos felinos. De hecho, el historiador romano Diodoro Sículo (S.I. a.C.) afirmó que un romano fue apercibido por los egipcios por haber matado a un gato por accidente.

Así, desde el Predinástico (Mostaggeda/gato enterrado con su dueño) encontramos la presencia de los gatos en las tumbas y en los templos de los faraones y de la familia real. Destacando especialmente los casos de la tumba de Baket III (D. XI, Imperio Medio, Beni Hassan), de la reina Tiy (D. XVIII, Imperio Nuevo) o del rico sarcófago de Tamit, la gata del príncipe Tutmosis (D.XVIII, Imperio Nuevo).

Por otro lado, también tenemos a los monos/babuinos como animales de compañía, que ayudaban a recolectar y que convivían con la propia familia4. Ahora bien, por los restos que nos han llegado de estos animales, sabemos se les extirpaban los colmillos para evitar mordeduras peligrosas, que eran criados en cautividad y que eran un bien de lujo procedente del Punt e India5. De esta forma, los monos/babuinos, eran mascotas de los personajes más pudientes, como por ejemplo el faraón Amenhotep II (D.XVIII, Imperio Nuevo).

Por último, entre las clases nobles también destacaron los grandes felinos o las gacelas. En el caso de estas últimas destaca la gacela de la princesa Isitemkheb (D.XXI, Tercer Periodo Intermedio, 945 a.C.), la cual, fue ricamente momificada (con collares y vendas de lino) y depositada en un ataúd de sicomoro.

En definitiva, se aprecia como entre los egipcios existía el concepto de animal de compañía o compañero de vida, así como, los cuidados que ello implicaba. Es más, resulta interesante observar cómo se les protegía y como, aunque nos separan 5000 años, no somos tan diferentes, ya que, en la actualidad nosotros tenemos un concepto muy similar al de los antiguos egipcios.

 Rocío Rivas Martínez

Referencias

Aguilar, M. (2018). La historia del gato, venerado de Egipto. Disponible en https://www.muyinteresante.es/mascotas/articulo/la-historia-del-gato-el-venerado-de-egipto-961508398320  

García, A. (2020). El perro en el Antiguo Egipto. Disponible en https://egiptologia.com/el-perro-en-el-antiguo-egipto/  

National Geographic (2012). Los animales de compañía en el Antiguo Egipto. Disponible en https://historia.nationalgeographic.com.es/a/animales-compania-antiguo-egipto_6319

National Geographic (2018). Momias de animales del Antiguo Egipto. Disponible en https://historia.nationalgeographic.com.es/a/momias-animales-antiguo-egipto_611/3  

Parra Ortíz, J.M. (2010). Momias: la derrota de la muerte en el Antiguo Egipto. Barcelona: Crítica.

Imágenes

Portada: https://dam.muyinteresante.com.mx/wp-content/uploads/2021/04/GettyImages-608972797.jpg

Foto 1: Momia votiva de un gato de Istabl Antar (Museo Egipcio del Cairo, CG29655). Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2009/10/21/animalesmomia14_317x475.jpg 

Foto 2: Tumba de Deir el Medina (D.XIX, Imperio Nuevo) en la que se aprecia como un egipcio arregla su jardín acompañado de su perro. Fuente https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2012/07/25/_2000x1386.jpg 

Foto 3: Momia del perro de  Amenhotep II (KV50). Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2009/10/21/animalesmomia22_714x545.jpg  

Foto 4: Pintura de un gato cazando pájaros. Tumba de Nebamon (D. XVIII, Imperio Nuevo), British Museum. Fuente: Alegre García.S. https://egiptologia.com/el-gato-en-el-antiguo-egipto/  

Foto 5: Momia de un babuino domesticado, Museo Egipcio, El Cairo. Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2009/10/21/animalesmomia21_383x475.jpg 

Foto 6: Momia de la gacela de Isitemkheb (945 a.C.), Museo Egipcio del Cairo. Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/medio/2009/10/21/animalesmomia1_714x476.jpg 

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