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Introducción

La verdad ha dejado de ser importante, la sentencia que Nietzsche puso de manifiesto allá por el siglo XIX “La verdad no existe, sólo existen las interpretaciones” está de rabiosa actualidad. El triunfo del nihilismo es más evidente hoy que en ninguna otra época, la difusión de medias verdades o manifiestas mentiras, son habituales a través de los distintos medios de comunicación, ya sean públicos, privados, oficiales u oficiosos.

La difusión de “bulos” o en su anglicismo, cada vez más aceptado en la lengua de Cervantes, “fake news”, corren y se propagan como un virus pernicioso por todo el cuerpo social, donde parece no importar si lo que se difunde es cierto o no.

¿Cuántas veces has comprobado la veracidad de una noticia antes de compartirla o difundirla?

A  pesar de que existen múltiples páginas dedicadas a desmentir “bulos” como “maldito bulo” o “stop bulos”, estos bulos se multiplican y se propagan a mayor velocidad de lo que se pueden desmentir, y una vez que se ha desmentido uno, el “bulo” muta y continua expandiéndose “infectando” cada vez más cerebros.

La creación de “bulos” no proviene únicamente de personas o grupos anónimos encargados de crearlos y difundirlos. Medios de comunicación “respetados” los usan frecuentemente para atraer el apoyo popular hacia ciertas causas.

Periódicos de todo el mundo usaron una imagen de un supermercado desabastecido para exponer la carestía de alimentos en Venezuela, haciendo mención que dicho supermercado estaba ubicado en Caracas, la capital venezolana. Años más tarde se descubrió que la imagen pertenecía a un supermercado de la ciudad de Nueva York (EEUU) durante una huelga de transportes[1].

Un caso, aún más “sangrante” si cabe, fue utilizado por el “Diario ABC”, en el año 2011, donde hacía alusión a la violencia de los manifestantes del movimiento 15M, donde un joven rubio, que utilizaba su camiseta para cubrirse la cara lanzaba objetos a la policía. En este caso se trataba de una imagen extraída de unas manifestaciones que se habían producido en Italia, donde vinculaba dichas manifestaciones al movimiento 15M.

Informar ha dejado de ser un objetivo, para ser sustituido por la creación de opinión pública, ante una masa desinformada y manipulable que reproduce todo lo que capta por la retina sin ni siquiera cuestionarlo.

Sirvan estos dos casos como ejemplos, pero podríamos extraer muchos más del resto de los medios de comunicación “serios”.

Mentir ya no es un impedimento para sumar apoyos. Seguimos teniendo como referentes para informarnos medios de comunicación que nos han engañado, mentido y manipulado y aun habiendo sido descubiertos en sus malas artes siguen ejerciendo las mismas prácticas y contando con una legión de seguidores.

Podríamos hacernos las siguientes preguntas: ¿ha dejado de importar la verdad? ¿lo emocional ha vencido a lo racional? ¿contra quién se dirigen la mayoría de los “bulos”? ¿a quién beneficia? ¿Por qué lo permitimos?

Son preguntas de difícil respuesta la que cada uno de nosotros y nosotras deberíamos responder para construir una colectividad basada en la razón.

Las principales víctimas de los bulos

Como hemos dicho anteriormente los “bulos” nacen con el objetivo de crear opinión, o generar argumentos para fortalecer una opinión, como decía Mark Twain “es más fácil engañar a alguien que convencerlo de que ha sido engañado”. Los bulos dotan de argumentación sobre ciertos temas, aunque estos argumentos sean falsos, ya que el circuito posterior boca-oído, no necesita de hechos demostrables, simplemente de hechos narrados por una persona de la confianza del “oyente”, que lo seguirá transmitiendo a otras personas.

¿Recuerdan el bulo clásico de “Ricky Martin, el tarro de mermelada y el perro”? este es un “bulo” previo a la era de la posverdad que vivimos en la actualidad, yo mismo he oído a personas asegurar que ellos vieron esas imágenes, un “bulo” mil veces desmentido pero que fue oído por toda la geografía española.

El mecanismo de difusión sigue siendo el mismo, pero mucho más ágil con la tecnología actual. Hoy se manipulan imágenes, videos, audios… con el objetivo de perjudicar a un colectivo.

El principal colectivo víctima del ataque de estos “bulos” es el de los inmigrantes, todos y todas hemos visto supuestas situaciones donde este colectivo comete una y mil fechorías, siempre son situaciones vividas en nuestro país donde las imágenes son prueba fiel de lo malvado de este colectivo que además de no agradecer el acogimiento que aquí reciben intentan destruir nuestra sociedad. Solo se tarda un minuto en verificar la información de este tipo que siempre es sospechosa de ser un bulo, pero pocas veces se hace. En otras ocasiones se sustituye la parte por el todo, y donde un individuo realiza una acción punible se culpa y se pone el foco en el colectivo, incluyendo a miles de personas en el mismo saco, una forma sutil de desviar la atención de los verdaderos responsables de los problemas y la creación de un chivo expiatorio a quien culpar.

La respuesta de porque no se hacen las debidas comprobaciones una vez que nos  encontramos con estos mensajes es lo que en psicología se llama “estrategia de prueba positiva”, esto es, buscamos lo que queremos encontrar. Compartir este tipo de contenido no hacen a nadie xenófobo, se es un xenófobo y por eso comparte este tipo de contenidos. Estos contenidos dan validez pública a lo que muchas veces se piensa en privado.

Otros ejemplos

El “bombardeo” continuado de información tendenciosa, no es la única característica de la Era de la Posverdad, han surgido muchas estrafalarias y en algunos casos peligrosas teorías que ponen en duda los avances técnicos y sociales obtenidos por la humanidad hasta hoy. Por difícil de creer que parezca hay quien pone en duda la forma del planeta Tierra, el viaje a la Luna o la utilidad de las vacunas.

  • Los Terraplanistas: son un grupo de personas que afirman que la Tierra en plana, volviendo a las supersticiones medievales, más de quinientos años de Historia, avances, viajes, descubrimientos… para que un grupo de personas sin ninguna prueba asegure que todo es fruto de un engaño orquestado por no se sabe quién.
  • El viaje a la Luna: al menos este grupo basa su pseudoteoría en la situación geopolítica de la confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética en su lucha por la conquista espacial. Todas y cada una de las contradicciones que han “encontrado” en las imágenes que fueron retransmitidas por la NASA en el año 1969, han sido rebatidas y argumentadas científicamente pero aun así hay quien sigue cuestionando este hecho histórico.
  • Campaña antivacunas: sin duda el más peligroso de los “bulos” difundidos, donde se establece una relación entre la vacunación y la aparición del espectro autista. Este comportamiento irresponsable de muchas personas ha provocado la reaparición de muchas enfermedades que se daban erradicadas en Europa y Estados Unidos, debido a la falta de vacunación de muchas personas.

Conclusión

Se podría pensar que con este escrito se está invitando a no cuestionar las versiones oficiales de cualquier hecho y nada más lejos de mi intención.

Informarse cansa, no basta con la visualización de ciertas imágenes, hay que indagar, buscar, comparar, razonar… en la actualidad existe la errónea creencia que una imagen puede darnos todos los datos que necesitamos para estar informados, es el razonamiento lo que nos hace comprender y no los ojos, nuestra sociedad se ha convertido en un blanco fácil para la manipulación a través de estímulos visuales.

Cuestionar la realidad es la obligación de todo ser humano racional en busca de la verdad, la verdad es irrefutable y no está sujeta a interpretación, las pruebas que nos dirigen hacia la verdad no están sujetas a interpretaciones y deben estar científicamente probadas, todo es susceptible de comprobación, pero esta comprobación ha de ser seria e irrefutable.

Dejarnos llevar por las emociones, los sentimientos o nuestros parámetros culturales hace que veamos una realidad distorsionada sin que en muchos casos seamos capaces de imaginar el daño que podemos llegar a crear.

Por otro lado, no podemos pensar que podemos combatir a los “bulos” simplemente dedicándonos a verificar las informaciones malintencionadas, requiere una militancia activa a favor de la verdad, actuando no desde la racionalidad sino desde lo emocional, ya que es el plano emocional donde actúa la posverdad.

“Sería ingenuo pensar que la batalla contra la posverdad se ganará únicamente recurriendo a las técnicas rutinarias de verificación”

Matthew d´Ancona

 

Manuel Carmona Curtido

               

Referencias

D´Ancona M. (2017) Posverdad. La nueva guerra contra la verdad y como combatirla. Alianza Editorial.

Chomsky N.y Ramonet I.(2010) Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios. Ed. Icaria Más Madera.

[1] https://www.elmundo.es/f5/2016/04/07/5706b22846163f895e8b4573.html

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