El mono borracho o de cuando nos hicimos inseparables del brindis

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Estamos rodeados de alcohol. La vida comenzó en nuestro planeta hace aproximadamente 4 billones de años y ya había seres unicelulares que ingerían azúcares simples y excretaban etanol y dióxido de carbono. Podemos mirar a nuestro alrededor y comprobar que la fruta cae del árbol y fermenta de manera natural. Con un homínido que mira esa fruta deseoso, comenzó nuestra historia de borracheras.

Las moscas de la fruta ingieren alcohol, aunque no sabemos si se emborrachan de una manera comprensible para nosotros, pero sí sabemos que los monos aulladores de una de las islas de Panamá consumen el fruto caído del Astrocayum mostrando una conducta desordenada y ruidosa cayendo incluso a veces de los árboles. No es habitual que los animales tengan acceso a una cantidad de alcohol que los emborrache de manera natural. Otra cosa es que sean parte de algún experimento. De hecho, un científico tuvo que detener una pelea entre un elefante muy borracho y un rinoceronte cuando por lo general los elefantes no atacan a los rinocerontes.

Pero nos centraremos en nuestra especie. Somos realmente buenos ingiriendo alcohol. La selección natural seleccionó a las que más resistencia al alcohol presentaban y eso nos pasó a nosotros.

La teoría del mono borracho

Existe la teoría, compartida o no, de que aunque no sabemos por qué nuestros ancestros bajaron de los árboles, bien podía tener que ver entre otras muchas cosas con conseguir la fruta madura que había allí. De las muchas mutaciones que se fueron produciendo, hay una en particular que ha hecho que tengamos más tolerancia que otros animales al alcohol, Alcohol deshidrogenasa de clase IV con etanol activo (ADH4), que nos permite metabolizar el alcohol en energía. Si a esto le sumas la forma en la que tomamos alcohol, en compañía, comprendemos por qué está tan instaurado en nuestra especie la ingesta de alcohol.

Somos seres sociales y como tales bebemos. Comemos y comíamos en grupo, alimentándonos unos a otros. Por otra parte, el grupo siempre es más efectivo en la defensa que individuos solos así que si nos embriagábamos en grupo el problema de ser atacados por depredadores disminuía.

¿Qué significa emborracharse en las diferentes culturas del mundo?

Aunque la borrachera es universal en el ser humano (en Norteamérica y Australia apareció con la colonización) y cada cultura puede tener una bebida predilecta, no para todos tiene el mismo significado y finalidad.

Tiene mucho que ver con características de la cultura en cuestión. Si en una cultura concreta se cree que te vuelve religioso, eso hará con los individuos. Si se piensa que te vuelve violento, como tal nos comportaremos. Es más, dependiendo de la bebida que ingerimos nos comportamos de manera diferente cuando el principio activo es el mismo, el etanol.

Sin duda, el alcohol tiene mucho que ver con el tipo de sociedad en la que se toma y en las creencias que tiene, puesto que la bebida tiene una asociación cultural. Puede ser utilizada en una celebración, en un ritual, para ratificar contratos, inducir a una pelea o mil cosas más.

Quince Brandy workshop organised by Slow Food Berkshire & Wiltshire, 29th October 2016 and held in Reading.

La bebida forma parte de nuestra existencia como humanos

El edificio más antiguo conocido 10.000 a. C. está en Turquía y se llama Göbekli Tepe. Es un edificio construido con grandes planchas de piedra de hasta 17 toneladas de peso con lo que podemos pensar que hubo varias tribus de cazadores-recolectores que se unieron para crear lo que parece algo parecido a un templo. Tiene unas especies de bañeras con rastros de oxalato que se forma al mezclar agua y cebada, por lo que se piensa que se trataría de un lugar de reunión para beber cerveza (los primeros residuos de vino aparecen en el 7.000 a.C en China, más tarde en Irán hasta llegar al Mediterráneo).

La cerveza era mucho más que una bebida, era una forma de pago. En Mesopotamia aparece la escritura, la más antigua de la humanidad (4.000 a. C.) y se trata de una serie de pagarés. No había monedas, se pagaba en oro, cebada o cerveza. La cerveza se convertía en una moneda de cambio, y en un símbolo de escritura. De hecho, los sumerios escribieron sobre la cerveza y sobre la diosa de la cerveza, Ninkasi que pasaba la eternidad fabricándola.

La epopeya de Gilgamesh es el mito sumerio más famoso y nos cuenta cómo la sacerdotisa Inana quiere convertir a un hombre salvaje en un ser humano dándole una bebida. Para los sumerios, ingerir alcohol nos hacía humanos.

Las tabernas estaban en manos de mujeres puesto que fabricar cerveza es un acto doméstico. Esto viene recogido en el famoso código de Hammurabi.

Los egipcios tenían un mito que contaba como Ra. Enfurecido con los humanos envió a la diosa Hator a vengarse y a matarlos. Pero Ra se terminó apiadando de ellos y decidió perdonarlos. Sin embargo Hator no pensaba lo mismo y para poder controlarla, Ra vertió siete mil barriles de cerveza y la tiñó de rojo para engañar a Hator. Ésta al verla pensó que era sangre, la bebió, le dio sueño y se durmió. Así fue como la cerveza salvó la humanidad de ser aniquilada por Hator. Para rememorar la salvación de la humanidad, se celebraba el Festival de la Borrachera en honor a Hator en su tempo. Aquellos que construyeron la Gran Pirámide fueron pagados con cerveza y el rey Escorpión fue enterrado con trescientos cántaros de vino. Los egipcios tenían una relación muy positiva con la bebida sin duda.

Los griegos tomaban el vino diluido en agua y tenía a los persas- bebedores de cerveza- y a los tracianos -que bebían vino sin diluir- como bárbaros. Para ellos el vino era una bebida sagrada y Dionisio, el dios del vino, podía convertirte en un animal si lo bebías y no eras capaz de reconocerle como el dios que era y lo tomabas por un mortal.

En China como decíamos antes, aparece el vino alrededor del 7.000 a.C. La historia de China parte de multitud de leyendas y mitos poco contrastables, pero algo de verdad puede haber en base a los restos arqueológicos sobre emperadores que creaban lagos de vino por donde navegaban en canoa. Lo que sí sabemos es que las ceremonias rituales en relación a sus ancestros, eran momentos en que tanto humanos como espíritus acababan completamente borrachos. Es curioso como en un principio los chinos tenían presente que el exceso de alcohol podía derrotar una dinastía y lo comprobamos en el documento “Proclama sobre la embriaguez” del primer milenio a.C.

Si saben de personas que están bebiendo en grupo, no dejen de

aprehenderlas y enviármelas aquí a Kâu, donde podré matarlas.

Sin embargo, a día de hoy, no podremos hacer negocios allí si no es mediante un encuentro donde el baijiu, el licor más fuerte del mundo, rueda a sus anchas.

Algo similar ocurre en Corea, donde las botellas de soju, la bebida nacional, siempre están presentes en cualquier reunión de empresa, celebración familiar o cualquier momento que se crea necesario. No hay negocio que no se cierre con una cena empapada de soju.

La Biblia da buena cuenta de la importancia del vino. Lo primero que hizo Noé tras el diluvio fue plantar una viña. Dice el Deuteronomio:

«Bendecirá el fruto de tu vientre, las

cosechas de tu tierra —trigo, vino nuevo y aceite de

oliva— y los terneros y corderos de tus rebaños en la

tierra, los que juró a tus antepasados que te daría».

 

Y qué decir de la sangre de Cristo. Los cristianos tempranos bebían en grupo, y en los rituales el vino representaba la sangre de Cristo. Pero beber vino en exceso lleva a la borrachera y el apóstol San Pablo, en las cartas a los Corintios escribe que la gente no se emborrachara y dejaran a los cristianos como un grupo de borrachines.

En Roma las Bacchae o ménades fueron las sacerdotisas encargadas del culto al dios Baco, el Dionisio de Grecia. En un principio solo eran mujeres las que realizaban los ritos, pero los hombres se fueron incorporando. Esta secta fue perseguida en la República hasta la destrucción, pero se fomentó durante el Imperio. El acceso al exceso era territorio de los ricos y los que no tenían riqueza, vendían su dignidad para poder acceder a las fiestas donde el vino y las excentricidades  eran los protagonistas, lo que se llamó el Convivium.

El vino romano llegó a Germania y gustó mucho. Pero los bárbaros no sabían crearlo. Hacían cerveza y una bebida llamada kumis a base de leche de yegua fermentada. Solo tenían vino cuando conquistaban y lo requisaban como botín de guerra. Cuando poco a poco adoptaron el cristianismo, fue en los monasterios donde encontraron dónde producir el vino. El monasterio se convertía así en un lugar tranquilo donde se podía beber bajo las reglas de San Benedicto en el siglo VI. No es extraño que el consumo de vino y cerveza se extendiera porque la alternativa era el agua y  en esa época no era salubre de forma habitual. Como decía el abad Aelfric “cerveza si la tengo, agua si no tengo cerveza”.

Según el Corán, el paraíso tiene ríos de vino, Sura 47:15. En el paraíso, vino, y agua hirviendo en el fuego de las condenas. Pero con respecto a la vida terrenal, el consumo de vino ya es otra cosa. La bebida es obra de Shaytan.Y si dejamos el Corán y cogemos el Hadith, el castigo por beber es de 80 latigazos. Esta prohibición, al principio no lograba mucho puesto que no había mucho vino. Cuando el islam se extendió a la zona de Mesopotamia cambiaron las cosas, pero no se prohibía el consumo en judíos o cristianos. Así que si se era como Abu Nuwas, el poeta árabe más importante y frecuentabas las zonas donde vivían cristianos y judíos entrabas en contacto con las bebidas. Nuwas se especializó en componer las canciones al vino o khamriyyat.En aquellos inicios, beber y arrepentirse no era pecado, pero sí lo era creer que beber no era pecado. Hubo numerosas prohibiciones y olvidos de la prohibición.

Se buscaron alternativas como en la Bosnia otomana que religiosamente no probaban el vino pero si el raki, bebida igualmente intoxicante pero que no es nombrada en el Corán.

En el caso de los escandinavos es curioso como el vino, una bebeida que no era suya, era sin embargo lo que noche y día bebía Odin. Por otra parte, solo los más ricos podían acceder al vino que venía de los confines del Imperio Romano, así que cómo no iba Odín a beberlo. Pero hay algo interesante en Odin. El solo bebía vino, no ingería alimentos. Hasta ahora lo conocido era algún dios de la borrachera que armaba jaleo y era sometido por un dios superior. Por encima de Ninkasi estaba Enlil, por encima de Hator estaba Amón o por encima de Dionisio estaba Zeus. Pero por encima de Odin no había nadie, así que es normal que en la sociedad vikinga, nadie se tuviera que arrepentir de beber ni sentirse mal por hacerlo. No todos podían beber vino que era extremadamente caro, o la famosa hidromiel de las sagas que podían permitirse los grandes señores, el pueblo llano consumía la tercera bebida vikinga y la quizá más conocida, la cerveza. A Thor, Loki le engañó precisamente con cerveza al ofrecerle el cuerno que nunca se acababa y que le permitió reírse de él por no conseguir apurarlo diciendo que un muchacho lo hubiera conseguido de dos tragos. Si un vikingo quería prometer algo, si quería respaldar sus hazañas, juraba con una copa especial llamada Bragarfull y esa promesa era irrompible.

En la edad media, Inglaterra se llenó de posadas, tabernas y las casas de ale, más modestas pero que de igual manera se encontraba la cerveza ale. Parte de los salarios se pagaban en cerveza, como ya se hacía en Babilonia y era normal que en onomásticas o en la muerte de algún obispo, la iglesia donara barriles de ale al pueblo. Pero la ale no era precisamente apetitosa mientras que en el resto de Europa ya se empleaba el lúpulo, que la mejoro y que llegó más tarde a Inglaterra, casi en el siglo XVII en el caso de Lancashire.

Si nos vamos a América, los aztecas tenían el pulque y también hubo normas de control como las deNezahualcoyotl en Texoco, al noreste de Tenochtitlan. Por supuesto aquí también aparecen dioses de la bebida, Mayahuel diosa del agave casada con Patecatl, dios de la fermentación. En Brasil estaba el cavi, bebida fermentada que se ofrecía a los guerreros que iban a ser sacrificados y también encontramos la chicha sobre todo en Perú. La chicha la realizaban mujeres vírgenes que masticaban el maíz para que la amilasa salival provocara la fermentación.

El norte de América y Australia no eran lugares donde el alcohol tuviera éxito hasta que fueron colonizadas. La primera con el whiskey y la segunda con el ron. Si bien se pensó en dar redención a los convictos en Australia, pronto todo se descompuso, en cuanto solo se permitía beber a unos pocos o después se pagaba con ron el trabajo de alzar iglesias.

Pensar en Rusia como un país sin alcohol es bastante difícil. Algo  que ver en la revolución de 1917 la tuvo la prohibición que se instauró por Nicolas II tres años antes. Pero a pesar de que podamos pensar que es el vodka la bebida nacional, en realidad es el kvas, o coca cola comunista. Se asemeja en su aspecto a la cerveza negra y es un licor con sabor a pan. Es la base de la famosa sopa de verano okroshka.

Chin Chin

Conocemos multitud de rituales para beber, diferentes formas para brindar. Los rituales alemanes donde hay que hacer contacto visual y decir prost. En China no elevaremos nuestra copa por encima de la del anfitrión y hay que llenarla hasta el mismo borde. Decir santé en Francia, en Georgia hay que contar una historia, en Hungría está prohibido por ley hacer ruido, hay que ser silenciosos. En Irlanda hay que invitar a una ronda al resto y pronunciar en gaélico sláinte y en Rusia romper la copa tras pronunciar vashe zdorovie. En árabe fe sajetok, en armenio jenatz, gan bei en mandarín o ter-vi-sex en estonio

Hemos prohibido la bebida en el siglo XX y se ha conseguido el efecto contrario, que se beba más. Hemos introducido el mito de Gilgamesh sumerio en Rebelión en la granja cuando los cerdos se convierten en humanos al beber cerveza. Hemos basado los negocios en el alcohol y hemos alimentado la depresión y la soledad con términos como el finlandeés kalsarikännit, beber solo en casa y en ropa interior. La bebida es, lo queramos o no, parte de nuestra especie.

Sonia Hidalgo Moreno

Referencias

Forsyth M. 2017. Una breve historia de la borrachera. Editorial digital Titivillus ePub base r2.1

https://www.historiasdechina.com/2013/12/05/la-cultura-del-alcohol-en-china-forma-de-diplomacia/

https://www.coreacultura.com/conoce-corea/la-vida-coreana/cultura-en-corea-la-bebida/

https://www.bbc.com/mundo/noticias-44453968

https://www.diariodelviajero.com/gastronomia/el-kvas-la-bebida-tipica-de-rusia

https://www.animalgourmet.com/2014/07/15/entre-trago-y-rito-las-bebidas-alcoholicas-prehispanicas/

https://www.carlosserres.com/formas-brindar-otros-paises-mundo/

https://matadornetwork.com/es/como-invitar-a-un-brindis-en-50-idiomas-diferentes/

https://matadornetwork.com/es/las-mejores-recetas-del-mundo-para-curar-la-resaca/

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