El genocidio de “Papa Doc” y su legado de muerte lenta de la población y la democracia de Haití

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Jean Francois Duvalier, mejor conocido como “Papa Doc”, ejerció de dictador de Haití desde 1957 (inicialmente por 6 años) y luego en 1964 hasta su muerte en 1971. Su hijo, Jean-Claude Duvalier le sucedió en su mandato. Papa Doc llevó a cabo una campaña populista que le ayudó a ganar las elecciones en 1957. Durante este período reivindicó la negritud de la descendencia afro haitiana para atacar a la élite mulata que gobernaba el país.  Instauró el vudú como religión oficial, proclamándose a si mismo como “sacerdote vudú”. Se afanó por mantener una relación con el ocultismo, por esta razón veneraba la imagen de la deidad de la muerte y los cementerios del panteón vudú (el Barón Samedí)[1]. Esta veneración por la muerte la llevó hasta el punto de asesinar a miles de haitianos, acumulando así muertos para su deidad, y masacrando a la población haitiana durante su férreo mandato.

La República de Haití

Haití forma parte de los 13 países que conforman la América Insular, Las Antillas o Islas del Mar Caribe. Su capital es Puerto Príncipe y su lengua principal es el creole, además del francés. Este país comparte espacio con la isla que los españoles denominaron “La Española”, tras la colonización. Situado al oeste de la isla, limita al norte con el Océano Atlántico, al este con República Dominicana, al sur con el Mar Caribe y al oeste con el Paso de los vientos, lo que la separa de Cuba. Es el tercer país más extenso de el Caribe (detrás de Cuba y República Dominicana) y el tercero con más densidad de población (292,7 hab/km2), detrás de Barbados y San Vicente y Las Granadinas[2].

Fue la primera nación en organizar una “revolución negra” en 1791, convirtiéndola en “la primera nación libre compuesta por hombres libres” (Marín, 2015), ya que fue la primera en abolir la esclavitud. Este hecho se tomó como una afrenta por parte de los colonizadores, ya que Haití tenía el 75% de la producción mundial de azúcar y era el principal productor de algodón, café y tabaco, de la cual Francia obtenía el 20% de su riqueza en la época de la colonia. Todo esto sumado al hecho de dejar de ser uno de los lugares estratégicos del comercio de esclavos, junto a Brasil y Santo Domingo. Esta afrenta de libertad fue rechazada por las potencias europeas que aislaron al país durante mucho tiempo, negándose a reconocer el “nuevo Estado negro”. Haití pago cara su libertad (literalmente) pues tuvo que pagar a Francia 150 millones de francos por independizarse. Esta “deuda de independencia” ha permanecido en la historia de corrupción, saqueos, anarquía, intervenciones, violencia y represión que ha seguido viviendo esta nación a lo largo de los años (Marín, 2015: 2-3).

Papa Doc: la dictadura de los Duvalier

La dictadura de los Duvalier tuvo una duración de 28 años y 5 meses. Jean Francois Duvalier se ocupó de realizar cambios importantes en la estructura de poder, así como en la implementación de mecanismos de dominación a la nación haitiana. Tal como lo expresa Castor (1986) el dictador estableció un régimen que incluía “rasgos tradicionales de la autocracia, con elementos de Estado moderno”, además de una política basada en una ideología anticomunista, apoyada por Estados Unidos (Castor, 1986: 55). El dictador debilitó el poder legislativo y al ejercito, destituyéndolo de su papel principal de dirigir la política del país, y en contrapartida, creó su propio “cuerpo paramilitar”, los denominados “Tontons-Macoute” (ibid: 85).

Este era su ejército personal, fue creado tras sufrir un atentado contra la vida del dictador. Los Tonton Macout surgieron a semejanza de los denominados “camisas negras” creados por Benito Mussolini durante el régimen fascista. Los soldados debían obediencia absoluta al dictador, con una estructura nacional compuesto por 50,000 hombres. No recibían ningún salario, por lo que se ocuparon de crear los medios con los que financiarse, mediante el asesinato y la extorsión. De esta manera, esta legión de paramilitares realizaba funciones policiales, actuaban fuera de la ley, realizaba arrestos de forma arbitraria, perseguía a los considerados opositores al régimen, realizaba ejecuciones selectivas, exterminaban familias completas, llevaban a cabo masacres colectivas y fusilamientos (Marín, 2015: 14).

Papa Doc instauró una dictadura “unipersonal” de forma vitalicia, basándose en un sistema de represión y control de la ciudadanía, fortalecido por el miedo, el terror, la corrupción y la “manipulación ideológica”. El sátrapa, fomento un verdadero “terrorismo de Estado” pues se otorgó “el monopolio de la violencia”, con su estrategia de eliminación de sus opresores políticos, deshizo todos los intentos de protesta o lucha en contra de su régimen, logrando con ello debilitar cualquier forma de oposición a su cruenta dictadura (Castor, 1986: 56).

Duvalier padre se encargó de socavar todos los derechos de los y las ciudadanas de Haití. Utilizando la fuerza y la represión, eliminó el derecho al asociacionismo, las manifestaciones y la libre expresión del pueblo. Al mismo tiempo, destituyó los poderes legislativo y judicial, los cuáles fueron “absorbidos por el poder ejecutivo”, utilizando los medios de comunicación para desacreditar y condenar a sus posibles opositores (Marín, 2015: 12). Duvalier hijo siguió el legado de terror del padre, además de incrementar su riqueza y acrecentar el empobrecimiento de la nación haitiana.

Tal como señala Castor (1986) en palabras de Gérard Pierre-Charles, “el duvalierismo fue la forma que tomó la dominación imperialista en Haití”, ya que Estados Unidos fue uno de los soportes de la dictadura de los Duvalier (Castor, 1986: 57). En un momento en el que EE.UU. veía con recelos el auge del comunismo en América Latina (debido al triunfo de la revolución cubana), puso en marcha toda su maquinaria para implementar una ideología anticomunista y de “seguridad nacional”, que sirvió a los intereses de los Duvalier. Ambos dictadores se beneficiaron del apoyo que los del norte les brindaron en materia política, militar y económica. Se ampararon en un régimen de terror, persecuciones, asesinatos, desapariciones, represión policial, etc., que sumieron a este país en el caos total (Marín, 2015: 7).

Los Duvalier cometieron constantes violaciones de los derechos humanos, amparados en el brazo armado de los Tontons Macoutes. Papa Doc desmanteló el poderoso ejercito creado y entrenado por EE.UU. en 1935, lo que se contrapuso al poder que otorgó a su ejercito personal. Esto provocó que muchos militares se pasaron a las filas de los Tontons Macoutes. El brazo armado y sanguinario del dictador (los Tontons Macoutes) acumuló en su haber 33.000 muertos, asesinados y desaparecidos, bajo el régimen de los Duvalier (Castor, 1986: 59). Fernando M. Martín señala que hubo más de 200,000 personas que fueron víctimas de Papa Doc y su heredero durante la dictadura duvalierista (2015: 11).

Jean Claude Duvalier

Jean Claude Duvalier (apodado Baby Doc), asume la presidencia vitalicia de Haití en el año 1971, con tan sólo 19 años de edad. Papa Doc realizó el traspaso de poderes a su hijo, aprovechando el debilitamiento de la oposición que la sanguinaria dictadura había provocado.  De esta forma, Baby Doc hereda la posición de poder absoluto del padre, con la idea de perpetuar el legado de terror que había construido Papa Doc. Pero Duvalier hijo era un inexperto y su incapacidad era notoria. Se mantuvo en el poder gracias al apoyo firme de los EE.UU. A pesar de todas las ayudas recibidas por EE.UU. y otras naciones, en su gestión no fue capaz de impulsar proyectos de desarrollo, ni de mejorar la deplorable situación económica del pueblo (Castor, 1986: 55).

Pese a recibir más de 2.000 millones de dólares en ayudas económicas y alimentos de EE.UU., la República Federal de Alemania, Taiwán, Francia y Japón, la economía del pueblo haitiano cayó en picada, acumulando deudas del Banco Mundial, con un déficit comercial de casi 200 millones de dólares y una renta per cápita de 420 dólares. La dictadura de Duvalier hijo se caracterizó por ser un régimen corrupto, con una economía débil, que conservaba las estructuras obsoletas del padre, que no fue capaz de impulsar el desarrollo productivo, llevando al país a la miseria absoluta (Castor, 1986: 56).

En un vano esfuerzo de legitimidad, Baby Doc pone en marcha un plan de política de liberalización con resultados funestos para su ya decadente gestión. Esta apertura política, comenzó a expandirse entre las masas populares que comenzaban a actuar desde la legalidad. Surgieron algunos partidos políticos (con limitaciones) y algunas instituciones democráticas, como la Liga de los Derechos Humanos, asociaciones de profesionales, etc. Estas nuevas instituciones presionaron al gobierno de Duvalier hijo para que se adoptaran leyes que facilitaran su funcionamiento e impulsaron cambios en materia jurídico-institucional, como elecciones municipales y legislativas. Sin proponérselo, las iniciativas políticas del dictador comenzaron a debilitar la dictadura y a pesar de la represión, pierde poder sobre el pueblo. Comienza a surgir con fuerza una posición anti duvalierista que termina derrocando la dictadura. Los últimos años de la dictadura duvalierista Castor (1986) los define como “un coloso con pies de barro” (Ibid: 56).

Debilitada la oligarquía haitiana, a pesar del matrimonio de Jean Cluade Duvalier con Michèle Bennett (en un intento de unificar los sectores de poder negro y mulato), con una economía cada vez más frágil, un incremento de la corrupción y del vandalismo, con un despilfarro y saqueo de las arcas del Estado, basado en la extorsión de la burguesía negra y mulata, se fue gestando el descontento de la clase burguesa, provocando una crisis en el epicentro del duvalierismo. Con el fortalecimiento de las masas populares, el apoyo de la iglesia a los movimientos reivindicativos de derechos, el resurgimiento de un cuerpo militar resentido y de una juventud que se rebelaba ante la dictadura, los días de la dictadura de los Duvalier estaban contados.

En todo este conglomerado de lucha, se organizaron manifestaciones callejeras para expresar abiertamente el descontento y cansancio del pueblo hacia la dictadura duvalierista. Era una oposición sin protagonistas identificables, constituida por varios frentes, que al aparato represivo de Baby Doc le fue difícil atacar, reprimir y eliminar (Castor, 1986). Se unieron un conjunto de fuerzas dispares cuyo único objetivo era derrocar la dictadura de los Duvalier, despojándola de su carácter vitalicio. El 7 de febrero de 1986, sin el apoyo militar y político de los EE.UU. Baby Doc fue derrocado, tras el golpe de Estado dirigido por el general Henri Namphy. Baby Doc huye de Haití a Francia, poniendo fin a casi 29 años de la más cruel y sanguinaria dictadura que este país ha sufrido.

A modo de conclusión

Jean Francoise Duvalier (Papa Doc) y su vástago, Jean Clude Duvalier (Baby Doc) se ocuparon de perpetuar el terror, la represión, la extorsión, el asesinato, las desapariciones, y el control absoluto sobre la población haitiana, ejerciendo un atroz genocidio sobre el pueblo de Haití. Al mismo tiempo, simplificaron al mínimo la capacidad de organización social, impidiendo el funcionamiento de partidos políticos y sindicatos, coartando la posibilidad de lucha de clases, protestas, libre expresión, etc. Todas estas estrategias de coerción entorpecieron el establecimiento de una democracia real en el pueblo haitiano. En un país donde se instauró un régimen de terror por mas de 28 años, donde se pusieron en marcha toda clase de prácticas en contra de los derechos humanos y la democracia, en el que el saqueo continuado de las arcas del Estado convirtió a Haití en el país más pobre de América Latina, se anuló toda posibilidad de estabilidad política, amparada en los pilares de la democracia. Este legado de caos político, de golpes de Estado, de democracia debilitada, de corrupción, de malversación de los bienes del Estado y de abandono total de la clase menos favorecida, aún perduran en la nación haitiana.

Kattya Núñez Castillo

Referencias

Castor, S. (1986). Haití: de la ruptura a la transición. Nueva Sociedad, (82), 54-63.

Marín, F. M. (2015). Haití: la dictadura de Francois Duvalier y el rol de Estados Unidos en el marco de la política de contención al comunismo (Doctoral dissertation, Universidad del Salvador).

Webgrafía

https://es.wikipedia.org/wiki/François_Duvalier

https://es.wikipedia.org/wiki/Hait%C3%AD

https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Claude_Duvalier#cite_note-:0-1

 Imágenes

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/francois-duvalier-el-presidente-de-haiti-que-se-jactaba-de-haber-matado-kennedy-con-brujeria-vudu-nid05082021/

https://www.alamy.es/imagenes/mapa-de-hait%C3%AD.html

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/duvalier_jean_claude.htm

https://www.diariojuridico.com/baby-doc-el-dictador-que-regreso-y-fue-detenido/

[1] Para ampliar información consultar: https://es.wikipedia.org/wiki/François_Duvalier

[2] Para ampliar información consultar: https://es.wikipedia.org/wiki/Hait%C3%AD

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