Anthropologies → Más de dos semanas de bombardeos indiscriminados. Más de 600 palestinos muertos. Unos 4.000 heridos. Al menos 100.000 palestinos desplazados de sus hogares. Estas son las cifras que venimos escuchando en los medios estos últimos días. La escena internacional está conmocionada, se podría decir que en shock ante la falta de reacción de los dirigentes

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Más de dos semanas de bombardeos indiscriminados. Más de 600 palestinos muertos. Unos 4.000 heridos. Al menos 100.000 palestinos desplazados de sus hogares.

Estas son las cifras que venimos escuchando en los medios estos últimos días. La escena internacional está conmocionada, se podría decir que en shock ante la falta de reacción de los dirigentes políticos. Mientras algunos presidentes alzan la voz en todos los foros posibles, otros ni si quiera han condenado los actos llevados a cabo por parte del ejército israelí.

Y es que Palestina, ese país olvidado, se encuentra en el limbo de los Estados con reconocimiento limitado pero en una situación muy especial. Mientras países como Alemania y Reino Unido se abstuvieron, países tan importantes como Estados Unidos y Canadá se opusieron si quiera al reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro en las Naciones Unidas, aunque se aprobó gracias a los votos de 138 países. Sin embargo, por poner un ejemplo tenemos a Taiwán que, aunque tan solo reconocido por 23 países de la talla de Tuvalu, Kiribati y Suazilandia, por el hecho de tener como enemigo a China ya tiene allanado el camino de la diplomacia.

Aunque actualmente, el Estado de Palestina comprende las regiones de Gaza (380km2) y Cisjordania (5600km2), esto no ha sido siempre así.

En Junio de 1922, entra en vigor el Mandato británico de Palestina, mediante el cual la Sociedad de Naciones, antecesora de la actual ONU, encomienda la administración del territorio al Reino Unido. Este territorio, que actualmente comprendería Israel, Palestina y Jordania, fue administrado por el Reino Unido hasta el año 1946, año en el que Jordania (llamado por aquel entonces Transjordania) se convierte en reino Independiente. Transjordania, aunque parte del Mandato británico de Palestina, llevaba desde 1922 separado en territorio y administrado por Hachemitas aunque bajo supervisión Británica.

Por otro lado, el Reino Unido, durante la década de los años 20 había fomentado la inmigración judía a Palestina mediante ventajas solo concedidas a ellos. En diez años entraron 100.000 judíos mientras que sólo llegaron 6.000 no judíos. Y a esto hay que sumar la oleada de inmigración judía posterior provocada por la escalada de antisemitismo europeo durante la Segunda Guerra Mundial.

Tenemos entonces, en el año 1946 medio territorio árabe, administrado por Británicos, con una oleada de inmigrantes judíos y, con la otra mitad recientemente independizada.

Una creciente escalada de violencia terrorista entre judíos y palestinos culmina con la destrucción del Hotel Rey David de Jerusalén, el cuartel general de la administración británica, por parte del Irgún, organización terrorista sionista.

Reino Unido anuncia su deseo de finalizar el mandato y se retira.

La ONU aprueba la creación de dos Estados separados con Jerusalén bajo administración internacional. En dicha votación todos los países árabes de la zona votan en contra unánimemente.

El resultado fue celebrado por los judíos y rechazado tanto por árabes como por el Irgún.

Esto provoca que en 1948, Egipto, Transjordania, Siria, Líbano e Irak traspasen las fronteras e invadan el recientemente creado Estado de Israel. Esto se conoce como guerra árabe-israelí de 1948

Acaba la guerra en 1949 año durante el cual Israel firma armisticios con todos los países con los que estaba en guerra. El balance de la guerra es que Israel amplía un 23% sus territorios respecto a la concesión de la ONU, Gaza es anexionada a Egipto y Cisjordania a Transjordania.

Esta estructura territorial permanecerá así hasta 1967, año en que Israel invade las zonas de Gaza y Cisjordania en la llamada Guerra de los Seis Días.

Tanto Gaza como Cisjordania permanecieron bajo el control de Israel hasta 1993, momento en que se firmaron los acuerdos de Oslo.

Mediante estos acuerdos se transfiere el poder a los palestinos de Gaza y Cisjordania previendo un autogobierno interino de la Autoridad Nacional Palestina, futuras elecciones y una trasferencia de competencias. Se excluyó de las negociaciones la fijación de las fronteras, pero aún así se vieron mermadas por los avances de Israel.

Hasta hoy han sido numerosas las incursiones y bloqueos de Israel en territorio Palestino ante la incapacidad de la ONU para resolver el conflicto. Las fronteras son atravesadas con total impunidad por el ejército de Israel. Empecé diciendo que habían muerto más de 600 personas. Pues no, en el fin de semana que he tardado en escribir este artículo la cuenta ha ascendido hasta más de 1100.

Javier Maurín