Hace unos días mi hijo mayor se encontraba escuchando música en el ordenador y me comentó que estaba escuchando una canción de Guns N´ Roses que no conocía y que le estaba gustando bastante. El tema en cuestión era “Rocket Queen”, le dije que ese era el último tema del primer disco de Guns N´ Roses el Appetite For Destruction. Un disco que yo he escuchado más de un millón de veces y que me parece una de las mayores obras del Hard Rock de todos los tiempos (aunque esto pueda ser digno de otro debate).
Le dije que el problema que tiene su generación es que no escuchan los discos enteros y que solo prestan atención a los singles, y que así se pierden muchos grandes temas que quedan en los discos y que pasan sin pena ni gloria sin que se les preste atención.
Los singles son los temas que las radioformulas, junto con las discográficas utilizan para promocionar al grupo en cuestión y por lo tanto suelen ser los temas más comerciales.
En definitiva, que las generaciones actuales solo escuchan los temas propuestos por las discográficas y difundidos por las radiofórmulas, sin pararse a escuchar toda la obra de los artistas y así elegir, por sí mismos, sus temas favoritos.
Reflexionando sobre esta situación llegué a la conclusión que podía ser una metáfora de la sociedad actual en otros aspectos.
Es habitual que no se profundice en temas concretos formando una opinión a través de aspectos parciales de cualquier tema, conociendo únicamente la parte que los poderes fácticos quieren mostrarnos (que pueden ser el paralelo a las discográficas) y difundidos por los medios de comunicación masivos (siendo el paralelo a las radiofórmulas), provoca un conocimiento parcial del tema y por extensión erróneo.
La velocidad a la que las noticias adquieren y pierden interés, como si fueran la canción del verano, dificulta que se pueda profundizar en las causas y orígenes de los temas tratados. La necesidad de tener una opinión sobre cualquier tema, hace que se repitan los dogmas que trasladan los medios de comunicación de masas. Las “ideas fuerza” que se lanzan en programas de radio, tertulias televisivas, etc., hace que la mayoría de la gente únicamente repita, con mayor o menor acierto, los mismos mensajes en las tertulias de café y cerveza. Esta situación se hace aún más difícil si sumamos la cantidad de noticias falsas que se generan diariamente y cuyo único objetivo es generar mayor desinformación.
Debemos tomarnos el análisis de la realidad con más calma, obtener el mayor número de datos posibles antes de formarnos una opinión propia. Debemos escuchar todo el disco antes de elegir nuestra canción favorita.
“Informarse sin esfuerzo es una ilusión que tiene que ver con el mito publicitario más que con la movilización cívica. Informarse cansa y a este precio el ciudadano adquiere el derecho a participar inteligentemente en la vida democrática”
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