Anthropologies → Las enfermedades infecciosas conviven con los seres humanos desde el inicio de los tiempos dado que los microorganismos que las provocan aparecieron evolutivamente en el planeta mucho antes que nosotros. En el momento actual estamos muy avanzados en el control de las infecciones, aunque en ocasiones ciertos patógenos aparecen y reaparecen en forma de brotes,

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Las enfermedades infecciosas conviven con los seres humanos desde el inicio de los tiempos dado que los microorganismos que las provocan aparecieron evolutivamente en el planeta mucho antes que nosotros. En el momento actual estamos muy avanzados en el control de las infecciones, aunque en ocasiones ciertos patógenos aparecen y reaparecen en forma de brotes, con más o menos consecuencias, provocando una gran alarma en la población.

El brote de listeriosis que afecta a nuestro país en las últimas semanas ha ocasionado varios desenlaces fatales y se ha convertido en un arma arrojadiza entre partidos políticos de los distintos gobiernos, regional y central, mostrando una vez más la irresponsabilidad de tener transferidas y fraccionadas competencias tan sensibles como lo es la Sanidad. Política aparte, parece un buen momento para que la población general conozca un poco más acerca de esta enfermedad.

La listeriosis es una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, que provoca distintos cuadros clínicos, tanto en humanos como en animales, pudiendo llegar a ser muy grave en determinados grupos de riesgo poblacionales como bebés, embarazadas, ancianos y personas inmunodeprimidas (a causa de trasplantes, enfermedades renal o hepática, cáncer, diabetes, SIDA u otras).

Existen tres tipos de listeriosis, que son:

Listeriosis Neonatal

Es la forma más frecuente. Puede ser:

Precoz: Durante los cuatro primeros días de vida. Se traduce en septicemia y a veces asocia meningitis. Suele darse en prematuros y en conjunción con complicaciones en la madre.
Tardía: Entre la primera y cuarta semanas de vida. Generalmente en forma de meningitis y de mejor pronóstico. Es más frecuente en recién nacidos con peso normal y no se asocia con complicaciones maternas.

Listeriosis del adulto y del niño

Tiene tres variantes:

Meningoencefálica: La más frecuente después de la neonatal, con una mortalidad global del 40%.
Septicémica: Con afectación pulmonar, hepática o endocarditis.
Formas Raras: Con afectación ocular o cutánea.

Listeriosis en la mujer embarazada

Provoca aborto o prematuridad. En la madre suele producir infección inaparente, generalizada de tipo pseudogripal o localizada en aparato genitourinario, habitualmente sin gravedad.

Los reservorios de Listeria monocytogenes son los animales, por lo que la transmisión a los humanos suele producirse a través de alimentos de riesgo, entre los que se incluyen:

Leche cruda, directa de vaca, oveja o cabra, sin tratar ni hervir.
Embutidos sin enlatar.
Germinados crudos.
Quesos blandos o tiernos, tipo Brie, Camembert y azules, hechos con leche no pasteurizada.
Pescado ahumado.
Carnes y derivados no cocinados.
Frutas o verduras troceadas con antelación al consumo.
Alimentos sobrantes.
Verduras crudas que no han sido lavadas ni desinfectadas.

Para tratar de prevenir la listeriosis deben tenerse en cuenta las siguientes actitudes, principalmente en la población de mayor riesgo:

Evitar el consumo de alimentos de riesgo o consumirlos previo tratamiento térmico a más de 70 ºC.
Calentar intensamente las sobras alimenticias antes de consumirlas a un mínimo de 70 ºC.
Mantener la temperatura del frigorífico a 4 ºC como máximo.
Lavar y / o pelar los vegetales que se consuman crudos justo antes de su consumo, evitando prepararlos con antelación.
Desinfectar las verduras crudas con una solución de hipoclorito, en dosis indicadas por el fabricante, durante 5 minutos.
Mantener la máxima higiene manipulando alimentos, utensilios, manos y superficies.

En medicina hay que priorizar siempre la prevención, en lo posible, para no tener que llegar a necesitar tratamiento que, en el caso de la listeriosis precisa asociar varios antibióticos. La información en la población general y la educación higiénico-sanitaria básica es fundamental.

Amaia Castresana

Marta Valle