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Aracely S Cruz

Aracely S. Cruz

     

No podemos ver la migración solo como el movimiento de personas de un lugar a otro; debemos tener en cuenta el intercambio de productos, de hábitos, ideas y pensamiento. La migración es un intercambio de ida y vuelta, cambia el lugar de llegada y cambia el lugar de salida. Para los homosexuales la migración puede ser un escape de la presión familiar o de la comunidad.

Los movimientos migratorios no solo mueven personas, también mueven formas de vida y de pensamiento. Las nuevas formas de vida que adoptan los migrantes también cruzan fronteras y cambian la vida de los lugares de salida, así como la de los lugares de llegada. Si bien la migración puede ser individual, la decisión siempre se toma dentro de un grupo directa o indirectamente; muchas veces la migración se da como forma de escapar a la presión social que hay. Muchos homosexuales que viven en comunidades pequeñas ven en la migración el escape para poder sobrevivir.

En el siguiente articulo analizamos a grandes rasgos la homosexualidad en un pueblo, y como ha cambiado su aceptación por la comunidad a lo largo de los años. En este articulo solo se habla de la homosexualidad en hombres, ya que durante la investigación nadie mencionó a mujeres lesbianas. En este articulo no se especificará ni el pueblo, ni a las personas, porque el consentimiento por ahora solo es para usar sus historias de vida.

En un pueblo de Veracruz en México, hasta mediados de los años sesenta del pasado siglo, todos sabían quiénes en su pueblo eran homosexuales y no eran juzgados. Hubo otra generación que sufrió la discriminación por parte de la mayoría de los habitantes, hasta que llegó otra generación en la que volvieron a ser incluidos y hoy son parte de la comunidad. Esta integración se puede ver porque no está mal visto que los busquen para ser padrinos de bautizo, comunión o confirmación. También los buscan para ser padrinos en las graduaciones, tienen cargos en las capillas de los barrios, organizan festivales y tienen cargos políticos.

La información que tengo es a partir de los años cincuenta del siglo pasado, en ese tiempo la homosexualidad estaba aceptada siempre y cuando los hombres se casaran y tuvieran hijos.

Ambrosio de 78 años (nombre ficticio) me contó la historia de un hombre que vivió su homosexualidad de una forma encubierta y al mismo tiempo abierta, ya que su esposa lo sabía y conocía las relaciones que tenía con otros hombres.

-Noo! En ese tiempo todos sabíamos quién era eso (homosexual), pero mira, los hombres se casaban y tenían montón de hijos y entonces nadie les decía nada porque ya habían demostrado que eran hombres. Luego pues cada quien hacia lo que quería. Algunos se veían en las parcelas ¡pues allí solo iban los hombres!, ¿quién los iba a ver? Y los que los veían no decían nada. Eso no es nuevo en el rancho, había muchos hombres que les gustaban los hombres. De mujeres nunca se supo, pero de hombres sí. Había ese mentado Jacinto (nombre ficticio), ese tenía a la esposa y ocho hijos, pues ese vivió antes un tiempo en la casa de mi hermano porque era su hombre… y mi cuñada lo sabía y lo aceptaba. Ahí en el tepanco (doblado que aún se encuentran en las casas), ahí se dormían ellos. Ella decía que mejor que lo hiciera en la casa y no en el monte. Y así como él muchos, pero te digo que como demostraban que eran hombres porque tenían hijos, pues todos calladitos. Mi hermano hasta casadito estaba por la iglesia y, así y todo… Aquí el padre venía y todos íbamos a misa y eso no cambiaba nada.

Hasta estos años en los que Ambrosio sitúa esta aceptación de la homosexualidad, la migración del campo a la ciudad de ese pueblo específicamente era escasa. Esto se debía a que estaba en auge la producción de naranja, caña de azúcar y mandarina; no había necesidad de migrar, se podía vivir de lo que producía el campo. Es en los años setenta cuando la migración empieza a ser más frecuente y se introducen nuevos elementos materiales y de formas de vida. Por un lado, el pueblo accede al servicio de luz eléctrica, los migrantes llevan televisiones al pueblo y por medio de estas se pueden conocer otras formas de vida y por lo tanto nuevas ideas. Esta migración de ida y vuelta coincide con el aumento del rechazo hacia la homosexualidad. No podemos afirmar que solo fue la migración lo que provocó un cambio en el pensamiento, pero sí podemos ver que su influencia es importante. Por un lado, se puede apreciar el cambio en los propios homosexuales, ellos rompieron lo que estaba establecido, es decir, dejaron de casarse y tener hijos y, por otro lado, el aumento de la intolerancia también está influenciada por la migración, ya que la introducción de la televisión en los pueblos hizo llegar los mensajes de la iglesia (contraria a la homosexualidad), sumado al rechazo a los homosexuales en las ciudades en donde se establecieron los migrantes.

Esmeralda (nombre ficticio) me contó como en los años ochenta la homosexualidad ya no estaba bien vista. Yo me fui muy chamaca a trabajar y luego me casé y conmigo vivió un vecino que era de esos (homosexual). Era el ayudante de mi entonces marido y todos sabíamos que era de esos, pero era muy buen muchacho. Desde niños se les notaba y la gente hablaba mal de ellos, porque pues no los dejaron hacer la comunión, ni la confirmación y luego pues no se les conocía novia, la gente decía que los veían por las parcelas, pero sí me acuerdo de que todos se fueron del pueblo, nunca supe de alguno que se casara, de mi edad, no.

La sospecha de la homosexualidad se basaba en que no se casaban y no se les había visto nunca con una novia. Tampoco había certeza ya que ellos y la familia lo negaban. Cuando visitaban el pueblo lo hacían solos, nunca regresaron con un amigo o una pareja.

El cambio se va dando paulatinamente y a finales de los años noventa se puede ver un cambio importante. Si bien el chismorreo en cuanto a los posibles homosexuales sigue como en años anteriores, se puede apreciar que las familias no niegan que sus hijos no tienen ni van a tener novia. Los hijos homosexuales son tratados de una forma diferente, se les empieza a incluir en el espacio de las mujeres de forma muy sutil. Esto no quiere decir que todas las familias lo hagan, pero sí se puede ver que en las fiestas se les dan cargos que ocupan las mujeres. Se les permite hacer la comunión y empiezan a ser buscados para apadrinar a niños que serán bautizados. La mayoría sigue migrando y en esta ida y vuelta van cambiando su forma de vivir la homosexualidad.

La migración del pueblo a la ciudad se ha convertido en una forma de vida, la mayoría de los jóvenes tienen como meta terminar su telebachillerato y migrar, los pueblos de esa zona se están despoblando y el abandono del campo es cada vez mayor. El acceso a las nuevas tecnologías y toda la información a la que se tiene acceso ha llevado a los jóvenes a migrar a nuevas ciudades y adoptar estilos de vida muy diferentes a los de sus pueblos; otros al migrar se han dado cuenta de la riqueza de su cultura y han decidido emprender la lucha por conservar su memoria cultural.

En el caso de los homosexuales hoy en día no solo se sabe quiénes son, sino que cuando visitan el pueblo llegan con sus parejas, publican en sus redes su orientación sexual y los noviazgos, algunos de ellos se han casado en la ciudad, pero hasta ahora en el pueblo no ha habido una sola boda igualitaria. Lejos de ser rechazados, y con esto no quiero decir que no sigan sufriendo desigualdad y discriminación, pueden tener un cargo político, por ejemplo, ser agente municipal; pueden tener cargos religiosos, como ser el encargado de la organización de la fiesta patronal o de algún santo en la capilla de su barrio. Son buscados para padrinos de bautizo, de graduación y de bodas; se puede apreciar que se les tiene mucha estima ya que, según palabras de la gente, ellos sí se preocupan por contribuir a la vida de sus ahijados.

Sí, el padrino de mi hija es gay, yo cuando le dije que fuera su padrino no me fijé en eso. Mi compadre siempre está pendiente de su ahijada. No solo mi hija es su ahijada, tiene muchos y por todos se preocupa. Mi compadre aparte es mi amigo y sé que puedo contar con él cuando lo necesite y él puede contar conmigo. Nosotros tenemos a nuestro agente municipal y es gay, y está haciendo muchas cosas. Siempre lo han buscado para tener cargos; en la iglesia, en el pueblo o en las capillas, nosotros no estamos viendo lo que es, nosotros vemos que es una buena persona y que siempre ha ayudado al pueblo. Aquí en la fiesta viene los muchachos con sus novios o, como dicen, su pareja y sí hay gente que se asusta, pero la mayoría no.

A modo de conclusión podemos decir que, si bien la homosexualidad masculina está empezando ser parte del a vida cotidiana del pueblo, la homosexualidad femenina está totalmente encubierta, lo que me lleva a pensar que en este pueblo pueden darse casos de lesbianas que siguen cumpliendo con lo establecido por su comunidad, se casan y tienen hijos.

Este artículo ha sido solo un ejemplo de los cambios que se van dando como consecuencia de los movimientos migratorios, no podemos decir que los cambios son buenos o malos, solo podemos afirmar que la migración no solo mueve personas, también mueve y cambia pensamientos y formas de vida.

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