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Si quisiéramos aproximarnos a lo que era la vida por los inicios del siglo veinte, solo podríamos a través de la documentación, y de lo que provoca en nuestra imaginación. Otras influencias habría, es cierto, pero allá cada quien. A mí se me hace frio y en penumbras, incluso en los tiempos felices. Y húmedo, según sea el personaje que lo evoque.

No sé si la condición de poeta tendrá alguna relación con la tuberculosis, pero la humedad, el frio y la pobreza sin duda la tienen, y Joan Salvat Papasseit nació en 1894 en una Barcelona que tenía todo para llevarlo por el camino de la tos. Huérfano de padre carbonero, muerto en el buque Montevideo que hacía el trayecto Barcelona- Cádiz cuando tenía siete años, Salvat creció en el asilo naval, sin apenas asistir a la escuela, y se vio obligado a trabajar desde adolescente.

No demoró mucho en acercarse de manera simultánea a dos de sus pasiones más importantes: la palabra y la militancia. Salvat Papasseit se afilió a la Juventud Socialista Barcelonesa, y empezó a escribir en las revistas de la organización Justicia Social. En Sabadell Federal, publicaría por entregas las Glosas de un socialista, en 1916. También tuvo ese año su primera experiencia carcelaria; a causa de un artículo suyo publicado en Los Miserables, titulado “Un pueblo: Portugal », fue condenado a dos meses y un día de prisión. Al salir, comenzó a trabajar en la sección de librería de  Galerías Layetanas, espacio donde tuvo la oportunidad de relacionarse con otros poetas catalanes, como Josep Vicenç Foix, Joaquim Folguera y Josep Maria Junoy, terminando por convertirse, gracias al trabajo de Salvat, en un centro de encuentro de la vanguardia literaria.

La poesía de Joan Salvat Papasseit comenzaba a tomar forma finalizando la segunda década del siglo, la poesía de vanguardia que enarbolaba como grito contra las tradiciones de la burguesía, y de fondo constante la acracia como forma de vivir. El titulo de su primer poema es Columna vertebral: Sageta de foc que4se publicó a finales de 1917, ya definida la vanguardia de su poesía. El año siguiente publicó una serie de artículos políticos escritos en castellano bajo el titulo Humo de fábrica.

En 1918, dos hechos definitivos en su vida: su matrimonio con Carme Eleuterio, después de seis años de noviazgo, y la enfermedad: le fue diagnosticada tuberculosis. Con el diagnóstico, entraron en su vida los sanatorios, los médicos y la conciencia del límite.

En julio de 1920 publicó el manifiesto Contra els poetes amb minúscula. Primer manifest futurista català. Su ideario vigente por entonces funde catalanismo y vanguardismo; él mismo gustaba de definirse como “poetavanguardistacatalà”.

En abril de 1921 publicó su segundo libro de poemas, L’irradiador del port i les gavines. Por una recaída  fue ingresado en el sanatorio de La Fuenfría, cerca de Madrid; durante su internación escribió los poemas que formarían su tercer libro, Les conspiracions. En este libro desarrolla sus ideas independentistas más radicales, y propone para Catalunya una solución similar a la de Irlanda, independiente desde ese mismo año.

El 7 de agosto de 1924, Joan Salvat Papasseit muere finalmente, de tuberculosis, con treinta años. Poeta hasta el último instante, debajo de la almohada guardaba unos poemas que serían publicados con el título de Óssa Menor en 1925.

La obra de Joan Salvat Papasseit permanecería poco menos que ignorada durante décadas, hasta que en los años sesenta fue reivindicada por algunos cantantes provenientes de la Nova Cançó, en discos dedicados íntegramente a la obra del poeta, entre ellos destacados los de Ovidi Montllor y Joan Manuel Serrat.

Fernando Blasco

Res no és mesquísalvat papasseit - caligrama

Res no és mesquí,
ni cap hora és isarda,
ni és fosca la ventura de la nit.
I la rosada és clara
que el sol surt i s’ullprèn
i té delit del bany:
que s’emmiralla el llit de tota cosa feta.

Res no és mesquí,
i tot ric com el vi i la galta colrada.
I l’onada del mar sempre riu,
Primavera d’hivern – Primavera d’estiu.
I tot és Primavera:
i tota fulla, verda eternament.

Res no és mesquí,
perquè els dies no passen;
i no arriba la mort ni si l’heu demanada.
I si l’heu demanada us dissimula un clot
perquè per tornar a néixer necessiteu morir.
I no som mai un plor
sinó un somriure fi
que es dispersa com grills de taronja.

Res no és mesquí,
perquè la cançó canta en cada bri de cosa.
-Avui, demà i ahir
s’esfullarà una rosa:
i a la verge més jove li vindrà llet al pit.

 

Nada es mezquinomonumento a Salvat Papasseit en el Moll de la fusta de Barcelona

Nada es mezquino,

ni ninguna hora es rebecos,

ni es oscura la ventura de la noche.

Y el rocío es clara

que el sol sale y se encanta

y tiene deseo del baño:

se refleja el lecho de toda cosa hecha.

 

Nada es mezquino,

y todo rico como el vino y la mejilla curtida.

Y la ola del mar siempre ríe,

Primavera de invierno – Primavera de verano.

Y todo es Primavera:

y toda hoja, verde eternamente.

 

Nada es mezquino,

porque los días no pasan;

y no llega la muerte aunque la hayáis pedido.

Y si la habéis pedido os disimula un hoyo

porque para volver a nacer se necesita morir.

Y nunca somos llanto

sino una fina sonrisa

que se dispersa como gajos de naranja.

 

Nada es mezquino,

porque la canción canta en cada brizna de cosa.

-Hoy, Mañana y ayer

se deshojará una rosa:

y la virgen más joven le vendrá leche al pecho.

 

 

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