Los héroes existen y estamos rodeados de ellos. Algunos son anónimos. Hay otros cuya heroicidad consiste en dejar atrás el anonimato para luchar por una causa importante. Estos días se cumple un año del fallecimiento a causa de la leucemia de uno de ellos. Pablo Ráez, un marbellí que tenía aún mucha vida por vivir y que nos hizo un regalo para que la viviéramos los demás, promovió como nunca antes la donación de médula ósea en España.
La historia de la enfermedad de Pablo se convirtió en un positivo fenómeno de masas gracias a las redes sociales. Durante el tiempo en el que estuvo luchando para recuperarse, aumentó el número de donantes de sangre y médula ósea de forma exponencial hasta alcanzar cifras nunca antes vistas.
Se ha cumplido un año y recordamos con cariño a Pablo. Lo importante ahora es que todo ese esfuerzo y esa dedicación no caigan en saco roto. Su mensaje, tan importante, sigue vigente y no debe olvidarse. Sigue habiendo muchas personas en situaciones parecidas a las que vivió él. Personas, esta vez sí, anónimas, que esperan minuto a minuto a que suene el teléfono y se produzca el regalo de la vida.
Sería fácil pensar que en el país más trasplantador del mundo está ya todo dicho y hecho pero casos como el de Pablo, con tanto tirón mediático y tan abrumadora respuesta por parte de la población, nos demuestran que siempre se puede hacer más y que es de vital importancia la visibilización, la concienciación y la correcta información.
En nuestro país tenemos la inmensa suerte de contar con organizaciones que tratan con especial responsabilidad y seriedad el tema de los trasplantes de órganos y tejidos, encabezadas por la “Organización Nacional de Trasplantes” (ONT). Con respecto a las donaciones necesarias para pacientes con enfermedades onco-hematológicas (cánceres en las distintas células de la sangre) contamos con la “Fundación Josep Carreras contra la leucemia” que gestiona desde el año 1991, en estrecha colaboración con el Sistema Público de Sanidad, el registro oficial de donantes de médula ósea en España (REDMO). La fundación, sin ánimo de lucro, tiene un compromiso pleno para con los pacientes y sus familias y trabaja con profesionalidad, rigor y coherencia. Ha sido muy recientemente felicitada por encabezar el ranking de transparencia de fundaciones españolas (algo muy relevante en estos tiempos que corren en los que la confianza de la población general se resiente ante la aparición de noticias desagradables de entidades que deberían ser ejemplo a seguir y no lo son).
El registro oficial de donantes de médula ósea está conectado con los registros de otros países, formando una red mundial responsable de tantos y tantos regalos en forma de vida. Contactando con la Fundación podemos acceder a toda la información necesaria respecto al funcionamiento de este registro de donantes y a los procedimientos de donación. Una de las dudas más frecuentes que expresa la gente está fundamentada en no tener en cuenta que la médula ósea y la médula espinal (la estructura nerviosa de la espalda) no tienen nada que ver: son dos cosas completamente diferentes aunque se llamen parecido, el nombre lleva a equívoco. Y de ahí el lío de muchas personas que donarían pero que no tienen claro exactamente el qué.
La médula ósea es el nombre que se le da a la sustancia que hay en el interior de los huesos, lo que viene siendo el tuétano. Esta sustancia es tan importante porque de ella se generan las células que darán lugar a los componentes de la sangre, imprescindibles para la vida. Son lo que los médicos llamamos “precursores hematopoyéticos”.
Cuando alguien desea hacerse donante de médula ósea lo que debe hacer es acudir a donar sangre. Tan fácil como eso. Cuando va a donar sangre debe comunicar que además de donar sangre quiere entrar en el registro de posibles donantes de médula y rellenar un formulario. Así se pasa a formar parte del registro. Fin del procedimiento.
En el caso de que surgiese un enfermo compatible, el registro se pone en contacto con nosotros para confirmar si realmente estamos dispuestos y se dan todas las condiciones para que podamos hacer la donación. En caso afirmativo existen dos opciones: en muchísimas ocasiones la donación es igual a la donación de sangre: un pequeño pinchazo en una vena. En alguna otra ocasión es preciso un pinchazo muy fino un poco más profundo y con la zona anestesiada hasta llegar al hueso. El procedimiento depende de cada caso y todo se explica perfectamente, se solucionan todas las dudas y siempre, siempre, en cualquier momento, uno puede echarse atrás y decir que no. Pero si es que sí, se regala vida.
Es importante donar. Donar sangre. Donar médula ósea. ¡Y qué decir del trasplante de órganos y tejidos! Todo aquello que no necesitaremos tras la muerte, que no necesitarán nuestros seres queridos tras la muerte, puede seguir vivo en otras personas proporcionando felicidad y alegría. Tener un carné de donante o inscribir nuestras voluntades en los Registros de Voluntades Anticipadas que hay en las distintas Comunidades Autónomas está muy bien. Son muy buenos recursos. Pero no nos engañemos, nada mejor que la buena información, una conversación a tiempo con tu familia y tu gente para que tengan claras las intenciones de cada persona cuando llegue su hora. No hay que olvidar que el fallecimiento de un familiar es un momento muy difícil y es mejor que se tenga automatizada la decisión correcta para que no surjan dudas. Decisión que, a pesar del duelo, colmará de satisfacción porque es un regalo de vida. Los órganos deben quedarse en la tierra, en el cielo no los necesitan.
Referencias
Imagen: www.unidosporlamedula.com
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