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Responder a la pregunta que da título a este artículo no es nada fácil. Podría empezar haciendo un repaso histórico del auge del fascismo y el nazismo a mediados del siglo pasado, podría continuar describiendo cada uno de los matices que diferencian a los distintos movimientos sociales y políticos que se identifican como extrema derecha, pero como resultado obtendría un texto denso y poco atractivo para una lectura ligera. Así que me ceñiré a buscar las pautas comunes que rigen a todo el conglomerado de la extrema derecha actual, matizando lo que considere oportuno en cada ocasión, el objetivo es provocar en el lector o lectora, que sienta interés por el tema, la necesidad de seguir indagando por sus propios medios en los matices que más le interesen.

Las características principales o comunes a todos los movimientos de extrema derecha estarían enmarcados, con mayor o menor intensidad, en: nacionalismo, populismo, supremacismo, un enemigo común como culpable de todos los males, la cuestión económica se mueve desde el neoliberalismo más radical a la autarquía y una fuerte oposición al Estado del Bienestar.

Lo que define a un movimiento (social o político) de extrema derecha son los valores y principios que defiende, por mucho que ese mismo movimiento no se identifique como tal, espero que sirva este ejemplo para explicar lo que quiero decir: Si un partido político, se define como nacionalista, es anti-inmigración, es anti-feminista, racista y anti-europeísta, podríamos considerarlo como de extrema derecha por mucho que los miembros de este movimiento no se consideren como tal.

El nacionalismo fue un movimiento político encabezado por la burguesía a mediados del siglo XIX, que guarda sus ecos en el presente, su idea principal se basa en que un grupo de personas están por encima de otro grupo de personas por el simple hecho de haber nacido dentro de unas determinadas fronteras. Con un claro sentido de identidad basado en el sentimiento nacional rechaza todo aquello que le es ajeno, la extrema derecha clásica fundamentaba su superioridad en las teorías racistas popularizadas en el siglo XIX, teniendo su auge en los años treinta del siglo pasado, hoy al ser insostenible científicamente esta teoría, han mutado su discurso hacia la “incompatibilidad cultural” donde proclaman que ciertas “culturas” no pueden subsistir con otras, ya que esta convivencia provocaría la desaparición de una de ellas, por lo que se presentan como defensores de su “cultura” y “sus tradiciones” que sienten amenazadas, por quienes vienen de otros países (generalmente más pobres).

La extrema derecha entiende que hombres y mujeres mantienen roles diferentes en relación a su posición social, manteniendo el espacio público para el hombre y manteniendo a la mujer en el espacio privado de la casa, para que la mujer pueda salir de ese espacio privado debe tomar “roles masculinos”, teniendo como prioridad que sus “obligaciones” como mujer, hayan quedado resueltas. Esto no exime que el liderazgo de algunas agrupaciones de extrema derecha no haya sido tomado por mujeres, como ejemplo tenemos a Marine Le Pen en Francia o Giorgia Meloni en Italia, que lejos de ser referentes feministas, abogan por el mantenimiento de los roles clásicos para hombres y mujeres.

El antieuropeismo de los partidos de extrema derecha europeos, es consecuencia de su exacerbado nacionalismo, pertenecer a la Unión Europea tiene como consecuencia la cesión de competencias, por lo que su objetivo es dificultar la gobernabilidad de este estamento supranacional desde las propias instituciones. 

Aunque, como he dicho anteriormente, en el plano económico se mueve entre el neo-liberalismo y la autarquía, es la primera opción la que cobra más fuerza en el plano internacional en estos momentos, allí donde han gobernado o gobiernan, han eliminado la fiscalidad a las grandes empresas y debilitado los servicios públicos que componen el Estado del Bienestar en sus respectivos países, éstas son las recetas que marcan las políticas económicas de los partidos de extrema derecha allí donde tienen representación.

Parten del principio de que hay personas nacidas para mandar y otras nacidas para obedecer, por lo que niegan la movilidad social, reservando los puestos de poder para la clase dirigente.

En estos momentos me viene a la cabeza una frase que se pronuncia en la serie The Boys (atención spoiler) “A la gente le gusta lo que digo, pero no le gusta la palabra nazi”, los movimientos de extrema derecha fundamentan su populismo adaptando su mensaje al más simple de su público, como definió Goebbles en sus “11 principios de propaganda nazi”, haciendo su mensaje atractivo para la mayoría. Parafraseando a Bertrand Russel la extrema derecha tiene como primer objetivo “fascinar a los tontos” para acto seguido “amordazar a los inteligentes”.

Para terminar, lo haré con la advertencia de José Saramago “Los fascistas del futuro no van a tener aquel estereotipo de Hitler o de Mussolini. No van a tener aquel gesto de duro militar. Van a ser hombres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír. Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética. En esa hora va a surgir el nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia real se está repitiendo”. Pues, si préstamos atención el futuro del que hablaba Saramago, podremos ver como comienza a ser nuestro presente.

Quienes escogen el mal menor olvidan con gran rapidez que están escogiendo el mal” Hannah Arendt

Por Manuel Carmona,

@mcarmonacurtido

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