
Madrid tiene los mimbres para ser una ciudad con posibilidades reales de ofrecer una vida digna a sus habitantes, sin dejar de ser hospitalaria para los foráneos, sin embargo, no ha tenido buenos artesanos. Ni los ha tenido, ni los tiene, ni en un futuro cercano se espera que los vaya a tener. Pasear por la ciudad se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en un peregrinar sin rumbo ni esperanza, con la diferencia de que no hay lugar sagrado al que llegar para renacer. Madrid no es un lugar para renacer, ni para encontrar consuelo, al menos si eres inquilina de larga temporada, lo que yo vengo llamando: vecina con ínfulas.
No ser propietaria ha pasado de ser una mera circunstancia a ser una cualidad tan rígida que roza el estamento medieval. Tanto si lo eres por vocación, como si estás predestinada a él por obligación, el inquilinato no es la condición ideal para habitar esta ciudad. Probablemente nunca lo fue, pero en el pasado una podía disimular ante sí misma y los demás y creerse aquello de que Madrid te acoge vengas de donde vengas y seas quien seas. Madrid no te acoge, qué te va a acoger, Madrid te expulsa de múltiples formas y lleva mucho tiempo siendo el lugar más hostil sobre la faz de la tierra.
Que no, que no exagero.
También tú que me estás leyendo y ahora puedes pagar el alquiler con holgura, probablemente porque compartes gastos o tienes un salario por encima de la media (de momento), eres vulnerable. Quizás no en acto, pero sí en potencia. No te me despistes y rememora el poema de Martin Niemöller (atribuido a Brecht) :
“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.”
Los vulnerables somos carne de cañón en esta ciudad gracias a unos gestores de lo público con vocación de mangantes adalides del servicio privado. Lo que yo vengo llamando: palurdos con dinero. No haría falta ir a cada experiencia personal, porque los datos hablan por sí solos, pero detenerse en las vidas de la gente es necesario para apelar a la humanidad de una sociedad inmunizada de toda empatía.
La desigualdad social en Madrid se refleja en los datos y en la calle, no hace falta hacer un estudio riguroso para saber que esta ciudad se está vendiendo al mejor postor. Ya lo sentenció IDA en 2022, aunque lo llevan haciendo desde el 78. “Vamos a vender Madrid como la última Coca Cola en el desierto”. https://cadenaser.com/emisora/2022/01/21/radio_madrid/1642778584_199667.html
Si nos detenemos a analizar el problema de la vivienda vemos que el desfalco está llegando a sus cotas más altas. El cambio del relato al que asistimos está salpimentado con una manipulación del lenguaje que nos quiere convencer de que esto, por ejemplo, es una buena noticia: https://www.idealista.com/news/inmobiliario/vivienda/2024/09/13/819686-madrid-esta-entre-las-capitales-europeas-mas-rentables-para-alquilar
Cierto es que la vivienda siempre ha sido un bien de mercado, no es nada nuevo, pero nunca antes habíamos sido tan conscientes de lo que es capaz el libre mercado. Nos venían avisando de ello hace tiempo, pero no le dimos bola. La vivienda, a día de hoy en España, no es un derecho fundamental. Es decir, en la Constitución queda definida como un derecho en el propio contenido del artículo (“todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna”), pero tal derecho no está tutelado ni amparado por los poderes públicos, como sí lo están los derechos y libertades fundamentales. En el capítulo cuarto “De las garantías de las libertades y derechos fundamentales” queda explicado: “Solo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen”. Lo que se deduce de todo esto es que la garantía de que se cumpla el derecho a la vivienda es mínima y, a no ser que se modifique la constitución, la vivienda va a seguir siendo un bien de mercado y nos comemos un mojón.
Vivir de las rentas y no trabajar ha sido siempre el sueño de todo español medio (y alguna española), un sueño que parecía tan bonito como inofensivo y que nos igualaba a todos y todas, pero del que hemos sido despertadas a gorrazos. Bueno, no todo el mundo ha despertado, ciertamente, algunos siguen dándole perico al torno. Y de aquellos polvos, estos lodos. A día de hoy, yo, por ejemplo, con mi sueldo y mis ahorros podría comprar un piso para invertir (alquilado, a reformar, lejísimos de mi trabajo en la ciudad…), es decir, puedo comprar un piso para hacer negocio, pero no para vivir. Los pisos para vivir no son asequibles, a esos no puedo acceder con mi sueldo. Tampoco de alquiler.
Así está el asunto de la vivienda en España ahora, no solo en Madrid, aunque Madrid está dentro del top 5 de las ciudades “más rentables para alquilar”. Esta es la mierda en la que estamos. Es decir, no solo son los fondos buitre, los grandes tenedores y los fondos de inversión, hay un negocio inmobiliario que está al alcance de cualquiera que tenga unos pocos ahorros y un sueldo medio, incluso bajo. Un negocio que va en contra del art 47 de la Constitución Española (incluso siendo este un principio rector) y que se caga en el derecho a una vivienda digna.
Hace un tiempo, un diputado de la Asamblea de Madrid daba esta información vía redes sociales:
“Hace un año había en Madrid:
-3.636 personas jurídicas con 3 o más viviendas en alquiler. Hoy son 5.041.
-2.451 personas jurídicas con 5 o más viviendas en alquiler. Hoy son 3.333.
-1.507 personas jurídicas con 10 o más viviendas en alquiler. Hoy son 1.868 Más en menos manos”.
Jorge Moruno, portavoz de vivienda de Mas Madrid, mostraba, además, los documentos en los que se asentaba esta afirmación.
En el momento actual, el problema de la vivienda en España ha superado las expectativas de cualquier neoliberal de tres al cuarto. En Madrid hemos superado los precios inflados de 2009, estamos peor que en 2010 y mucho peor que en 2011. Hace 10 años pedían 480€ por un estudio de 24m2 en la zona de Plaza de Castilla (lo sé porque yo vivía ahí). Hoy piden 750€ por el mismo inmueble. Son exactamente los mismos metros cuadrados, las mismas paredes y la misma zona que hace diez años, pero el mercado de la vivienda se autorregula así, inflándose. La razón por la cual la vivienda es el único “bien” que se revaloriza, aunque no se reforme y la zona no cambie, la desconozco, pero la sufro desde hace más de 10 años. Bueno, en realidad no la desconozco.
Siempre ha sido complicado, pero a día de hoy, para acceder a un alquiler en Madrid te exigen, en la mayor parte de los casos: tener pareja (por lo de compartir gastos), no tener animales, a veces ni hijes, ganar a partir de 1.900€, no fumar, hacer el pino puente, hablar cuatro idiomas, un aval, tres meses de fianza, el mes corriente y el IBI para alquilar un zulo de 18m2. Antes de realizar la visita al inmueble tienes que enviar el IRPF, el contrato de trabajo, tres nóminas y justificante de tus ahorros y ser la más rápida, porque hay 517 personas interesadas en un piso en el que no te cabe ni la cama que tienes ahora.
La nueva estafa por parte de los propietarios y comisionistas, en connivencia con las compañías de seguros, es el seguro de impago, que protege al propietario frente a impagos, pero que paga el inquilino. Es decir, el casero te puede hacer pagar un año por adelantado de un seguro que contrata él por si tu dejaras de pagar. Pero si eres de los que pagan rigurosamente, te lo comes también. Es decir, estás pagando un seguro del que no te vas a beneficiar de un piso del que no eres propietario.
Todo está montado para ser propietario e inversor y para expulsar a los no propietarios a la precariedad y la vulnerabilidad. Hay muchas empresas que se encargan de ello (Arrenda, Alquiler Seguro, Agencia Negociadora del Alquiler, Housfy, PropHero, Zazume, Wolo, Inviertis Propierties…) No buscan inquilinos que paguen, buscan inquilinos a los que exprimir y propietarios que tengan viviendas para gestionar el alquiler o, directamente comprarlas y hacer negocio con ellas. https://km2.es/aumentan-los-inversores-en-vivienda-de-alquiler-en-espana/
En este vídeo lo resume muy bien Pablo Iglesias, aunque se queda corto, porque los pequeños tenedores actúan igual que los grandes, precisamente porque aspiran a ser como ellos.
https://bsky.app/profile/podemosmoratalaz.bsky.social/post/3libso4nq5c2g
Llegadas a este punto solo nos queda organizarnos para hacer presión y provocar una transformación real de la política de vivienda, porque solas no podemos y porque los poderes públicos no lo van a hacer de forma voluntaria. Por ello, si estás eres una inquilina en situación vulnerable, o crees que puedes estarlo, organízate, afíliate e infórmate. El 5 de abril hay una manifestación estatal por el derecho a la vivienda organizada por el Sindicato de Inquilinas. Puedes informarte aquí.
Que nadie te convenza de que es normal pagar 750€ por un estudio de 20m2, ni en el centro de Madrid ni en el último pueblo de Soria. Que nadie te convenza de que vales menos por no tener propiedades, y, sobre todo, que nadie te convenza de que especular es el camino.
Susana R. Sousa
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