Aprendiz de todo maestro de nada. Me gusta tanto el Rap que me llegué a creer que podría escribir grandes temas. Después de intentarlo, acepté que era un paquete y me conformé con escribir patochadas a las que llamo microrrelatos. Mientras, mi sueño de subirme a una tarima se desvanece poco a poco a ritmo de bombos y cajas.

Ilustración: Héctor Sánchez (Instagram: @Hsancheztattoo)

anthropologies
Entrada anterior Carnaval, la defensa cantada
Entrada siguiente Del humor y sus demonios