Conflictos tales como las guerras mundiales, la guerra fría o el colonialismo nos resultan, aparentemente cosa de tiempos pretéritos.
Oímos a los que vivieron aquella época que hemos de dar gracias por disfrutar de nuestras vidas en estos tiempos. Sin embargo, poco ha cambiado. Si bien es cierto, que esto no lo vivimos aquí y ahora, sino allí y ahora. En Siria se están viviendo estos fenómenos de un modo velado y casi que benigno, la maldita neolengua de Orwell hace que veamos las cosas como no son.
Guerra mundial en un espacio localizado, guerra fría sin llamarla como tal pero con los mismos beligerantes, colonialismo tácito con el fin de controlar un punto clave para salida de los hidrocarburos al Mediterráneo.
El Gernica bien podría haberse pintado estos días en Damasco, al otro lado de «nuestro mundo» tan acostumbrado a olvidarse del resto del mundo.
Hoy día, como dicen nuestros mayores, no sufrimos bombardeos.
Pero los guíamos ciegamente con la mano, para mandarlos a otros lugares.
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