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La vida de las gentes que viven en el valle de Hushé en Baltistan (Pakistán) es una vida dura, influenciada sobre todo por el clima y la situación geográfica en la que está situado el valle. Pero la peor parte se la llevan las mujeres a las que además de lo ya dicho, su destino está dirigido e influenciado por las fuertes tradiciones culturales existentes en la región.

Situación geopolítica y datos socioeconómicos

Baltistan es una tierra montañosa enclavada entre China e India, en el comúnmente denominado “Kashmir pakistaní”. Es la parte más septentrional de la zona de Cachemira administrada por Pakistán. Fue anexionada a Pakistán después de la guerra que este país mantuvo con la India por la región de Cachemira (1947-1949) tras la participación de las antiguas colonias inglesas en dos estados independientes, siguiendo el criterio de mayoría religiosa (Pakistán de mayoría musulmana e India de mayoría hindú). La ONU intervino en el conflicto demarcando una línea de control en 1949 por la que Cachemira quedaba separada en dos zonas, una controlada por la India (Jammu y Cachemira) y la otra por Pakistán: Azad (libre) Cachemira y las Áreas del Norte. Baltistan ha sido por ello hasta finales de 2009 una zona o provincia no administrativa dentro de las “NorthernAreas”, compuesta por cinco distritos: Gilgit, Ghizer, Diamir, Skardu y Ghanche. Desde noviembre de 2009 se ha constituido la “provincia” de Gilgit-Baltistan que coincide con la antigua NothernAreas y representa tanto una mayor capacidad de captación de recursos financieros del gobierno central como de la puesta en marcha de políticas autónomicas. Es un lugar prácticamente aislado del resto del país donde el 96% de la superficie la componen montañas de entre 4.000 y 8.000 metros. En esta zona confluyen las tres mayores cordilleras montañosas del mundo: el Karakorum, el HinduKush y el Himalaya. Y allí, en ese paraje alejado de la vida de la ciudad, puesto que la presencia del Estado paquistaní desde la independencia del Reino Unido en 1947 se cuenta con cuentagotas, residen 45.000 familias, con una media de ocho a diez miembros de cada una de ellas, de las de un 90% vive de la agricultura, en una zona árida de alta montaña con un clima extremo, en que se alcanzan los 30 grados en verano y los 20 grados bajo cero en invierno y donde la tierra solo permite una cosecha al año.

La agricultura de subsistencia está basada en el trigo, patata, pequeñas producciones de verduras para el autoconsumo (que no llegan a satisfacer las necesidades básicas, sobre todo durante el largo y duro invierno), los albaricoques y algunas otras frutas y animales domésticos como: gallinas, ovejas, cabras y alguna vaca, que aportan leche a la pobre alimentación. El arroz, parte importante de la dieta y la poca carne que comen (pollo principalmente) tienen que ser traídos de otras zonas.

Cultura y religión

El baltí es un pueblo proveniente de tierras tibetanas, de hecho el idioma baltí es un dialecto del antiguo tibetano. La mayoría de las mujeres solo hablan baltí y desconoce el urdu y el inglés por lo que son las mujeres las que conservan y mantienen vivo el idioma.

No existe una sensibilización por parte de la sociedad respecto a la supervivencia del baltí, que por su origen es una lengua en extinción. Además la islamización de la sociedad promovida por el gobierno va en contra del acervo cultural anterior o diferente al Islam.

El carácter de los baltis esta forjado en la alta montaña por lo que son personas pacientes, tranquilas, fuertes, espirituales y acogedoras. Están acostumbrados a condiciones de vida muy duras, que soportan con estoicidad y alegría.

Son musulmanes, aunque seguidores de Nuurbakhs, una rama del sufismo, línea más mística y espiritual del Islam.

Tanto los hombres como las mujeres rezan cinco veces al día y aunque el acceso a la mezquita no está restringido a las mujeres, son los hombres quienes mayor tiempo pasan en ellas, no solo rezando, sino también pasan el tiempo, charlan y debaten sobre asuntos comunitarios. Las mujeres acuden unos pocos días al año y el resto de los días del año rezan donde pueden.

Las comunidades se organizan bajo las leyes y normas de un Comité de Notables compuesto por alrededor de veinte hombres de edad y buena reputación, y el Mulhá, la autoridad religiosa. Ellos son quienes ante cualquier conflicto en el pueblo, determinan y dirigen la vida de las personas. Las resoluciones son comunicadas en la Mezquita a la que sólo tienen acceso los hombres.

El tipo de familias, en las zonas rurales suele ser de tipo abierto. Es un patriarcado donde el padre o el mayor de los hijos que habitan en la unidad familiar está a cargo de un número de miembros muy elevado, entre 15 o 20 personas: esposa e hijos, algunos casados y con descendencia, así como otros familiares. Las normas sociales, costumbres, credos religiosos son muy respetados por toda la familia.

Salud y Educación

La salud está marcada por la dificultad del acceso a un sistema sanitario de calidad, falta de información y métodos de prevención, sobre todo relacionado con la higiene (falta de prácticas de higiene y salubridad básicas por parte de las madres, junto con la deficiente nutrición). Uno de los mayores problemas es la alta tasa de mortalidad materna y de los bebés, por problemas derivados del parto, postparto y atención neonatal; falta a su vez de doctoras (ginecólogas, matronas y pediatras) que atiendan todo el proceso. También es notable la falta de material clínico y sanitario.

En relación con la educación, se puede decir que es insuficiente o en muchos casos inexistente.

Los niveles de analfabetismo en adultos, en especial las mujeres, ronda el 80% y el acceso de los niños y niñas a la educación ronda el 50%. El problema es sobre todo grave en el caso de las niñas, ya que tradicionalmente no ha sido costumbre escolarizarlas.

No existen cursos de Formación Profesional que faciliten el acceso al mercado laboral y a menudo niñas y niños abandonan la escuela tras aprender las nociones básicas de algún oficio. Esto incita al desinterés y posterior abandono escolar. Además aunque existen pequeñas escuelas gubernamentales, estas no cuentan con infraestructuras necesarias; los profesores no son profesionales, los métodos son ineficaces y tampoco cuentan con material educativo adecuado para la enseñanza.

En este contexto el proyecto Sharbi Nima (Amanecer en Balti), está enfocado en el liderazgo local, la equidad de género, el desarrollo comunitario endógeno inclusivo y sostenible. Está pensado para la mejora de la educación de niñas y niños a partir de una nueva escuela de calidad creada en 1998 por madres, padres y docentes de las localidades de Machulu y Saling. La Munawar School (nombre de la nueva escuela) tenía como objetivo mejorar la calidad de la enseñanza, asegurar un docente por aula e iniciar la enseñanza en inglés. Pero esta escuela solo imparte clases hasta 5º curso, por lo que si quisieran seguir estudiando, tienen que mandar a los hijas e hijos a estudiar a otros pueblos y para continuar los estudios de la secundaria o High School tiene que desplazarse unos veinte kilómetros y muchas familias no tienen dinero para costear los estudios, el alojamiento ni los desplazamientos. Y hay que añadir en este caso, que tampoco quieren mandar a las hijas en concreto a estudiar a otra ciudad por problemas relacionadas con lo que se llama Purdah o el honor de las mujeres, que no se las permite tener libertad de movimiento fuera de casa. Esta problemática se ha podido aliviar, en parte,  gracias al trabajo de ONGs que trabajan en esta parte del mundo.

La mujer

La vida de las mujeres del Valle de Hushé es una vida dura dedicada básicamente a sacar adelante a su familia y trabajo en el campo. Aceptan la tiranía de la sociedad en la que viven como un antojo imperturbable del destino. Se levantan a las cuatro de la mañana y sus días se extienden durante 18 horas sin fin. Suyo es el cuidado de los hijos e hijas y ancianos, el del campo y el ganado. También la recogida y el transporte del agua.

En una sociedad que casa a sus hijas  a los 12 años y con ello desalienta a las familias para que no las envíen al colegio, las desigualdades de género son origen de las muchas problemáticas ligadas al desarrollo, como la feminización de la pobreza, la violación estructural contra las mujeres, la violación de los Derechos Humanos, una esperanza de la vida más corta que la de los hombres, entre otras.

Esta vida llena de obstáculos impide progresar en su autonomía y crecimiento personal y que de alguna manera no puedan liberarse de los valores tradicionales y conservadores que rigen sus vidas. Esta situación también provoca que no tengan tiempo para ellas y que sufran grandes carencias en su salud.

Una de las épocas más duras para ellas es el verano, ya que la mayoría de los hombres se marchan a trabajar como porteadores o guías de montaña, por lo que todo el trabajo recae sobre ellas.

Con respecto a la vida pública, esta es muy limitada, de hecho no está demasiado bien visto que las mujeres anden solas por la calle, ni que participen en los festejos de la comunidad. Otro ejemplo, es que aunque la mujer se dedica a la recogida y procesado del alimento, no tiene acceso al mercado.

Para solventar estas situaciones,  las ONGs que trabajan en esta zona del mundo llevan años impulsando el desarrollo integral de las personas de la comunidad, con especial hincapié en las mujeres. Deben adquirir conciencia de sus derechos y comiencen a ejercerlos para que ese destino cambie. Se ha logrado que las mujeres contribuyan a la economía familiar creando sus propios negocios. De esta manera la sociedad en general y los hombres en particular, van dejando espacio público a las mujeres, permitiendo que puedan acceder a la educación y a los centros de mujeres. Desde este nuevo empoderamiento, las mujeres podrán ir poco a poco implicándose en la política local y ser ellas mismas dueñas de su destino y de un nuevo status que promueva la independencia político-social de las mujeres en sus comunidades.

                                                  Amaia Castresana Palma

Referencias

emakunde.euskadi.eu

Ballesteros, A. (2011). Pakistán. Editorial Síntesis, Madrid.

baltistan.eus

Félix baltistan fundazioa

Zehra, N. (2014). Mujeres del valle de Hushé. Historias de la vida (Baltistan, Pakistán). Baltistan Fundazioa.

 

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