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La festividad anglosajona ha experimentado una creciente aceptación en los últimos años por parte de muchas localidades españolas, considerándola fecha señalada en sus calendarios locales. La noche del truco o trato ha invadido desde los grandes centros comerciales, así como los pequeños o los clásicos “todo a cien” hasta las salas, pubs y discotecas para darle así un uso comercial. A pesar del valor positivo que llega a tener que una festividad no española se arraigue a la sociedad, aún hay quienes piensan que “dejar asentarse” un evento de este tipo es una completa falta de respeto para todas aquellas tradiciones que han sido creadas en nuestra geografía.

¿Quién no conoce la popular canción de la película Pesadilla antes de navidad de Tim Burton? ¿quién no ha querido sentirse como Jack Skeleton rodeado de temibles pero divertidos monstruitos de fantasía al caminar por una calle? ¿qué adolescente no ha soñado con vivir una fiesta de Halloween como la de El retorno de las brujas? Estas preguntas nos retrotraen a aquellos años donde la imaginación era nuestra mayor amiga y soñábamos con que algún día, nuestras calles se llenarían de calaveras, calabazas, niños disfrazados pidiendo caramelos por los domicilios y colegios que organizaban su popular noche de los muertos. Jamás pensábamos, allá por los años 90 que esas suposiciones tarde o temprano se confirmarían hasta tal punto que la llegada de un nuevo Halloween supondría, al menos para personas como yo que disfrutan con cualquier evento, una jornada de muchísima ilusión.

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Si en el pasado articulo hablamos del sexo como negocio … ¿acaso utilizar Halloween como una fuente de ingresos sería una locura? Desde que los primeros bares empezaron a decorar con motivos terroríficos sus paredes, muchos establecimientos han aprovechado este boom para sacarle la máxima rentabilidad posible. Discotecas con barra libres u ofertas especiales, temáticas para parques de atracciones, nuevos platos en cadenas de comida rápida, hasta los bazares llenan sus estantes de disfraces y decoraciones de miedo; la noche del 31 de octubre no solo hay que reírse de la muerte, sino también embolsarse algunas ganancias como ocurre en Fin de año o en San Valentín.

Pero como de costumbre, cuando una festividad quiere implantarse en una sociedad cerrada al mundo como es la nuestra, salen los defensores de la patria y de la literatura española. Las redes sociales se incendian de típicos comentarios como: “No soy de Halloween, yo soy de Don Juan Tenorio” o “no al producto americano”. Como español y aprendiz de antropólogo considero esto una desfachatez, primero, porque la gran mayoría que dicen estos comentarios lo hahallo2cen por efecto dominó, sin saber ni siquiera la historia de Doña Inés y de Don Juan Tenorio y en segundo, porque cada localidad disfruta el día de los difuntos a su manera, sin tener que aceptar lo que otros impongan. No hace mucho llegó a mi buzón una pequeña hojilla de una conocida Iglesia Evangélica que tacha Halloween como festividad satánica e intenta adoctrinar que es una noche para mantener a la comunidad lejos de aquellos que la celebran… ¿demasiado exagerado, ¿verdad? Pero curiosamente, el día 26 de octubre se publicó una noticia de que la archidiócesis de Cádiz y Ceuta ve esta práctica como poco cristiana y cree que los niños «se ven absorbidos por este ambiente contrario a la esperanza de resurrección», proponiendo como solución vestir a los pequeños de santos y santas de la iglesia. Esta iniciativa cobrará más auge a partir de los próximos días cuando la información se propague por los colegios, cofradías, catequesis, etc. Pero por otro lado,  en Cádiz , disfrutamos de esta jornada exponiendo en el mercado central, en sus pequeños puestos, acontecimientos o sucesos de índole nacional o local dándole un toque humorístico, pero realizados con cabezas de cerdos , pollos o frutas ; popularmente los llamamos “ Los Tosantos”( víspera de todos los santos 1 de noviembre).

¿Abrirse puertas a una nueva festividad? ¿Porque no? Así empezaron los grandes eventos que no son genuinos de cada localidad, e incluso las que son de propia tradición son una adaptación de otra de mayor índole (toros, semana santa, carnaval). Si pensáis que la noche de Halloween esta para pasarlo bien en compañía de amigos o de niños y pasar una jornada de miedo, yo por si acaso os daré mi recomendación:

 Bailad. Bailad. Bailad hasta morir

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Daniel Perez Madueño

Estudiante Uned

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