EL PLACER DEL DICTADOR
¿Puede un dictador totalitario disfrutar de una sexualidad sana? ¿Es capaz alguien que ostenta un poder cuasi absoluto de refrenar sus impulsos más básicos y evitar entrar en la espiral encadenar relaciones sexuales? ¿Nos han contado sus biógrafos la realidad de sus personalidades? ¿Puede un dictador tiránico y asesino enamorarse hasta la médula y entregarse en manos de su pareja?