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A principios de 1960, triunfante la  revolución cubana, se adoptan una serie de medidas económicas, (en mayo del 59 de promulga la ley de reforma agraria) entre las que se encuentran el embargo de los bienes- activos y propiedades- a diversos colectivos de ciudadanos y multinacionales. Se establece el pago de indemnizaciones, pero en el caso del gobierno y ciudadanos estadounidenses, no se aceptan. Siempre teniendo en cuenta el “telón de fondo” de la guerra fría, esta política del nuevo gobierno cubano, provoca una fuerte oposición del gobierno de USA. Paralelamente, los grandes propietarios de los ingenios azucareros- principal fuente de riqueza de la isla, abandonan Cuba, estableciéndose en Miami, en una clara cercanía geográfica. En Miami se encontraban ya a principios de los ’60 una élite de altos funcionarios del gobierno de Batista, a quienes se acusó de evadir millones de dólares de Cuba, procedentes de fondos públicos.

Así, a partir del 62, USA deja de comprar las cuotas de azúcar cubano (luego de rebajar sus cuantías a montos mínimos), y establece las medidas de presión económicas que luego serían conocidas como embargo  (http://es.wikipedia.org/wiki/Embargo_de_Estados_Unidos_contra_Cuba) o como bloqueo, en la terminología del gobierno cubano. Si bien en un primer momento se permitían alimentos y medicinas (curiosamente son los dos rubros que se han vuelto a permitir comerciar desde el año 2000) pronto fue al total del comercio e intercambios con la isla. Sucesivas leyes (cuban democracy act, del 92 y la “ley helms-burton” aprobada bajo la administración demócrata de Clinton) reforzaron un embargo, que comenzó por la defensa de los interesa económicos de USA en la isla (en época de la revolución USA condensaba el 75% del comercio con la isla), para luego irse ampliando discursiva e ideológicamente, como lucha de libertades, por los valores democráticos, etc. Discurso y práctica política que se iban perfilando conforme Cuba se “inclinaba” más hacia el bloque soviético, quién pronto se convirtió en socio comercial preferente, comprando la totalidad de la cuota cubana azucarera, proveedor de hidrocarburos a precios más bajos que el mercado.  Ya desaparecida la URSS, parecía un buen momento político para intentar restablecer relaciones, pero los gobiernos de los Bush, alejaron la posibilidad. Mucho se ha culpado al “exilio cubano”, concentrado en Miami, de mantener las presiones para que ello no sucediese, pero sin ser falso, no es toda la verdad. Nadie duda de la enorme presión que en la política de Washington ejercen los diferentes “lobbys”, y está claro que los representantes del exilio cubano se han significado como activos militantes anti-castristas, torpedeando sistemáticamente cualquier acuerdo, presionando- vía electoral- a los gobernantes del estado. Pero no es menos cierto que las sucesivas administraciones norteamericanas, han planteado la batalla en un terreno más “ideológico”; es decir, el nivel discursivo alude a grandes principios democráticos, falta de garantías de libertades individuales, etc cosa que desgraciadamente sucede con buena parte de los socios comerciales preferentes de USA ( baste nombrar al gobierno de Arabia Saudí o Israel), entonces la pregunta es: ¿qué tiene de especial Cuba, en concreto su revolución, para generar este encono? Una posible respuesta es el enorme impacto que, no solo en Latinoamérica, sino en buena parte del planeta, ha tenido la evolución cubana. El que una pequeña isla, se plante frente a su vecino inmenso es de por si notable; que lo mantenga por casi 60 años roza lo impensable. La repercusión y replicación de la revolución en el ideario e imaginarios de una izquierda latinoamericana, que en los 60 buscaba nuevos referentes, puede ayudar a entender que la Meca del sistema capitalista no vea (ni en ese momento ni ahora), con buenos ojos el establecimiento de un gobierno popular.

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Cierto es también que se cae en una cierta “idealización” de los referentes revolucionarios; el día a día de los habitantes de la isla no se basa en consignas ideológicas, sino en la cotidiana lucha por la supervivencia en condiciones materiales complejas. Los defensores de los logros de la revolución aducen que son muchos y que se amplifican más si cabe, por las duras condiciones en las que se producen: Cuba ha logrado erradicar el analfabetismo casi al 0%, tiene una cobertura de atención sanitaria que en épocas de recortes neoliberales ya quisiéramos en España…. ¿pero esto basta? La palabra la tiene la sociedad civil cubana, que debe de asumir la defensa de sus logros y un protagonismo mayor, a efectos de articular un estado de bienestar social con la apertura al capitalismo financiero, tarea que desde la simple descripción bordea el imposible, pero si algo han demostrado tenazmente los cubanos desde hace décadas, es que solo los pueblos están autorizados a escribir su destino.

                                                                                                  Beatriz Lamas

Fotos

Wikimedia Commons, the free media repository

Para leer más

http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_Helms-Burton

http://www.historyofcuba.com/history/funfacts/embargo.htm (interesante “time line”- en inglés- sobre el embargo)

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