Cuando nos asomamos a una página de venta de semillas de marihuana y leemos las virtudes de variedades como las semillas dinafem , o un amigo nos da una clase magistral sobre las distintas propiedades que tienen las distintas cepas, siempre solemos llevarlo, inevitable y casi inconscientemente, hacia el ámbito de lo lúdico. Sin embargo el discurso relacionado con la marihuana se mueve ahora por otros derroteros que tienen más que ver con su uso terapéutico y con una explotación de los valores de la planta que van desde los tampones de cáñamo a las cremas contra el acné. Recientemente el Senado de Argentina ha aprobado una ley del proyecto que protege el uso medicinal de la marihuana. Hasta que el estado sea capaz de producirla, los pacientes podrán consumir el aceite importado. Las impulsoras de esta medida fueron unas madres de chicos con patologías (especialmente relacionadas con la epilepsia) que se unieron para luchar por su derecho a ser tratados con una sustancia que, en su caso, había demostrado ser eficaz y abrir una puerta a la esperanza. La necesidad de un marco legal era urgente, y esto es lo que han conseguido con una batalla que se repite en muchos países. Este marco legal todavía no facilita del todo el acceso a la sustancia, ya que no se ha aprobado el autocultivo, que era la reivindicación esencial de las madres, pero sí avanza en una dirección que se aleja del prohibicionismo y el estereotipo desfasado. Esta nueva ley sí contempla la creación de un Registro Nacional Voluntario para autorizar el cultivo a pacientes y familiares, pero convive con otro apartado que señala como delito el cultivo con destino ilegítimo o sin autorización, lo que podría llevar a malentendidos o interpretaciones extremas. Ni que decir tiene que estos usuarios / pacientes están en una situación de especial vulnerabilidad, por lo que sentir que actúan en un entorno seguro es necesario y una reivindicación justa y absolutamente pertinente. Cuanta más información sobre la marihuana tengamos, más amplio será nuestro horizonte y nuestra empatía.
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