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En esta época de vendimia y siendo de donde soy, que menos que un articulo sobre esta bebida.

En el mundo del vino tenemos básicamente a dos actores influyentes, el viticultor y el bodeguero. También puede existir el papel de enólogo, aunque en las bodegas pequeñas esos dos papeles bodeguero/enólogo los suele ejecutar la misma persona.

En algunas ocasiones incluso los tres papeles viticultor/bodeguero/enólogo son de la misma persona.

Cuanto menos repartido esta el trabajo que lleva a la elaboración final del vino, más posibilidades tenemos de encontrar al genio que lo realiza, ya que su mano será la que en todo el proceso haya aplicado sus dotes.

Veamos cuales son las características que a la elaboración del vino puede atribuírsele:

Según Kant «Genialidad es el talento de producir algo para lo cual ninguna regla determinada puede darse, ni una predisposición que consista en una habilidad para algo que pueda aprenderse siguiendo una u otra regla.», y ¿que puede existir más único que un vino? La elaboración del vino consiste en una práctica genial en toda su extensión. Desde el tratamiento de la viña, la elección de los cortes en la poda, la elección de abonos, la elección de fumigaciones… Hasta la hora de la vendimia, cuando es el viticultor el que con su mente imaginativa, previendo el vino que querrá realizar decide cuando realizarla, y la forma de realizarla.

Quizá sea la hora del trabajo de bodega el que más pie de al genio a sacar toda su  haIMAGEN 1bilidad y destreza. Será elección suya todas las decisiones a tomar, y cada decisión dará lugar a un tipo diferente de vino, infinitas combinaciones que darán lugar a ilimitados sabores, solo resultado de aplicar la genialidad.

Schopenhauer nos dice que el genio es aquel que ve lo que nadie mas puede ver, ver más allá de lo que sus ojos le enseñan, y de esa misma manera ocurre cuando el genio piensa en hacer un vino, quiere hacer un vino excepcional y sabe como hacerlo, solo le guía su intuición y su necesidad de expresarse con el producto de sus manos y su mente.

La definición de genio científico de Holton otorga al enólogo esa mención especial que se merece, aunque sin dejar de lado al resto de actores del vino, ya que especialmente las características de dedicación y percepción excepcional son asumibles en todo su contexto por estos expertos que hacen de cada botella de esta bebida un arte en sí misma.

No hace mucho tiempo en el mundo del vino no importaba nada más que el vino, el buen vino realizado con las expertas y atentas manos de sus elaboradores.

Pero los nuevos tiempos y lo que con ello ha llegado ha hecho que se necesite algo más para que se valore el arte que esta bebida lleva consigo mezclado.

IMAGEN 2La evolución de las exigencias del consumidor al alza y los nuevos tipos de mercado abiertos han conseguido que cada vino tenga la necesidad de distinguirse por aspectos ajenos a su creación, y muchos de estos artistas viticultores y bodegueros han optado por representar su arte por la magnitud estética de su bodega.

Esta representación, en la mayoría de veces orientada hacia un modernismo que roza lo abstracto, quiere insinuar que el vino que entre esas paredes se realiza posee todo el espíritu artístico que el edificio simboliza.

Así gracias a esos arquitectos, los bodegueros han logrado alcanzar incluso fama mundial, aun sin haber probado sus vinos, en la actual concepción cultural occidental parece ser que una imagen vale más que mil sabores.

Algunos ejemplos muy llamativos en el vino de Rioja son: Bodegas Marqués de Riscal (Frank Gehry), Bodegas Viña Real (Philippe Mazières), Bodegas Viña Tondonia (Zaha Hadid), y Bodegas Ysios (Santiago Calatrava).

Un bodeguero tiene una cosa clara, por muy bueno que sea su producto, por toda la genialidad que haya invertido en realizarlo, por todo el esfuerzo que le haya dedicado, lo primero que un consumidor de su arte observará será como lo viste. La presentación del vino es una manera simbólica de distinguir las categorías del mismo, y puede que tras elegir ese vino y probarlo el consumidor se maraville de su sabor, pero si primero su vestido no le ha llamado la atención, es probable que nunca llegue a catarlo.

 Parte esencial de la presentación del vino es la botella.

IMAGEN 3El tipo de botella, el color, la altura, el peso… todas las concepciones culturales entran aquí en juego para que el hecho de usar una botella u otra sea sinónimo de que el vino sea de mejor calidad o de una clase superior según su tipo de crianza. La elección del tipo de botella por un bodeguero tiene que basarse en ciertos criterios, debe saber mezclar economía, estética y cultura.

La etiqueta nació con el propósito de certificar y garantizar la autenticidad de calidad, procedencia y origen de un vino. Cuando el comercio vinícola comenzó a expandirse, ya sobre el siglo XIX, se comienza a generar una preocupación por la mejor presentación de los vinos, y por fin las etiquetas comienzan a recoger la función que hoy sin ninguna duda tienen además de la anterior. Las etiquetas comienzan a ser distintivo de los vinos, el arte sobre el arte, convirtiendo en sus vinos en apreciados caldos.

Concluyendo, como podéis ver no solo es importante la belleza y la genialidad interior, el exterior y la primera impresión que causa también es primordial.

Verónica Muro Asensio

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