“On ne voit bien qu’avec le coeur. L’essentiel est invisible pour les yeux”
Este clásico de la literatura francesa, leído por diferentes generaciones, nos sumerge en una ensoñación maravillosa que permite trabajar de diferentes maneras aspectos tan diferentes como las diferentes destrezas comunicativas y socioculturales de la lengua francesa o los valores del mundo adulto frente al universo imaginativo e inocente de la infancia.
A lo largo de los siglos, la literatura infantil ha evolucionado desde la narración oral de leyendas y mitos, de pequeñas historias con el objetivo de enseñar los valores propios de la época o a qué responder con precaución hasta las historias más sencillas pero igualmente educativas que se ofrecen en la actualidad y pretenden despertar en nuestros niños y niñas la curiosidad, la imaginación y la creatividad.
A mediados del siglo XX se publica una de las obras más importantes de la literatura francesa, “El Principito”, considerada como literatura infantil y juvenil, a pesar de la opinión del autor, pero leída por niños, niñas y mayores indistintamente. La sencillez de su redacción frente a la complejidad de las ideas que se perciben, la mezcla de inocencia y sabiduría que transmite el personaje ofrece visiones diferentes de la historia según el lector y el momento en el que se lee.
Aunque el uso de un vocabulario accesible y su sencillez narrativa facilita la lectura de una tierna historia a los más pequeños, no permite que lleguen al fondo de los diferentes niveles de lectura de la historia. Con el tiempo y con diferentes lecturas podemos profundizar en el aula tanto desde el tratamiento de valores tan interesantes como la amistad, el amor o la soberbia como su importancia en la literatura francesa.
La figura del principito destaca los sencillos valores de la infancia como son la curiosidad constante, la capacidad de sorpresa, la imaginación en oposición a aspectos negativos del mundo adulto representados por los distintos personajes que se encuentra en los diferentes planetas.
Se observan los diferentes personajes exagerados en sus defectos y se pueden valorar los fallos y virtudes de cada uno. El rey, símbolo del poder; el vanidoso, imagen del orgullo por encima de todo, del aparentar; el borracho, personificación de la dependencia de lo que nos hace sentir mejor de forma falsa; el hombre de negocios, que representa la avaricia; el geógrafo, que deforma los conocimientos según su importancia; finalmente el encendedor de farolas, que escapa a la crítica porque piensa en la utilidad de su trabajo hacia los demás.
Por otra parte, el principito conduce al descubrimiento de la amistad y el amor, valores positivos y esenciales para su sensación de seguridad.
La amistad pura, difícil de encontrar y asimismo difícil de mantener. Representada por el zorro y la relación con el aviador, muestra la importancia de cuidar la complicidad y los lazos que nos unen a los otros, el sufrimiento que genera cuando nos alejamos.
Finalmente, el amor, a partir de su relación con la rosa. Comprender que el amor consiste en dar sin esperar nada a cambio.
Puesto que tan importante es el aprendizaje de las destrezas comunicativas como los aspectos socioculturales, desde el punto de vista del aula de francés representa un aspecto esencial de la cultura francesa. El contexto de la época, la guerra y la participación de los aviadores en la transmisión de mensajes, transporte de mercancías etc. El vocabulario de las emociones dentro de un contexto emotivo y poético como es el principito y la posibilidad de leer pequeñas adaptaciones que permitan una aproximación al texto y despierten su curiosidad para leerlo en el futuro y, así, descubrir la profundidad de su mensaje.
El carácter imaginativo de la obra nos permite hacer hipótesis sobre lo que pensamos que va a suceder a continuación, fomentando que los niños y niñas intenten plantear preguntas y respuestas sencillas usando sus conocimientos de lengua francesa sobre las imágenes que se le van mostrando, muy trillado para nosotros pero sorprendente para ellos: ¿qué pensáis que es? ¿un sombrero? Puede ser, ¿algo más? Y esta caja ¿qué pensáis que hay dentro?….
Relacionar los diferentes personajes con las características que destaca el autor, permite trabajar diferentes aspectos lexicales y gramaticales, como son la selección de los adjetivos que describan sus valores señalando el género masculino y femenino, redactar breves descripciones físicas de los personajes principales, identificar las características del paisaje en el que tiene lugar la mayor parte de la historia, aprender nombres de diferentes flores, incluso centrarnos en el léxico a veces olvidado de estrellas, planetas, etc.
Finalmente, adaptar la historia de manera que se pueda realizar una pequeña pieza de teatro en la que los alumnos y alumnas puedan desarrollar su expresión corporal y enfrentarse a sus miedos, poniéndose en el lugar de los diferentes personajes y así profundizando en sus peculiaridades.
El aprendizaje de una lengua extranjera se enriquece con la aportación de los cuentos y las historias infantiles que acercan al alumnado al contexto cultural de la lengua que aprenden, el principito es un gran ejemplo ya que no pierde fuerza generación tras generación.
Marta Martínez Martínez
Diplomada Maestro: especialidad lengua extranjera Francés
Especialista universitario en Educación Infantil
Master universitario de Innovación en Educación Infantil y Primaria
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