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Anthropologies → Érase que se era una vez una ciudad que estaba ardiendo, y era esa novedad lo que la hacía enormemente bella. La noche, maquillada por el rojo de las llamas, había separado la principal y más larga avenida de la ciudad en dos partes: a este lado aquellos, cuyos padres se habían sentido maltratados y
Érase que se era una vez una ciudad que estaba ardiendo, y era esa novedad lo que la hacía enormemente bella. La noche, maquillada por el rojo de las llamas, había separado la principal y más larga avenida de la ciudad en dos partes: a este lado aquellos, cuyos padres se habían sentido maltratados y