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Además de vivir en un mundo en el que cobramos menos, estamos peor valoradas, tenemos más riesgo de ser violadas o de sufrir violencia, las mujeres también tenemos que pagar por nuestro género en los impuestos.

En Francia (a la cabeza de esta lucha) le han puesto nombre a este hecho, la “taxe rose” lo llaman y algunas plataformas como The Daily Share se han hecho eco de las diferencias existentes entre los productos femeninos y masculinos. En este vídeo se puede comprobar como productos equiparables tiene precios diferentes según se trate de productos para hombres o para mujeres: https://youtu.be/habrEoHeDpI

taxe-rose

Pero en nuestro país tampoco ha pasado indiferente, el Instituto Andaluz de la Mujer se hace eco del país vecino y adjunta una nota en la que especifica:

“Una organización feminista francesa denuncia la existencia de un “impuesto rosa”, según el cual la mujer pagaría más que el hombre por idénticos productos de consumo diario, como las hojas de afeitar, cremas humectantes o la tintorería, sin que exista una justificación al sobreprecio por la calidad o el servicio prestado. El gobierno francés promete una investigación”

La tasa rosa no es otra cosa que un impuesto invisible que grava las versiones femeninas de un mismo producto, hasta el punto de que las mujeres llegan a pagar hasta un 75 % más por un producto idéntico.

“Nos dimos cuenta de que en productos de consumo diario a las mujeres se les cobraba sistemáticamente un impuesto”, asegura Gaëlle Couraud, del colectivo feminista Georgette Sand, que investigó las diferencias de precios en los supermercados franceses. A modo de ejemplo, Couraud cita las hojas de afeitar. La mujer paga 0,8 centavos más que el hombre pero sólo por un paquete 5 afeitadoras, mientras que el hombre obtiene un paquete de 10 unidades por menos dinero. Lo mismo ocurre con los cepillos de dientes, las cremas humectantes, la espuma de afeitar o el desodorante: incluso si el tamaño del producto es mayor para el hombre, la mujer paga más.

En Estados Unidos, donde los movimientos feministas ya han alertado sobre una “women tax”, estiman que las mujeres pagan en promedio 1.400 dólares más por año por el mero hecho de ser mujeres.

Cuando empecé a investigar en el tema no podía creerlo, sabía que existían artículos exclusivamente femeninos como los tampones que están grabados como artículos de lujo, pero esto suponía un paso más, ¿por qué grabar más los productos femeninos? ¿por qué de una manera tan descarda sin repercusiones? Tras muchos pensamientos y comprobaciones, solo me queda afirmar que estamos ante una forma más de sociedad patriarcal. No es más que otra prueba de que las mujershutterstock_182011421es vivimos en un mundo en el que la libertad se nos da sesgada. Parece un tema superfluo, de unos simples euros de diferencia pero me parece que tiene un trasfondo más profundo e importante.

Cuando los productos femeninos son más caros, las mujeres ven reducida su independencia. Una mujer sola tiene que gastar mucho más dinero que un hombre solo, eso sin contar que su sueldo será un 24% de media más bajo. También puede llegar a ser una herramienta de culpabilización; en las economías familiares las mujeres deben gastar mucho más dinero si quieren adquirir los mismos productos que los hombres.

Pero, ¿por qué lo aceptamos? De nuevo la explicación es patriarcal. Nos han enseñado desde muy pequeñas, y nos han reforzado durante toda la vida, que  nuestro cuerpo es lo más importante que tenemos. Que para tener éxito y algún tipo de valor necesitamos una estética que se ajuste a los estándares sociales del momento. Ante tan importante empresa, no nos importa gastar todo el dinero necesario, ya que inconscientemente pensamos que ese dinero se transformará en valoraciones positivas, reconocimiento y sobre todo estaremos mejor preparadas para las relaciones con los hombres.

Si unimos a todo lo anterior la ética del cuidado por la que las mujeres moldeamos nuestra vida el resultado es un grupo de individuas del género femenino dispuestas a sacrificar lo que sea necesario para que se nos vea bellas y sobre todo adecuadas. Las empresas no podían haber dejado escapar un nicho de mercado tan potente como este.

Puedes obtener más información en www.womantax.tumblr.com, actualizado periódicamente con ejemplos de cuchillas idénticas con distintos precios en función del género al que van dirigidas, matrículas de gimnasio variables si el futuro socio es hombre o mujer, hipotecas iguales pero distintas y coches que adecuan su precio al sexo del consumidor.

Azalí Macías

Referencias

www.espanol.rfi.fr

www.juntadeandalucia.es

www.komu.com

www.franceinfo.fr

www.fourchette-et-bikini.fr

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