El Rocío como manifestación de Fe

Publicado en Por anthropologies
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En los últimos días, la peregrinación del Rocío ha sido uno de los aspectos más comentados en las redes sociales debido a las recientes imágenes que han sido difundidas.  La romería a esta pequeña aldea de Huelva transcurre por medio de marismas, cotos y ríos, y la guardia civil monta cada año un gran dispositivo para que el “Camino” transcurra con la mayor seguridad posible, ya sea personal como medioambiental. En este artículo cambiaremos nuestra perspectiva hacia la del peregrino, y haremos una aproximación etnográfica mediante entrevistas a personas que han realizado este trayecto.  

España y sobre todo Andalucía siempre resulta ser muy especial a la hora de expresar la devoción a las imágenes sagradas que despiertan el fervor de gran parte de la sociedad. Por ejemplo, es muy característico ver los devotos que realizan estación de penitencia en las procesiones ataviados de nazarenos/ penitentes o como los famosos empalaos de Valverde de la Vega, recorriendo la procesión repleta de sogas bajo el timón de un arao. Sin embargo, ya fuera de la cuaresma, las peregrinaciones más comunes con un amplio atractivo cultural son las romerías, y aunque la geografía española este repleta de ellas (celebrándose con carretas, procesiones y fiestas gastronómicas propias de la localidad), para nosotros siempre habrá una que destaca por su masividad, fervor e incluso movimiento de prensa rosa: El Rocío.

No es para nada desconocido a nosotros. Un simple video de YouTube es capaz de recoger todo el despliegue de devoción que atrae la virgen cada lunes de pentecostés, acercando aún más a quienes no pueden estar cerca del momento, pero también, aumentan las razones de los que se oponen a eventos de esta magnitud.

Sin embargo, no vamos a entrar en debates ni en juicios de valor, ya que este artículo solo quiere recoger de una manera más cercana el sentido que alcanza esta peregrinación para el romero. Mediante entrevistas con preguntas cerradas, hemos echado mano de las redes sociales y hemos contactado con algunos amig@s para que nos cuenten sus impresiones y vivencias de lo que supone esta celebración que mueve a miles de andaluces (y de otras comunidades) año tras año.

Nicolas Roales lleva haciendo el camino desde hace 15 años. Este devoto de la cofradía de Jesús de la Caridad y Nuestra Señora de la Salud de Sevilla comparte su devoción junto a la virgen del Rocío por sentir un encuentro con la Fe cristiana y un acercamiento fervoroso con dichos titulares. No solo encuentra la peregrinación como promesa, sino también debe de cumplirse los eventos que la hermandad con la que realiza el camino (nos comenta que con la hermandad de Rota o la castrense, depende del año), prepara de cara a la festividad y encuentro con la virgen. Se divierten, cantan y bailan dentro de una esfera festiva (al contrario de la semana santa, donde existe más recogimiento). Nico también nos explica que a causa de la aglomeración de personas en la salida de la virgen (donde él se encuentra cada año y la acompaña hasta que regresa a la ermita) o el alto número de peregrinos, han hecho del camino mucho más público, pero a su vez menos tranquilo. Por su parte no cambiaría nada y ve el famoso salto a la reja como una tradición a respetar que ha sido ejecutada durante siglos.

Las Hermandades y cofradías suele acercar aún más a los devotos al Rocío, siendo este el caso de Javier Bancalero. La fusión entre el camino y su Fe se unificó gracias a que una de estas hermandades le dio la oportunidad de poder ser peregrino. Guarda en su memoria una bellísima experiencia donde el fervor y el folclore se unen y los actos litúrgicos y los momentos de diversión se delimitan, pero no se olvidan. En su única participación como peregrino nos cuenta que vivió la salida de la virgen acompañando al simpecado (insignia con el lema «sine labe concepta”) de su hermandad, repitiéndolo varias veces durante la noche. Cuando le preguntamos por si cambiaria algún aspecto del evento, es tajante en su respuesta: «Por seguridad y orden cambiaría el salto a la reja, los tiempos cambian y las tradiciones no tienen por qué ser eternas.»

 

Hay personas que realizan el camino desde pequeños, y ese es el caso de nuestro próximo informante, perteneciente a la hermandad de Chiclana de la Frontera. Durante el trayecto por el Coto Doñana, se suelen unir junto a su hermandad las de Cádiz o Sanlúcar bajo guía, floreciendo así una simbiosis de creencias donde lo que importa realmente es la devoción a la virgen del Rocío. Nos aclara: «El camino son vivencias y convivencias, es compañerismo y unión, es un cante o un rezo, o un rezo cantado, es una promesa o una esperanza, son tantas cosas… Que cuesta sintetizarlo en palabras» Este Rociero desde los 8 años ve que el acontecimiento, tanto del camino como de la procesión ha evolucionado de gran manera, pero que aun así hay tradiciones que siguen sin transgredir. Incluye que el Rocío se ha mercantilizado mucho por parte de personas que no sienten el fervor de venerar a la virgen, y que de manera incívica se distorsiona mucho la imagen de la romería. Su estancia en la aldea durante los días previos a la salida de la virgen se resume en liturgias, ángelus y reencuentros con otras amistades que se hacen a lo largo de los años. La salida de la virgen la ve por la tele, para que luego, más tarde, pueda ir a verla en su recorrido por la aldea. Si por algún motivo no puede asistir al evento, afirma que sale de su domicilio el lunes por la madrugada para presenciar la procesión. En lo referente al salto de la reja, nos responde que a veces se torna peligroso para las personas que lo hacen pero que, al ser cosa de los almonteños con su patrona, hay que dejarlo estar.

Nuestro último informante nos va a dar su punto de vista como militar, ya que pertenece al Ministerio de Defensa (por confidencialidad no publicaremos su nombre ni rango). Nos cuenta que existe una gran diferencia entre una hermandad normal y una hermandad militar, ya que ellos van representando una institución militar, y deben de vigilar su comportamiento y actitud de cara a otros romeros. Relata que gracias a la virgen pudo solucionar un problema personal, y a modo de agradecimiento por haberse encomendado a ella realiza el camino desde el más estricto sobrecogimiento, pero siempre con mucha satisfacción. En su condición de militar, observa que al camino y a la aldea le faltan muchos sitios de hospedaje y de resguardo del sol (donde los fieles puedan esperar si dificultades a la salida de la “Blanca Paloma”), pero también elogia a aquellos civiles (que no son pocos) que, mediante programas de limpieza o unidades sanitarias, velan por la seguridad de los romeros. Por motivos laborales, nuestro informante no puede estar presente en la salida de la virgen, pero si aprovecha el máximo tiempo de su estancia en visitarla en su ermita. Para finalizar su entrevista, expresa su disconformidad a las críticas del “salto a la reja” por parte de las redes sociales: «Antes no estaba de acuerdo con la forma tradicional de portarla, pero con el tiempo ves que nadie sale herido y los hombres salen muy contentos en esos 10 minutos que están bajo el paso, por lo que no debe de ser tan dañino como aparenta,» concluye.

En estos casos las personas comparten su devoción no solo a una imagen sagrada, sino también al rito de iniciación, convertido en romería, que es llevado a cabo para llegar hasta “La casa de la Virgen”. Ya en sus dominios, los peregrinos encontrarse allí, generando entre ellos una empatía que llega a formar una COMUNIDAD. Como diría Honorio Velasco: «La peregrinación como rito fija la equivalencia entre recorrer un camino y vivir

La devoción a la “Blanca Paloma” engloba también al respeto y cuidado del entorno natural que rodea estos parajes, y como muestra de solidaridad por el gran incendio que actualmente está asolando Huelva, varias hermandades (entre ellas la de Cádiz), han ofrecido sus casas de hermandad al servicio de los miembros del dispositivo de salvamento, equipos de extinción del fuego, protección de recuperación y protección de especies y habitantes de la zona afectada.

La peregrinación tiene al cuerpo como sujeto de la acción, y es por ello que la memoria graba la experiencia de realizar tal antiguo ritual. Un ritual, que, a pesar de las críticas, se sigue celebran anualmente moviendo a miles de personas para dedicar el cuerpo y el alma.

Daniel Pérez Madueño

Imágenes: En la primera se muestran las carretas de la Hermandad de Morón discurriendo, entre las 5 y las 6 de la mañana por las carriolas que colindan la aldea, enfangadas y anegadas por la lluvia. A pesar de ir remolcados, un grupo de jóvenes les sigue caminando a pie. En la segunda imagen, la misma hermandad aprovecha la tarde antes del rezo del Rosario para bailar y celebrar la llegada del momento. Contratan a una banda para que amenicen los bailes de los peregrinos.

 

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