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Anthropologies → Por fin había llegado el momento y sin darse ni cuenta, estaba tan emocionado que una lágrima se precipitó por su cara. Los cientos de trámites, los miles de euros que había gastado en el vientre de alquiler y los meses de espera habían merecido la pena. Delante de él por fin estaba aquel bebé
Por fin había llegado el momento y sin darse ni cuenta, estaba tan emocionado que una lágrima se precipitó por su cara. Los cientos de trámites, los miles de euros que había gastado en el vientre de alquiler y los meses de espera habían merecido la pena. Delante de él por fin estaba aquel bebé