Martín de Andosilla; el hombre que no creía en las brujas.

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“4º: Tocar las campanas en la noche
de santa Águeda para ahuyentar los
maleficios cae en el campo de la superstición”
Martín de Andosilla

Introducción
Poco se sabe hoy en día del que fuera teólogo, historiador, antropólogo, y primer navarro en publicar una obra (1510), como así documentó Antonio Pérez Goyena. Martín de Andosilla, el cual también tiene el mérito de ser la persona que mejor dio a conocer los mitos, creencias y tradiciones de la Navarra de hace 500 años, la primera persona que estampó en letras de molde una frase en euskera, y el iniciador de la literatura antisupersticiosa española del siglo XVI. Llegó a ganarse las caras alabanzas de Nicolás Antonio, el iniciador de la bibliografía española moderna, en su Biblioteca Hispana. Gran culpa de ese algo que sabemos debemos de agradecérselo a Félix Tomás López Gurpegui quien, 500 años más tarde, decidió recuperarle.

Biografía
Los datos puramente biográficos que podemos obtener de Martín de Andosilla y Arlés se los debemos en gran medida al Archivo del Obispado. Nació en Peralta hacia el año 1451 o 52, no se sabe con exactitud, y falleció el 25 de Abril de 1521 en Pamplona. Su madre era Nicolasa de San Juan y a pesar de que el nombre de su padre fuera Diego de Arlés, él siempre se hizo llamar Martín de Andosilla. Rara vez añadió el apellido paterno, pero por excepción y para recuerdo de la historia decidió hacerlo en la portada del tratado que haya hecho probablemente que estemos hablando de él en estas páginas: De superstitionibus, en el cual antepuso Arlés a Andosilla.
En el año 1477 a la edad de 25 años, presumiblemente, tomó el hábito canonical en la catedral de Pamplona para recibir en 1580, tres años más tarde, el arcedianato de Val de Aibar. Siete años más tarde (1487) se graduó como doctor en Teología por La Sorbona de París.
Partidario del bando nobiliario de los Agramont, los llamados agramonteses, se mostraba a favor de la independencia del reino frente a Castilla hasta su muerte, el 25 de Abril de 1521. Fue enterrado en el claustro de la catedral de Pamplona, a la que sirvió. En una losa blanca que existía en el mismo claustro en el que fue enterrado se podía leer la siguiente inscripción: Hic jacet Reverendus Martinus ab Andosilla et Arles, doctor in sacra theologia, canonicus, et archidiaconus vallis de Aibar, in eclesia Pampilonensi qui diem extremum. Anno Domini 1521 die 25 aprilis (1). Como dato curioso citar que su lápida sirvió también para cubrir el sepulcro del Obispo de Pamplona D. Juan Lorenzo Irigoyen, a cuyo reverso se esculpió el epitafio de nuestro protagonista.

De Superstitionibus
Su principal obra, y aquella por la que le recordemos, es De Superstitionibus contra maleficia et sortilegia, quae hodiae vigent in Orbe terrarun , escrito en latín, el cual tuvo un éxito casi inmediato. De esta obra se hicieron cinco ediciones durante el siglo XVI, (Lyon 1510, París 1517, Roma 1559, Frankfurt 1581 y Venecia 1584, por partida doble) lamentablemente todas fuera de España. Existe otra más reciente situada en Pamplona (1969). En esta obra trata temas como las brujas vasconas, las supersticiones andaluzas (cuya región considera más supersticiosa de lo normal), el mal de ojo, la impotencia por maleficios, los días aciagos, los engaños del diablo, la magia simpática, o la costumbre navarra de echar los Santos al río para conseguir la lluvia.
Asimismo proponía una serie de conclusiones teológicas basadas en el Génesis, como el hecho de que todos los días son obra del señor. El autor, mostrándose en la obra bastante moderado, presta en alguna ocasión demasiado crédito a determinadas leyendas de santos. En general, hace una apología de Santo Tomás y califica los hechos creídos por el vulgo como diabólicos o brujerías. Además cita a menudo a San Agustín y se apoya en su experiencia propia de sacerdote.
Aunque la obra resultaba poco original, constituyó una fuente de gran valor de tipo etnográfico para comprender la mentalidad de los antepasados y el folklore de su tierra, nos transmite una valiosa fuente de conocimiento sobre los mitos, costumbres, hechizos, conjuros, maleficios y supersticiones de la región. Su principal mérito sin embargo es de orden teológico, moral y jurídico: en contra de la corriente de pensamiento dominante se incitaba a los jueces a condenar a muerte a las brujas. Él se mantuvo en las ideas agustinianas y escépticas de que la brujería era pura imaginación y sueño, mera fantasía, productos mentales, no reales. Sin embargo, ejerció escaso influjo en la literatura antisupersticiosa.
Su obra pudo influir en las ideas de algunos jueces, tanto de la Inquisición como del tribunal de Navarra, de tal modo que la “caza de brujas” no fuera tan encarnizada.
Lamentablemente se le ha dado más importancia a esta obra fuera de nuestras fronteras que dentro, algunos autores del pasado creían que se trataba de un “célebre teólogo francés”. Sin embargo la Universidad de Pensilvania mantiene en su web el texto latino, en concreto la cuarta edición de Roma al completo, y Google Académico ha incorporado también a su catálogo digital el texto completo, también en latín, al contrario que en el caso anterior esta vez se trata de la edición de París. A ello se suma la que aumentó en una segunda tanda incluyendo la de Roma y Frankfurt, todas en latín, por supuesto. Esto demuestra de algún modo la importancia de Andosilla en el mundo, a diferencia del olvido a que se encuentra sumido en Navarra de donde era oriundo.

Edición del s.XVII de un tratado del autor

Otras obras
Otras obras menores a tener en cuenta son: Tractatus de superstitionibus, que apareció en Roma el año 1559-1560 y previamente escribió hacia 1517 De obitu sive morte canonicorum, que sunt fienda ante eius mortem et post, veintiúna páginas en las que recoge las prácticas y costumbres funerarias de la iglesia de Pamplona.

(1) Aquí yace el reverendo Martín de Andosilla y Arlés. Doctor en sagrada teología, canónigo y arcediano de Val de Aibar en la iglesia pamplonesa, que acabó sus días el 25 de Abril de 1521.

Imágenes

www.cultivalibros.com

 Rubén Blasco

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