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Ayer hablaba con un amigo argelino que ahora vive en París, sobre el racismo en Europa y los problemas de las migraciones. Me sorprendió descubrir que él utilizaba argumentos mucho más racistas que yo, y que al final le trataba de convencer de que los malos éramos “nosotros” (suponiendo que exista un nosotros).
Nunca pensé que los dominados se hicieran responsables de situaciones que ha provocado el mundo occidental, la globalización se ha extendido hasta tal punto que ha conseguido que hagan propias las legitimaciones de su explotación. Me aseguraba que los occidentales somos gente muy maja, porque encima de que los árabes nos han invadido, nos esforzamos en no tratarles mal y no ser racistas, ¿pero qué clase de lógica es esta?
Tras semejante conversación tuve que ponerme las gafas de antropóloga y tratar de comprender lo que acababa de escuchar. Nuestra conquista cultural ha sido tan exitosa que ha conseguido que nuestras víctimas se responsabilicen de nuestros errores. No sólo han olvidado que hemos destruido gran parte de su estructura social, cultural y su tejido social (hecho que les ha acarreado grandes conflictos, hambrunas, desigualdades…) sino que además se han responsabilizado ellos mismos de estos problemas.
Quizá sea debido a que lo que se nos enseña ahora es que lo verdaderamente moderno y avanzado es pensar de esta manera, que está más desarrollado el que abraza las ideas capitalistas de este periodo apocalíptico; ¿estará de moda pensar como los radicales occidentales?
Desde mi punto de vista es un argumentario y una cosmovisión altamente peligrosa, que pone al mundo en jaque y permite que señores empresarios y señores de la guerra hagan y deshagan según sus propios intereses, mientras que las consecuencias negativas las interiorizan los damnificados, responsabilizándose incluso de ellas. El avance de la ultraderecha radical tiene ante sí un panorama más que incentivador para el avance que ya están mostrando.
Feliz Jueves
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