Cultura íbera: Los príncipes de Europa. ¿Quiénes fueron? (I)

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Cuando vamos al Museo Arqueológico de Madrid (MAN), nos es sabido que una de las piezas más bellas e importantes es la Dama de Elche. Todos, o la mayoría, la conocemos, pero: ¿La cultura a la que perteneció? , ¿La conocemos? , ¿Conocemos realmente la cultura íbera?

Sin duda, dicha cultura es una de las más originales de la antigüedad, perteneciente a nuestra historia (periodo prerromano) y, precisamente, hasta hace poco era una gran desconocida para nosotros (salvo para el sector académico). En gran parte porque no fue hasta los noventa cuando se empezó a publicar sobre el tema, debido a que su difusión ha sido lenta.

Es verdad, que en la actualidad empezamos a ver un mayor conocimiento y reconocimiento de ella porque se ha ido introduciendo en la educación, fomentando con varios proyectos universitarios (www.viajealtiempodelosiberos.com) e incluso con la futura apertura del Museo de Arte Íbero en Jaén.

Por ello, mi objetivo es dar a conocer dicha cultura que se desarrolló en la Península Ibérica entre los S.VIII-I a.C. De esta forma, analizaré varios de sus aspectos más característicos en sucesivos artículos: sociedad, economía, creencias, cómo vivían, las damas íberas…Pero, en el presente artículo, tenemos que plantearnos varias cuestiones: ¿Quiénes fueron los íberos?, ¿Cuál fue su origen?, ¿En qué época vivieron y dónde?, ¿Cómo fue su redescubrimiento?…

El punto de partida de la cultura íbera como tal, nos resulta complejo establecerlo, porque su origen es difuso. Todo apunta a que fue resultado de un conjunto de factores o procesos que se dieron durante la Edad del Bronce en la Península Ibérica:

  1. Contacto y caída de Tartessos: cultura prerromana que se desarrolló en Cádiz, Huelva, Sevilla y parte de Málaga durante el Bronce, con gran influencia oriental debido al intenso contacto comercial con los fenicios.

La mítica cuna del rey Argantonios y de la ciudad de Tarsis[1], fue extendiendo su influencia hacia la Alta Andalucía por motivos comerciales y estableciendo fuertes vínculos con la población autóctona hasta su caída[2], dejando una profunda huella en la zona.

  1. Contactos comerciales con culturas externas: fenicios, griegos y púnicos, dieron lugar a un gran auge comercial del sudeste de Andalucía y todo el levante peninsular. Así como, en menor medida, el contacto con la Europa Continental del Campo de Urnas (celtas).
  2. El propio desarrollo interno, relación con otros pueblos autóctonos de la Península y, por tanto, la progresiva aculturación.

En lo que se refiere a su ubicación, primero hay que especificar que fueron varios pueblos los que ocuparon diferentes zonas de la Península Ibérica (turdetanos, oretanos, bastetanos, mastienos, contestanos, edetanos, olcades, ilergavones, cessetanos, layetanos, indicetes, sordones, ausetanos, oscetanos y sedetanos) con distintos grados de “desarrollo”. Al respecto, todo indica, que no existía una cultura íbera cómo elemento homogéneo y que los íberos no eran conscientes ni se veían como pueblo (aunque posteriormente hayamos observado que tenían aspectos semejantes: cultura material, lingüística, creencias…).

La idea de pueblo/cultura única, la encontramos en el mismo término íbero dentro los escritos griegos, que es cómo definían al conjunto de pueblos que se ubicaban en la Península. Pero, ¿Dónde está el origen de dicho nombre? Hoy en día, destacan dos teorías:

  • Antonio Tovar: establece que el término iber es un nombre indígena que significa río, valle o ribera. Los griegos al oírla entre los autóctonos generalizarían el nombre cómo íbero y, por ende, al de Iberia.
  • Adolfo Domínguez: defiende que sería un concepto de origen griego, puesto que éstos ya utilizaban la palabra íbero para designar a las poblaciones de la región caucásica. Es decir, que probablemente fuera un término que usaban para referirse a las regiones más lejanas del mundo conocido.

Finalmente, los términos íberos e Iberia cambiaran por el de hispanos e Hispania, con la llegada de los romanos.

Otro elemento a tratar, es el del periodo de tiempo en que se desarrolló la cultura íbera. Y, en la actualidad, se ha estimado que se dio aproximadamente entre los S.VI-I a.C., pasando por varias fases:

Tras la romanización de la Península, poco a poco, la cultura íbera se fue borrando de la imaginario hasta ser olvidada “…Los habitantes de la Bétiva ya visten todos con toga, hablan latín y poco falta para que todos sean romanos…” (Estrabón).

Por tanto, no será hasta el S.XIX- XX,  tras diversos hallazgos fortuitos cuando se empiece a redescubrir un pueblo que se había perdido en el tiempo. Entre todos los descubrimientos, destacan:

  • Templo del Cerro de los Santos (Castillo de Montealgre, Albacete): yacimiento que fue hallado en 1830 cuando la deforestación de un cerro dejó al descubierto un gran número de esculturas de caliza. De ahí que las bautizaran cómo santos, ante el desconocimiento de lo que tenían delante.

Las noticias del descubrimiento, llegaron en 1860 a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a través Juan Diego Aguado y Alarcón. Pero, no fue hasta 1870 cuando el comerciante de antigüedades, Vicente Juan y Amat, realizó las primeras excavaciones y vendió las esculturas extraídas al MAN, tanto originales como falsas que él mismo había hecho.

A lo largo del S. XX, cuando el yacimiento ya estaba muy deteriorado por el expolio y descontextualizado por excavaciones clandestinas, se iniciaron las excavaciones científicas; P.Sovirón y Malibrán, A. Avilés, T. Chapa…

En la actualidad, no queda nada del templo, salvo restos de algunos muros y de las excavaciones que se hicieron.

  • La Dama de Elche (La Alcudia, Alicante): en 1897, un joven de 14 años halló la pieza de arte más importante del mundo íbero. Manuel Campello Esclápez que estaba ayudando a unos jornaleros, tropezó con una piedra, por lo que se puso a excavar hasta que encontró a la que él mismo bautizó “La Reina Mora”.

El dueño de la finca, el doctor Campello, que tenía conocimientos de arqueología, enseguida se la llevó a su casa, en dónde se convirtió en motivo de visita de los intelectuales de la época. Así como de admiración de todos los ilicitanos, pues fue expuesta en el balcón de la casa para que todo el mundo pudiera ver a esa mujer cuya identidad y cultura les era desconocida.

Al poco tiempo, el arqueólogo Pierre Paris (que ya tenía nociones de la cultura íbera) visitó el busto y posteriormente (por encargo del Louvre) compró la pieza al doctor por 4000 francos, ante la oposición de toda la población y de su propia esposa. De esta forma, la Dama de Elche estuvo expuesta en el Lovre durante 40 años.

  • Santuario del Collado de los Jardines o Templo de los muñecos (Santa Elena, Jaén): este yacimiento encuadrado dentro del Parque de Despeñaperros fue excavado por Juan Cabré e Ignacio Calvo en el S.XX, hallando unos 2500 exvotos de bronce (pequeñas figurillas que se entregaban a la divinidad). Pero, cuando llegaron a la zona, el enclave ya estaba muy deteriorado por los continuos expolios que se habían focalizado en los exvotos.

Rocío Rivas Martínez

Referencias

Bermejo Tirado. J., Breve historia de los íberos, Nowtilus, Madrid, 2007

Ruíz Bremón. M y San Nicolás Pedraz Mª P., Arqueología y antropología ibéricas, UNED, Madrid, 2012

http://www.cosasdeandalucia.com/

http://arqueoblog.com/dama-de-elche/

https://es.wikipedia.org/wiki/Dama_de_Elche#Lugar_del_descubrimiento

http://www.man.es/man/en/dms/man/actividades/pieza-del-mes/historico/1999-creencias-simbolos-y-ritos-religiosos-1/9-diciembre/MAN-Pieza-mes-1999-12-Pareja-oferentes-CSantos.pdf

Fotos:

Portada: Guerrero de Cerrillo Blanco, S. V. a.C. (Museo Provincial de Jaén). Fuente propia.

Foto 1: Toro de Porcuna, S.V. a.C. (Museo Provincial de Jaén). Fuente propia.

Foto 4: Dama de Elche, S. V-IV. a.C. (MAN).

Foto 5: Exvotos de Collado de los Jardines, (Museo Provincial de Jaén).

[1]  Citados en Historia de Herodoto

[2]  Debido a la pérdida de influencia de ciudades fenicias cómo Tiro, que cayó en  el 572 a.C.

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